• jueves, 28 de marzo de 2024
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EDUCACIÓN

Denuncian presiones a niños en un colegio de Pamplona para influir en la votación de un cambio horario

Progenitores se quejan de que algunos profesores dijeron a los menores que, si sus padres votaban 'sí', ya no tendrían que ir a clases por las tardes.

Varios alumnos atienden a la profesora en una clase en el colegio ARCHIVO
Varios alumnos atienden a la profesora en una clase en un colegio. ARCHIVO

Padres del colegio pamplonés Cardenal Ilundáin han protestado por las irregularidades surgidas en el proceso de votación para cambiar su modelo a jornada continua, además de denunciar presiones del profesorado tanto a los progenitores como a los alumnos.

Desde hace tres años, el centro escolar, ubicado en la Rochapea y en el que se dispone de educación de Infantil y Primaria en los modelos G (castellano), A (castellano con asignatura en euskera) y G-British (bilingüe en castellano e inglés), está tratando de cambiar su horario para pasar a un modelo de jornada continua. Sin embargo, hasta ahora se está encontrando con el rechazo de los padres, que son quienes tienen la última palabra sobre esta modificación.

En los dos últimos años, sendas votaciones impidieron este cambio. Sin embargo, el centro ha vuelto a abrir este curso el proceso por tercer año consecutivo, desatando las quejas de algunos padres por la forma en la que se estaba realizando la votación y por las presiones que desde el profesorado se habían ejercido en los niños para conseguir la aprobación de la medida.

Así al menos lo han denunciado algunos progenitores, que relatan cómo los profesores han llegado a exponer a los menores que, si sus padres votaban , ya no tendrían clases por las tardes.

Además de estos comportamientos, se han presentado quejas ante el departamento de Educación por las formas irregulares a la hora de desarrollar la votación en este centro, particularmente en la votación anticipada.

El colegio Cardenal Ilundáin había propuesto un modo de votación anticipada (además de la presencial, que se celebra este viernes, día 17) a través de un buzón que no se ajustaba a la resolución por la que se debía regir este proceso. Según los padres, se había involucrado en el proceso de información a los niños, que salieron de clase en varias ocasiones con hojas informativas del equipo directivo acerca del proceso de votación y, finalmente, con un sobre con la documentación y las instrucciones para votar.

El voto, que debe ser "directo, secreto y no delegable", según marca la resolución, perdió tales calificativos cuando el centro propuso que fueran los propios niños los que trajeran de casa el voto de sus padres y, acompañados por un profesor, lo depositaran en la urna correspondiente.

LLAMADAS POR TELÉFONO

"No solo presionaron a los alumnos para que llevaran el voto, lo que nos pareció indignante, sino que a las familias cuyos hijos no habían llevado el voto, les estuvieron llamando por teléfono para recordárselo", protesta una madre de un escolar de este centro, que a su vez añade que "también recibieron llamadas aquellos padres que habiendo enviado el voto anticipado, bien a través de sus hijos o a través de los tutores, no habían adjuntado la documentación requerida".

Los progenitores claman que "se han traspasado los límites de la legalidad y de la ética", ya que nunca se debería haber involucrado a los menores en el proceso de la votación, además de que no se debieron haber planteado opciones de voto no contempladas en la resolución, ni se debió haber presionado a los niños y a sus padres para que votaran, "ya que la abstención es un derecho que nos asiste".

Por otro lado, también protestan ante la revisión que en el centro han hecho de los sobres de votación, "con antelación al recuento de votos (que se debe hacer una vez realizada la votación presencial y bajo el control de los distintos miembros de la mesa electoral), amparándose en que los votos no terminaran siendo nulos porque faltara documentación".

Sus quejas no se han quedado ahí, ya que explican que se rompió la custodia de los votos, debido a que estos tenían que ser directos y no delegables. "¿Están los niños capacitados para custodiar el sobre correctamente? ¿Los tutores están autorizados a llevar nuestro voto al buzón?", se preguntan.

INSTANCIA A EDUCACIÓN

Por último, defienden que se está incumpliendo la ley de protección de datos, ya que se han abierto los sobres para mirar la documentación, "llamando a los padres desde el teléfono del colegio, con los sobresaltos que conlleva recibir una llamada desde ese número, que hace sospechar que haya pasado algo con nuestros hijos, para insistir en que no habíamos votado, o advertirnos de que nos faltaba algún documento", apunta.

Todas estas protestas se incluyeron en una instancia general enviada al Ejecutivo foral, que propició que el centro informara este martes a los padres de que "había recibido un correo electrónico del Servicio de Ordenación e Igualdad de Oportunidades", en el que se añadían "indicaciones nuevas sobre la votación del buzón".

