Además, destaca que los intereses de cada Estado han dificultado la política comunitaria.
Unai Belintxon Martin, profesor e investigador del Departamento de Derecho de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), ha realizado un estudio jurídico, en un libro recientemente editado, sobre la cooperación transfronteriza en la Unión Europea.
Este experto considera que la política que impulsa la colaboración de regiones vecinas a ambos lados de las fronteras de los veintiocho sigue dependiendo de “los deseos e intereses particulares de los distintos Estados miembros de la UE”, lo que ha dificultado “la articulación de una política europea coherente, efectiva y definitiva que ofrezca una respuesta armonizada”.
A su juicio, el impulso a esta cooperación transfronteriza no solo debería caracterizarse por los fondos estructurales y los programas europeos impulsados por la Comisión Europea, sino también a través de figuras jurídicas, más propias del Derecho europeo de sociedades, para que tengan más cabida las actividades privadas.
“La cooperación transfronteriza puede aflorar en diversos y muy variados sectores, explica Unai Belintxon, autor de la monografía titulada “Cooperación, seguro y actividades deportivas transfronterizas. Un estudio jurídico” y editada por Thomson Reuters Aranzadi, en colaboración con la UPNA, la Universidad del País Vasco y Globernance (Instituto de Gobernanza Democrática).
"Es el caso del turismo, el desarrollo regional, las actividades deportivas transfronterizas, la gestión compartida de residuos, la organización de eventos deportivos transfronterizos por universidades públicas y la creación y fomento de sociedad públicas y/o agencias para el desarrollo de las comarcas fronterizas, sus economías locales y la generación de empleos”, señala.
Según este investigador, el marco jurídico aplicable a la cooperación transfronteriza presenta “un andamiaje normativo complejo, caracterizado por la confluencia de diversos bloques normativos, tanto públicos como privados, compuestos de normas internacionales, europeas, estatales, regionales y locales”.
“Las instituciones europeas han mantenido una actitud de inacción durante mucho tiempo, sin aportar soluciones jurídico-normativas a esta realidad transfronteriza. Además, su contenido ha estado encorsetado o limitado por los intereses particulares de cada Estado miembro de la UE”, añade el autor del libro, que ha sido prologado por Juan José Álvarez Rubio, catedrático de Derecho Internacional Privado de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU).
VISIÓN CRÍTICA A PROGRAMAS EUROPEOS
En este sentido, programas europeos como Interreg (un instrumento de financiación para potenciar la cooperación transfronteriza entre regiones), “a pesar de representar una ayuda, no han sido una solución a las problemáticas fronterizas y no son, ni pretender ser, un elemento vertebrador”, tal como indica Unai Belintxon.
Por ello, este experto aboga, para impulsar la cooperación transfronteriza, no sólo por recurrir a los fondos estructurales y programas europeos impulsados por la Comisión Europea, sino también por potenciar figuras o instrumentos jurídicos más propios del Derecho europeo de sociedades, de las que se puedan beneficiar tanto el sector público como el privado.
Así, Unai Belintxon cita la agrupación europea de interés económico, que abre a un amplio elenco de personas jurídicas y físicas la posibilidad de establecer relaciones de cooperación transfronteriza para desarrollar actividades económicas; y la sociedad anónima europea, que queda orientada al desarrollo de experiencias en el ámbito empresarial, pero también puede servir a las Administraciones Públicas para gestionar servicios públicos prestados por entidades privadas.
