Desde la asociación Levántate contra el Bullying se reclama asimilar que "es un problema que nos puede afectar a todos".
Una concentración en Pamplona, convocada por la asociación Levántate contra el Bullying, ha visibilizado este domingo su rechazo al bullying.
La protesta silenciosa ha tenido lugar a las 18 horas en la plaza del Ayuntamiento de la capital navarra. Las personas concentradas han desplegado una pancarta con el lema #StopBullying y han portado carteles con el mensaje "no te damos la espalda". Entre los asistentes han estado la concejal del PSN Maite Esporrín; la parlamentaria de Podemos Tere Saez; y la senadora del PPN Cristina Sanz.
En declaraciones a los periodistas, el presidente de Levántate contra el Bullying, Julen Sesma, ha explicado que en el mes de noviembre y en lo que llevamos de diciembre "ha habido tres suicidios, dos a nivel nacional y uno a nivel internacional, que fue en México", motivados por el acoso escolar.
Sesma ha remarcado que el bullying es un tema que "no es tan popular" y que "todavía cuesta visibilizarlo". En este sentido, ha indicado que "lo que hace falta es tiempo de asimilar que es un problema que nos puede afectar a todos y que, aunque no te haya tocado, puedes rechazarlo también, como pasa con tantas otras violencias, como la violencia de género o la violencia contra los animales".
PLANES CONTRA EL ACOSO
Se ha referido también a los protocolos y planes contra el acoso escolar, como el programa Laguntza, "que tiene muchas deficiencias y ya hemos mandado al departamento nuestras propuestas para que lo vuelvan a repasar". Sesma ha destacado la necesidad de "tener en cuenta a toda la comunidad educativa, a las asociaciones de profesores y alumnos, y eso no se está haciendo así de momento".
"La base para solucionar el problema, aparte de los protocolos, es la gente, y eso se hace desde abajo, desde las asociaciones de todo tipo", ha insistido.
Asimismo, ha incidido en la importancia de que los padres y madres detecten si su hijo es autor de acoso escolar, pero también si es observador. "Es vital que las familias tengan comunicación con sus hijos, para saber si están viendo algo y se están callando, que son el 90%", ha recalcado.
"El papel clave es ese, es el de los observadores, más incluso que el de la víctima y el agresor; para solucionar el problema es clave el niño que ve y, o no le parece mal, o le parece mal y se calla por miedo a represalias", ha subrayado.