La dirección del colegio alegó que el departamento de Educación no les había informado anteriormente de estas nuevas indicaciones, por lo que procedió a anular todos los votos emitidos a través de esta fórmula anticipada.

No obstante, el colegio mantuvo este miércoles una reunión con el director general de Educación, Roberto Pérez Elorza, que decidió habilitar los dos días siguientes a la votación presidencial para que se pudieran recoger votos por el otro sistema, aunque, esta vez, no a través de los niños, sino en persona.

"NINGUNA IRREGULARIDAD"

Además, Pérez Elorza ha manifestado que, pese a las quejas registradas, su departamento "no ha detectado ninguna irregularidad en el procedimiento de votación, ni en la custodia de los votos emitidos ni manipulación de los mismos, ni tampoco que el equipo directivo ni los docentes del centro hayan presionado a las familias ni al alumnado para la emisión de su voto en un determinado sentido".

"De los elementos analizados -continúa- se puede concluir que únicamente se ha animado a la participación en el proceso con el fin de recabar el sentir mayoritario de las familias del centro".

Unas respuestas que no contentan a las siete familias que interpusieron la protesta y que no se explican cómo es posible que si la votación no tuvo "ninguna irregularidad", se hayan anulado los votos, mientras que se preguntan si recibir llamadas a las diez de la noche es o no una medida de presión.

Para algunos de los padres, la implantación de la jornada continua no es más que una reivindicación laboral del profesorado. "El departamento de Educación permite que se solicite desde los centros, publicando anualmente una resolución que lo recoge, sin que haya tiempo para informarse de manera adecuada y sin que existan estudios que avalen que esta modificación de los horarios sea mejor para los niños, que son los que debieran preocupar en todo este asunto", afirma una de las madres.

IMPLANTACIÓN TOTAL

"Hay familias a las que la jornada continua les irá bien, pero en quienes deberíamos pensar es en los niños, y ese es el debate que queremos y que, si Educación considera que este horario es mejor, que lo implante en todos los colegios de Navarra y no lo deje en manos de los centros escolares, provocando tensiones entre las familias y también entre ellas y el profesorado", sentencia.

Este hartazgo motivó que el pasado año, varios progenitores de alumnos del colegio Cardenal Ilundáin se inscribieran en la Plataforma por la Revisión de la Resolución de la Jornada Continua, una organización que reclama, entre otras cosas, que esta medida no se vote anualmente en los centros.

Desde esa asociación, Alberto Aristi, uno de sus miembros, aclara que este año ha habido mucha más tensión que en cursos anteriores y que se han registrado "muchísimas quejas a este respecto, ya que ha habido bastantes irregularidades".

Sobre el fondo de la cuestión, aclara que desde el año 2006 se han elaborado varias resoluciones en Educación para implantar la jornada continua, aunque para los progenitores de esta plataforma, el cauce elegido y los tiempos para su estudio no son los apropiados: "Entendemos que esto debe ser un debate bastante más amplio, que tiene que tener un trasfondo en el que en el centro esté el alumnado".

"MÁS INFORMACIÓN"

En este sentido, manifiesta que "los últimos años se están sacando resoluciones en las que los plazos son muy cortos, por lo que no hay tiempo para debatir el fondo, que es el modelo educativo que nos planteamos. Nosotros defendemos la escuela pública, y no estamos ni a favor ni en contra de un horario o de la jornada continua. Lo que queremos es información".

Algunos de los padres subrayan que existen estudios que indican que la jornada continua no favorece la educación de los alumnos, al concentrar más horas lectivas en menos tiempo, pero Aristi insiste en que lo que desean es información veraz y contrastada: "En nuestro colectivo hay gente a favor y en contra, y muchísimos más que no sabemos realmente, que lo que queremos es información y que se abra un debate de verdad".

También destacan desde la plataforma que existen más problemas con este cambio. "Se dice que es reversible, pero en la práctica no es así", matiza Aristi, que aduce que "sabemos de familias que se han sentido engañadas, ya que no se han cumplido los procesos como tenían que ser o como se lo habían prometido, y que han querido volver y no hay manera, porque todo nace en los claustros. Para que se volviera a cambiar, lo tendrían que proponer los profesores o el consejo escolar, por lo que regresar a la situación de antes, aunque en la teoría se dice que es posible, en la práctica es irreversible".

La jornada continua esconde una gran variedad de problemáticas, en la que también sobresale la situación de los comedores escolares, que tienden a desaparecer. O las becas para esos comedores, o las actividades extraescolares de la tarde, que, como detalla Aristi, serían gratuitas. "No sabemos muy bien de dónde salen esas horas, y quien no va al comedor y no se queda a la tarde, ¿pierde esas horas?", se pregunta. "Es un tema de modelo educativo, y eso no es solo un cambio horario, sino que necesita un debate mucho más profundo", concluye.


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