La Asociación Mácula-Retina ha pedido este miércoles en el Parlamento de Navarra un plan de atención visual para fomentar la prevención y rehabilitación al margen de la capacidad económica del paciente y así evitar o mitigar patologías muchas veces incapacitantes y que afectan además a la calidad de vida y la autonomía personal, una demanda que ha sido respaldada por todos los grupos.
El jefe de Oftalmología del Hospital Universitario de Navarra, José Andonegui, ha indicado que metabólicamente la mácula, la parte central de la retina, es la más activa, de la que depende la precisión de la vista y que puede sufrir distintas enfermedades discapacitantes, algunas de tipo degenerativo, que no tienen cura y que requieren por ello de investigación pero también de recursos para su atención en la red sanitaria publica.
Y ha aludido a enfermedades como el edema macular y la retinosis diabética, primera causa de perdida de visión en pacientes en edad laboral, de entre 25 y 65 años, un problema "incapacitante" y con una "alta" prevalencia debido el aumento de la diabetes; mientras que la degeneración macular asociada a la edad ha indicado que es la primera causa de pérdida de visión en pacientes de más de 65 años.
En ambos casos, ha dicho Andonegui, el problema es que existe un tratamiento pero exige de importantes recursos para estabilizar la visión, no curar, y mantener de forma periódica sus consultas, donde se acumulan a los nuevos pacientes en los que se repetirá el proceso.
Y en este sentido ha agradecido el apoyo parlamentario pero también ha deseado que no se quede en una mera declaración de intenciones sino que se habiliten recursos humanos y materiales para la atención y la investigación.
Por vídeoconferencia desde Sevilla, el presidente de la Sociedad Española de Oftalmología, Antonio Piñero Bustamante, también ha agradecido el apoyo parlamentario y ha confiado en que Navarra sea "ejemplo", ha mostrado la preocupación de la entidad porque son "muchas" las enfermedades hereditarias y degenerativas que afectan a la salud visual, que no se valora la suficiente hasta que no se pierde y que además conllevan otros problemas "importantes" como depresión, aislamiento social o fracturas por caídas.
El futuro de estas patologías muestra un "horizonte positivo" por los avances en terapia génica, pero ha advertido de que son tratamientos "carísimos" a los que no todos los pacientes pueden hacer frente y por tanto se necesitan en la sanidad pública no solo para intentar curar sino también para la rehabilitación de la función visual, lo que este podría ser "el primer paso para la prevención de la ceguera a todas las edades pero sobre todo en personas mayores".
En esta línea, Adoración Callejo, optometrisa de la ONCE en Navarra, ha apostado por disponer en la red sanitaria pública de equipos multidisciplinares para pacientes con limitada agudeza y campo visual pero cuya pérdida no llega a la que esta organizaciones exige para afiliarse, lo que hace que en ocasiones la diferencia sea muy pequeña pero impide una atención adecuada.
Lo que le ha llevado a pedir ayuda económica para que puedan disponer de elementos como gagas lupas, filtros, lectores o magnificadores de pantalla, y rehabilitaciones, según los casos, por ejemplo para mirar por una zona periférica o realizar un rastreo visual para mejorar la orientación.
También han agradecido la receptividad del Parlamento, presidente de la Asociación de Mácula-Retina en Navarra, Jacinto Zulueta, que ha abogado por la eficiencia y calidad del sistema publico para la equidad, por una medicina comunitaria para hacer prevención y seguimiento desde la Atención Primaria que no deje la carga a los hospitales en el ultimo momento, y por una investigación básica con aplicación clínica.
Por último José Antonio Otero, paciente y miembro de la asociación, ha agradecido el respaldo unánime de la Comisión de Salud porque los enfermos "necesitamos certidumbre médicas y también sociales y políticas".
