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UNIVERSIDAD

La UPNA se suma a un proyecto internacional para captar estrellas fugaces y meteoritos

En total, el proyecto cuenta con 94 cámaras y espectrógrafos que miden en tiempo real la actividad meteórica.

Imagen de un meteoro recogida por una de las cámaras. UPNA
Imagen de un meteoro recogida por una de las cámaras. UPNA

La Universidad Pública de Navarra se ha sumado recientemente al proyecto SMART (Espectroscopia de meteoroides en la atmósfera mediante tecnologías robóticas) desarrollado por la Red de bólidos y meteoros del suroeste de Europa (SWEMN) con el fin de analizar la materia interplanetaria que impacta contra la Tierra. Desde la UPNA se cuenta con una cámara fotográfica en el campus de Arrosadia y una cámara de vídeo en el Campus de Tudela que fotografían y graban el cielo nocturno para observar y registrar todos los datos relativos a los meteoros.

Según explica Patricia Yanguas Sayas, profesora de Matemática Aplicada en la UPNA, “el objetivo es obtener toda la información posible de los meteoros (lo que habitualmente se conoce como estrellas fugaces) que se detectan cada noche y obtener múltiples datos”.

Por ejemplo, se puede conocer la trayectoria real seguida por el meteoro desde su entrada en la atmósfera: “Podríamos precisar si el trocito de roca ha entrado en un punto que está sobre Pamplona a 100 kilómetros de altitud (en ese momento empieza a brillar) y ha terminado, imaginemos, en un punto a 60 km de altitud sobre Estella (en ese momento deja de brillar). Ahí se determina si ha podido haber impacto sobre la superficie, o sea, si ha caído un trocito de roca al suelo; aunque eso es muy poco frecuente. En ese caso, el meteoro es muy brillante y se llama bólido y lo que ocurre es que no se destruye por completo en la atmósfera, por lo que si quedan restos caen a la Tierra”.

Otros aspectos que pueden conocerse son el recorrido realizado por el meteoro hasta llegar a la Tierra (la órbita), si el fragmento de roca proviene o no del cinturón principal de asteroides o, en el caso de recoger los meteoritos, podría analizarse su composición y obtener información, por ejemplo, de cómo era el Sistema Solar en sus orígenes. “Resulta curioso —explica la profesora Yanguas— que en el Sáhara se ha llegado a encontrar meteoritos marcianos, trocitos de Marte que han llegado a la Tierra. Esto se debe a que en algún momento de su historia Marte recibió el impacto de alguna roca y esto produjo el desprendimiento de trocitos de la superficie que quedaron en el espacio hasta que uno de ellos cayó sobre la superficie terrestre”.

TUDELA Y PAMPLONA

Junto con Patricia Yanguas forma parte del proyecto el catedrático de la UPNA Jesús Palacián y colabora con ellos en la observación y registro de datos Aurelio Pagola. Aunque la UPNA ya disponía hace años de la cámara AllSky instalada en el campus de Arrosadia, Janire Martínez López (estudiante de Ingeniería en Tecnologías Industriales) y Jarei Basabe López (estudiante de Ingeniería Informática) trabajaron también con la cámara, gracias a sendas becas de colaboración, y mejoraron el sistema de recogida de datos.

La cámara tipo AllSky instalada en Pamplona permite fotografiar el cielo de manera continuada. Se conecta todas las noches y está programada para realizar un máximo de 1500 fotos por noche. En Tudela se ha instalado una cámara AllSky pero de vídeo, lo que permite grabar lo que ocurre en el cielo durante la noche.

Además de la UPNA, también se ha unido recientemente a la red SWEMN la Universidad Complutense de Madrid. La red, impulsada por el astrofísico José María Madiedo, cuenta con tres sistemas de radiodetección y un total de 94 cámaras y espectrógrafos que miden en tiempo real la actividad meteórica. Actualmente, la red es capaz de monitorizar el 100 % del espacio aéreo de la península ibérica y zonas limítrofes como el sur de Francia y el norte de África.

“Cuantas más estaciones de observación existan, mejor —señala Patricia Yanguas—. Interesa que estén separadas para cubrir más espacio de cielo a la vez, pero también conviene que vean una parte común; es decir, que, si se ve un meteoro, al menos dos o tres estaciones lo detecten porque así se puede, posteriormente, determinar la trayectoria real que ha tenido el meteoro en la atmósfera e, incluso, si tiene el tamaño suficiente como para no destruirse por completo al entrar en la atmósfera”.


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