Un 26,8% de las víctimas del terrorismo sigue teniendo estrés postraumático, de media, 22 años después del atentado, según un estudio de investigación, pionero en España y a nivel mundial, de la Asociación de Víctimas del terrorismo (AVT) y la Universidad Complutense de Madrid.
La explicación de esta prevalencia tan alta a largo plazo, según ha detallado Jesús Sanz, profesor de la Facultad de Psicología de esa universidad, puede estar en que las víctimas ven el terrorismo como una amenaza continuada; en el aislamiento, estigma y acoso social; en no haber recibido una atención psicológica adecuada o en el escaso apoyo por parte de la sociedad.
Los resultados del proyecto se han presentado este viernes durante la celebración telemática de las II Jornadas de divulgación científica de la AVT, que ha inaugurado la presidenta de la asociación, Maite Araluce, quien ha señalado que cuando ETA asesinó a su padre, en 1976, las victimas eran "números" y no recibían ningún tipo de atención psicológica.
"Cuarenta y cuatro años después el dolor no prescribe ni se cura con el tiempo", ha reconocido.
La presidenta de la AVT ha recordado cómo con solo 15 años tuvo que enfrentarse a que la sociedad le diera la espalda y a que sus compañeras de colegio, con las que hasta entonces tenía buena relación, le enviaran un telegrama con este mensaje: "ya queda un cerdo menos en la tierra".
Para el estudio de investigación de seguimiento y tratamiento psicológico de las víctimas de atentados terroristas en España, se contactó en una primera fase con 2.931 víctimas, de las que 159 decidieron realizar el tratamiento psicológico.
Se trata del primero que evalúa las consecuencias psicopatológicas a tan largo plazo (una media de 20 a 25 años) con entrevista diagnóstica estructurada y uno de los que ha examinado un mayor número de víctimas heridas y de familiares directos.
Durante la jornada, el presidente de la Asociación Plataforma de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo (APAVT), Miguel Ángel Folguera, ha resaltado el "sufrimiento" que está produciendo en las víctimas el acercamiento de presos de ETA a cárceles cercanas al País Vasco "sin que nadie les avise" y se tengan que enterar por los medios de comunicación.
En este sentido, ha contado que él mismo le pidió al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que les dieran tiempo para intentar que las víctimas lo pudieran asimilar, y ha manifestado su deseo de que algún día este Ministerio coordine el apoyo psicológico a las víctimas.
