El detenido fue arrestado dos veces: primero por amenazar a una mujer, después por saltarse la orden de alejamiento que le habían impuesto 17 horas antes.
En la madrugada de sábado, Policía Foral recibió varias llamadas que alertaban que en una calle de Alsasua un hombre se encontraba vociferando y golpeando la entrada de la vivienda de una mujer.
Se desplazó hasta el lugar una patrulla de la comisaría de Alsasua, que encontró a S.V.P., vecino de Santoña de 65 años y con numerosos antecedentes policiales, en estado de embriaguez y lanzando gritos. Los agentes le ordenaron cesar en su actitud, indicándole que debía respetar el derecho al descanso de los vecinos.
El detenido abandonó el lugar, pero horas más tarde volvió a la puerta del domicilio en la misma actitud. Los agentes volvieron a ordenarle que dejara de gritar, a lo que se negó en repetidas ocasiones, profiriendo además amenazas contra la ocupante de la vivienda. Finalmente fue detenido como autor de sendos delitos de desobediencia y amenazas. Ese mismo día, fue puesto a disposición del Juzgado de Guardia, que le impuso una orden de alejamiento.
Sin embargo, el domingo Policía Foral volvió a recibir una llamada en la que alertaba de que el detenido se encontraba de nuevo en las inmediaciones del mismo domicilio, en actitud similar al día anterior. Los agentes confirmaron su presencia en las cercanías de la vivienda, por lo que fue detenido al quebrantar la orden de alejamiento impuesta 17 horas antes.
Una vez realizadas las diligencias por el grupo de Policía Judicial de Pamplona, pasó a disposición del titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Pamplona, que decretó su ingreso en prisión.
