• jueves, 28 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

¿Cómo reducir la temperatura corporal excesiva cuando hacemos ejercicio? Sobresaliente para una tesis de la UPNA

La ropa compresiva de disipación térmica no contribuye a evaporar el calor, según Iker Leoz, licenciado en Ciencias de la Actividad Física.

Iker Leoz Abaurrea, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, nuevo doctor por la UPNA.
Iker Leoz Abaurrea, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, nuevo doctor por la UPNA.

El uso de la ropa compresiva de disipación térmica en la parte superior del cuerpo no ayuda a reducir la temperatura corporal durante el ejercicio. Así lo afirma Iker Leoz Abaurrea (Pamplona, 1988), licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, en su tesis doctoral, leída en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y dirigida por el profesor del Departamento de Ciencias de la Salud Roberto Aguado Jiménez.

Esta investigación, titulada “A novel strategy to reduce exercise-induced hyperthermia in different age groups” (“Una nueva estrategia para reducir la hipertermia inducida a través del ejercicio en diferentes grupos de edad”), ha sido calificada con un sobresaliente “cum laude”.

La realización de ejercicio en ambientes calurosos conduce a una fatiga prematura debido a diferentes factores fisiológicos, entre los que destaca una alta temperatura corporal. Además, la habilidad para mantener la temperatura del cuerpo en un ambiente de altas temperaturas se reduce con el envejecimiento, lo que convierte a los individuos de más de 60 años en la población más vulnerable durante las olas de calor.

A la hora de evitar problemas de salud y luchar contra la disminución del rendimiento en dichos ambientes calurosos, existen dos estrategias principales, cuya efectividad ha sido demostrada: la aclimatación al calor y la rehidratación. En los últimos años, se han estudiado también muchas otras estrategias para reducir y/o retrasar los incrementos en la temperatura central (o interna) y, por lo tanto, aumentar el rendimiento deportivo. Estrategias que van desde los baños en agua helada a la ingesta de granizados, pasando por la aplicación de bolsas de hielo o el uso de ropa compresiva, entre otros.

ROPA DE DISIPACIÓN TÉRMICA Y EFICIENCIA DEL SUDOR

En concreto, los fabricantes de esta ropa compresiva de disipación térmica aseguran que esta ofrece beneficios termorreguladores al disipar el calor a través de una mejora en la eficiencia del sudor. Sin embargo, hasta el día de hoy, no existen estudios que respalden estas afirmaciones para la ropa compresiva de la parte superior del cuerpo, donde se produce la mayor sudoración.

En su tesis, Iker Leoz ha investigado la validez de un tipo de ropa compresiva de disipación térmica como estrategia para reducir los incrementos en la temperatura corporal durante el ejercicio en diferentes condiciones ambientales y en población sana y físicamente activa. “Realizamos cuatro estudios, todos publicados en revistas internacionales de impacto: tres de ellos, con participantes jóvenes y físicamente activos; y un cuarto, en el que reclutamos a individuos mayores, de una media de 66 años, y físicamente entrenados, que se ejercitaron en ambientes termoneutrales, a entre 20 y 23o C; templados, a 25o C; y calientes, a 40o C”, explica Iker Leoz.

Los estudios realizados mostraron que el uso de ropa compresiva de disipación térmica no ofrece ningún beneficio termorregulador en jóvenes físicamente activos durante un ejercicio de intensidad moderada a una temperatura de 20o C, si bien durante la recuperación pasiva el uso de este tipo de vestimenta sí podría ayudar a reducir la temperatura corporal.

En un ambiente caluroso (40º C) y también en el caso de jóvenes físicamente activos, la ropa compresiva de disipación térmica no mitigó ni el estrés cardiovascular ni el termorregulador durante el ejercicio de intensidad moderada. Y, según constató Leoz, a esa temperatura podría incrementar el estrés cardiovascular durante la recuperación activa e, incluso, aumentar el consumo de oxígeno y la producción de CO2.

En el caso de ciclistas entrenados con una media de 66 años, este tipo de ropa aumentó la temperatura corporal. Por este motivo, Leoz recomienda que esta población no utilice la ropa compresiva de disipación térmica, ya que podría incrementar la aparición de la hipertermia (elevación de la temperatura corporal por encima de valores normales).

El estudio realizado en esfuerzos intensos (carrera en tapiz hasta la extenuación) reveló que el uso de la ropa térmica compresiva de disipación térmica no solo no mejoró el rendimiento en corredores recreacionales, sino que lo disminuyó. Además, se constató que esta ropa podría incrementar la frecuencia cardiaca después de un esfuerzo intenso. “Los corredores recreacionales deberían estar informados de los posibles efectos adversos de este tipo de ropa”, señala el investigador en su tesis.

BREVE CURRÍCULUM

Iker Leoz Abaurrea se tituló en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad del País Vasco y, posteriormente, realizó el Máster Universitario en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas en la Universidad de Granada.

Desde 2013, es investigador del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Pública de Navarra, donde ha leído su tesis doctoral. Su labor investigadora, centrada hasta ahora en la termorregulación durante el ejercicio físico, le ha llevado a publicar cuatro artículos científicos en revistas especializadas y a presentar sus trabajos en cinco congresos nacionales e internacionales.


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