Esta madrugada, un pamplonés de 37 años ha duplicado la tasa de alcoholemia tras protagonizar este accidente.
Un aparcamiento forzoso y fortuito, puesto que el único ocupante del vehículo no ha sufrido heridas, es el que ha protagonizado esta pasada madrugada de martes 10 de enero un joven pamplonés de 37 años.
Circulaba por Pamplona sobre las 3 horas cuando, repentinamente, se ha llevado por delante un semáforo del mismo centro de la ciudad.
El conductor, que dirigía su vehículo por la calle Conde Oliveto, ha terminado por 'comerse' el grupo semafórico y, arrastrándolo bajo el vehículo hasta la misma rotonda de Príncipe de Viana (se aprecia en la imagen adjunta), ha terminado aparcando su conducción en los mismos jardines de este cruce.
Las causas de este accidente se han debido, tal y como han comprobado agentes de la Policía Municipal de Pamplona, al alcohol. En la prueba de etilometría practicada al joven minutos después del suceso, se ha corroborado que duplicaba la tasa permitida.
Como tal, ha sido sancionado por la vía administrativa. Una grúa ha tenido que acudir al lugar del accidente para retirar el vehículo del centro de la ciudad.
