La comida de los hospitales no suele ser la más apetitosa del mundo pero existen excepciones a la norma habitual. Una de ellas ocurre en la Clínica Universidad de Navarra, recientemente reconocida por servir la mejor ensaladilla rusa de Madrid en su complejo de la capital española, que cuida con esmero las comidas que prepara a sus pacientes.
Al menos, así lo ha atestiguado el 'youtuber' gastronómico Cenando con Pablo, que con su cámara en mano ha sido invitado a la Clínica para mostrar la elaborada gama de productos y el amplio abanico de opciones que tienen los hospitalizados.
Y, aunque por el momento tan solo los pacientes y sus acompañantes puedan degustar estos platos, la dirección del hospital ha hecho una excepción con Pablo para que enseñe en un vídeo, que ya cuenta con más de cien mil visualizaciones, las entrañas y entresijos del servicio de cocinas de la Clínica Universidad de Navarra y su desarrollado menú.
En sus más de treinta y cinco minutos de duración, tras visitar las instalaciones del hospital de la mano de la chef Sandra Luque, quien cifró en ciento cincuenta las comidas que sirven cada día; el youtuber pudo degustar de primera mano los mismos platos que los pacientes de la clínica toman durante su estancia.
"Para que un paciente repita un plato tiene que pasar al menos 28 días", explica Sandra Luque, la chef de la Clínica Universidad de Navarra evidenciando la variada cantidad de opciones.
Tanto para comidas como para cenas, la Clínica Universidad de Navarra ofrece un primer y un segundo plato además de un postre. Sin embargo, no se trata de un menú cerrado sino los usuarios del centro pueden escoger diariamente entre diversas opciones. Concretamente, en el turno de mediodía, se ofrecen seis primeros a elegir, cuatro segundos y siete postres. En el turno de cena, las opciones son cinco primeros platos, cuatro segundos y seis postres.
No obstante, en el caso de Cenando con Pablo y para que probase un mayor número de elaboraciones en su vídeo probó un menú degustación de hasta diecisiete platos
"Se nota que estamos en una clínica privada. Cuidan cada pequeño detalles y utilizan mantel de tela, vaso de cristal y buena vajilla", comenta Pablo ataviado con una bata de color azul.
Durante el vídeo muestra la gama de panes (aceituna negra, cúrcuma, tomate y pan blanco), reseña los diferentes platos de la Clínica y cuenta alguno de los secretos de las elaboraciones.
"Pensad que esto es un hospital y de ahí que no utilicen casi grasas, azúcar o sal o que cocinen a baja temperatura las aves para que sean más fáciles de masticar", reseña.
Con la sinceridad que le caracteriza, el 'youtuber' no se corta la lengua y da su opinión personal señalando tanto lo que le gusta como lo que no.
Sobre las croquetas relata que están "bastante bien, con rebozado fino, doradas y de buen tamaño", de la ensaladilla dice que "el exterior no le convencer pero que cuando te adentras en la mayonesa y aceite la cosa cambia" y de los rigattonis con pesto de pollo y lima que son lo mejor del menú.
"Lo único que no me ha gustado es la tarta de remolacha. Parece un brownie pero es muy rara, no la entiendo", le confiesa a la chef al final del video, quien no cierra la puerta a que en el día de mañana cualquier persona pueda disfrutar de la comida de la Clínica Universidad de Navarra.
