Javier Goñi, pamplonés de 41 años, ha sido uno de los más de mil españoles que han recorrido la icónica prueba neoyorkina.
Pamplona, diciembre de 2015. Javier Goñi estaba en el sofá viendo la televisión con su mujer; en pantalla aparecía Dabiz Muñoz, el cocinero del restaurante Diverxo, corriendo la Maratón de Nueva York. Aquel fue el empujón que necesitaba el navarro para plantarse en la Gran Manzana y recorrer los 42 kilómetros de una de las pruebas de atletismo más icónicas del mundo.
La historia de Goñi, de 41 años y director comercial en un desguace en Navarra, es una de las más de 54.000 experiencias de todos los que participaron el pasado domingo en este gran evento deportivo. Para Javier Goñi fue un sueño cumplido: "Es la carrera de las carreras".
"No hay nada más grande para un corredor", continúa Goñi. "Cuando era joven pensaba en correr aquí y luego dejé el atletismo; pero nunca pensé que en 2016, con más de 40 años, pudiera ser capaz de correr esta maratón". La de Nueva York es su primera maratón completada, después de que en 2014 no pudiera concluir la misma prueba en Pamplona: "Me rompí en el kilómetro 30".
"Cuando vi en la tele la maratón empecé a buscar en internet y tuve la suerte de que era la última semana con el plazo abierto de inscripción". Uno de los requisitos para apuntarse es aportar una marca oficial de una prueba similar. En el caso de Goñi, aquel derrumbe en el kilómetro 30 de la prueba de Pamplona le permitió presentar un tiempo acreditado en la modalidad de media maratón. Y funcionó: "A la semana me contestaron y me dijeron que estaba aceptado".
La experiencia de participar en esta prueba ha acabado convirtiéndose en un premio para toda su familia, que también le ha acompañado a la ciudad estadounidense. El pamplonés dedica este triunfo personal a su mujer, Laura, y a sus dos hijas, Erika y Lucía. "También han venido mis padres, mi hermana y mi cuñado", explica Goñi.
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El corredor, que de joven formó parte del Pamplona Atlético, cuenta que ha estado preparándose durante más de medio año, con 3 ó 4 entrenamientos por semana. Su objetivo era terminar la prueba y conseguir hacerlo por debajo de las 3 horas y media. "Objetivo cumplido, he terminado en 3 horas, 29 minutos, 22 segundos".
"Es más que una carrera", relata Javier Goñi. Destaca la gran relación que se teje entre toda la gente que acude a la maratón, tanto corredores como espectadores. "Desde que cruzas el puente de Verrazano, que empieza a haber público, hay siempre una fila, dos o hasta tres filas, de gente animando y en cada milla vas encontrando grupos de música, desde gospel hasta bandas de rock, tocando para todos", recuerda. "Nos hace sentir a los que estamos dentro que formamos parte de algo muy importante; te transmiten mucho".
Goñi destaca la gran presencia de españoles que han tomado parte en la prueba, un total de 1.063. "Se veía mucho público español, banderas de España, carteles escritos en castellano...". Pero una de las anécdotas que mejor recuerda el navarro es su encuentro con el ex futbolista del Real Madrid, Raúl Blanco. "Fue muy simpático, muy majo. Nos encontramos en el kilómetro 39 y le felicité porque estábamos a punto de cerrar la prueba, aunque he de decir que luego me ganó".
Javier Goñi recomienda a quienes quieran participar en esta prueba llegar a Estados Unidos con un día de margen para superar el jet-lag. Y en caso de tener la intención de visitar Nueva York, hacerlo tras la prueba. "Yo cometí un error, lo hice al revés, y ya notaba el cansancio en las piernas de tanto patear".
"Esto es muy grande; todo lo que te dicen, multiplícalo por diez", aconseja el navarro, "porque hasta que no estás dentro no ves lo grande que es ésta carrera; es un evento deportivo, social, cultural...". Y sin dudarlo, Javier Goñi anima a participar en la maratón de Nueva York: "Esto hay que hacerlo una vez en la vida".
