Adiós a las mascarillas en la calle. España y Navarra llegan a un nuevo hito en la superación de la pandemia este sábado 26 de junio cuando deja de ser obligatorio el uso de las mascarillas en espacios exteriores siempre que se cumpla la distancia de 1,5 metros.
Una nueva normativa que ha dividido a la población entre quienes deseaban que llegase el momento de acercarse más a la normalidad de la prepandemia y quienes consideran que aún es pronto y prefieren seguir llevándola.
"Yo me pondré la mascarilla hasta que me pongan la segunda dosis de la vacuna", explica Carmen Goñi, vecina de Pamplona de 57 años. Forma parte del grupo de riesgo por su asma y "no quiero tirar por la borda el esfuerzo de este año".
Sin duda, los más reacios a quitarse la mascarilla son los ancianos y así lo han expresado Mari Cruz Sagüés, de 75 años y Lorenzo Oroz, de 78 años. "Nosotros, aunque ya estamos vacunados hace tiempo, ya nos hemos acostumbrado a la mascarilla y sabemos que nos protege, así que nos parece una tontería quitársela a nuestra edad".
Por otro lado, la gente joven sí se ha mostrado más confiada a ir sin la mascarilla puesta, aunque todos han confirmado que la llevaban en el bolsillo "por si queremos entrar a un comercio o por si pasamos por un sitio con aglomeraciones".
María Espelosín, una joven de 21 años, ha confesado que "estaba deseando que llegara este día", además de que cree que "en interiores sí tiene sentido la mascarilla, pero al aire libre si no hay aglomeraciones no creo que haga falta". Esta joven ya ha salido a pasear sin mascarilla y ha confesado que "yo solo me pongo la mascarilla donde sea obligatoria, porque ya llevamos un año y ahora se está empezando a ver la luz".
Esta joven paseaba con su amiga Paula Urdánoz, también de 21 años, quien ha confesado que, en su opinión, "aún es un poco pronto para quitarla". Aún así, se la ha quitado porque "ahora en verano es más molesta" y cree que este tipo de medidas "animan a la sociedad, porque vamos viendo que esto avanza y que pronto se acabará".
Según Asier Ochagavía, de 25 años, "a mí me viene muy bien porque tengo alergia al polen, pero reconozco que ha sido demasiado tiempo con ella" y cree que "han quitado la medida más dura junto al toque de queda, así que ahora podemos empezar a disfrutar un poco".
La orden del Ministerio de Sanidad por la que se elimina la obligatoriedad de usar mascarillas en la vía pública y en espacios al aire libre ha entrado en vigor la noche del viernes 25, cuando arranca el día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.
La orden mantiene, no obstante, la obligatoriedad del uso de la mascarilla al aire libre cuando se produzcan aglomeraciones y no se pueda mantener una distancia mínima de 1,5 metros de distancia entre personas, salvo grupos de convivientes.
También sigue siendo obligatorio su uso en los medios de transporte público, incluido en andenes y estaciones de viajeros y teleféricos, al igual que en los vehículos de hasta nueve plazas, incluido el conductor, si los ocupantes de los vehículos de turismo no conviven en el mismo domicilio.
En el caso de los pasajeros de buques y embarcaciones, no será necesario el uso de las mismas cuando se encuentren dentro de su camarote, ni en espacios exteriores de la nave cuando se pueda mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros.
La orden regula además el uso de la mascarillas en los eventos multitudinarios al aire libre, de modo que será obligatoria cuando los asistentes estén de pie o, si están sentados, cuando no se pueda mantener 1,5 metros de distancia entre personas.
Entre los ciudadanos se pueden encontrar todo tipo de convicciones sobre el tema y aún hay algunos que llevan la mascarilla puesta porque se sienten más seguros o porque se les había olvidado que hoy dejaba de ser obligatoria.
