• viernes, 19 de abril de 2024
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SALUD

¿Se puede tener sexo estando embarazada? Un laboratorio navarro destierra mitos sobre el embarazo

Desde Cinfa insisten en que "es importante desmentir algunas creencias populares erróneas".

Embarazada.
Imagen de archivo de una mujer embarazada. ARCHIVO

Aunque la mujer embarazada recibe cada vez más pautas sobre las medidas de prevención que debe seguir, la información veraz llega, a menudo, entremezclada con bulos y mitos en torno a esta etapa y los aspectos que la rodean.

Como apunta el doctor Julio Maset, médico de Cinfa, “se trata de creencias populares que se transmiten de una generación a otra y que, siendo la mayoría erróneas, pueden confundir a la mujer embarazada y llevarla a comportamientos o precauciones contraproducentes o, como mínimo, innecesarias”.

Por ejemplo, la alimentación en el embarazo es uno de los ámbitos dominados por los prejuicios y las leyendas urbanas.

Pese a que en esta etapa es especialmente importante que la futura madre cuide lo que come, ya que influirá en su vitalidad, mitigará las molestias típicas y aportará al feto los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo, el mito de que debe comer por dos induce a la mujer a llevar una nutrición inadecuada.

De hecho, una de cada cuatro gestantes no adapta sus hábitos alimenticios durante el embarazo o incluso los empeora, según evidenció el VIII Estudio CinfaSalud, “Percepción y hábitos de las mujeres españolas durante el embarazo”, realizado en 2017 y avalado por la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).

Como recalca el experto de Cinfa, “la mujer embarazada no ha de comer por dos, ni siquiera ingerir cantidades mayores, sino que ha de hacerlo con mayor frecuencia, hasta seis veces al día. De hecho, tomar porciones demasiado grandes eleva el riesgo de desarrollar molestias gastrointestinales”.

Siguiendo con la nutrición, también está muy extendida la creencia de que si la mujer no satisface un antojo alimentario mientas está embarazada, el bebé nacerá con marcas o manchas en la piel.

“Es cierto que algunas necesidades nutricionales y las alteraciones hormonales pueden llevar a la madre a desear comer determinados alimentos, al igual que a rechazar otros, explica el doctor Maset. Si son saludables, no hay ningún motivo para no satisfacerlos; si no lo son, es mejor que la madre busque alternativas, sin temer que por eso su hijo o hija vaya a tener ninguna marca de nacimiento” apunta.

Por último, ciertas actividades de la vida cotidiana, como acudir a la peluquería o bañarse en la piscina o el spa, también se asocian, en las embarazadas, a inseguridades o temores que, en realidad, son infundados.

“Aunque actualmente los productos químicos que incluyen los tintes para teñir el cabello están controlados y no son tóxicos ni perjudican al feto, podemos, como medida de precaución, evitar la tinción hasta pasadas 12 semanas de embarazo, menciona el experto de Cinfa.

Igualmente, es falso que bañarse en la piscina aumente el riesgo de infecciones vaginales en la mujer, ya que está protegida por el tapón mucoso del cuello del útero y el pH vaginal.

En cuanto a las termas calientes y saunas, se recomienda no pasar más de diez minutos en ellas, para evitar bajadas de tensión excesivas, pero su uso moderado sí está permitido”.

Como concluye el doctor Maset, “en una etapa tan crucial como el embarazo, es necesario desterrar este tipo de bulos de una vez por todas, sobre todo en casos en que pueden perjudicar al bebé o a la madre”.

DIEZ FALSAS CREENCIAS

La embarazada deber comer por dos. Aunque es cierto que el aporte nutricional necesario durante el embarazo es más alto, ello no quiere decir que la madre deba ingerir cantidades mayores, sino que debe comer con mayor frecuencia, pero en cantidades menores y evitando los alimentos conflictivos.

El sexo puede provocar un aborto. Ni es cierto que mantener relaciones sexuales pueda causar un aborto ni que la penetración o el orgasmo de la madre puedan perjudicar al feto.

Tanto el cuello del útero como las diversas capas que rodean al bebé protegen a este de manera muy efectiva. Así pues, en situaciones normales, la mujer embarazada puede seguir teniendo relaciones durante toda la gestación con normalidad.

Tan solo en algunos casos concretos, el ginecólogo puede indicar tomar ciertas precauciones.

La mujer embarazada no puede vacunarse. Lo ideal es completar el calendario vacunal antes del embarazo.

No obstante, si bien hay algunas vacunas que están contraindicadas en este periodo, otras están recomendadas y son necesarias para aumentar la protección de la madre y el hijo frente a diversas enfermedades.

Ante cualquier duda, el médico o la matrona informará a los padres de las vacunas indicadas durante el embarazo.

El tinte de pelo puede ser malo para el bebé. Se trata de otra máxima errónea, ya que los productos químicos que incluyen los tintes en nuestro país y en la actualidad están controlados y no son tóxicos, y los datos disponibles apuntan a que su uso durante el embarazo no perjudica al feto.

No obstante, como medida de precaución, se puede esperar a pasar la semana 12 del embarazo para teñirse.

No se debe ir a la piscina o al spa cuando se está embarazada. Es falso que bañarse en la piscina aumente el riesgo de infecciones vaginales o urinarias en la mujer, que está protegida por el tapón mucoso del cuello del útero y el pH vaginal.

Por lo tanto, la futura madre puede ir a nadar o bañarse en la piscina cuando lo desee salvo que su ginecólogo lo haya contraindicado.

Tan solo deberá tomar unas mínimas precauciones: ducharse antes de entrar y al salir del agua; evitar permanecer con el bañador mojado; no sentarse en el borde de la piscina o hacerlo sobre una toalla seca.

Respecto al spa, se recomienda no pasar más de diez minutos en termas calientes y saunas, para evitar bajadas de tensión excesivas, pero su uso moderado sí está permitido, siempre y cuando el nivel de higiene del establecimiento o de la piscina esté asegurado.

Una mujer embarazada no debe mantener en casa a su gato. A priori, no hace falta que la mujer embarazada traslade a su gato u otras mascotas, lo que puede suponer un trastorno en el hogar.

Pero, dado que las heces de gato pueden contener el parásito causante de toxoplasmosis, es importante conocer si la mujer está o no inmunizada contra esta infección.

En caso de no estarlo, siempre deberá lavarse las manos con agua y jabón tras estar en contacto con el animal; evitar limpiar su jaula o tocar sus excrementos, o sus juguetes y pelaje, si están sucios.

De hacerlo, debe utilizar guantes y extremar la higiene de las manos al finalizar. Y no olvidemos que aunque no se tenga gato debemos tomar precauciones con los alimentos que pueden transmitir la toxoplasmosis (carne poco hecha, verduras y frutas sin lavar, etc.).

Si la madre no satisface un antojo, el bebé tendrá una mancha en la piel. Esta creencia es totalmente errónea.

Es cierto que algunas necesidades nutricionales y los cambios hormonales pueden llevar a la madre a desear comer determinados alimentos, al igual que a rechazar otros.

Si son saludables, no hay ningún motivo para no satisfacerlos; si no lo son, es mejor que la madre busque alternativas, sin temer que por eso su hijo o hija vaya a tener ninguna marca de nacimiento.

Se puede saber el sexo del bebé por la forma del abdomen o la presencia o ausencia de náuseas.

Es completamente falso que un abdomen picudo, alto y prominente, indique que la mujer esté esperando un niño y uno más bajo y ancho, que esté esperando una niña.

Esta predicción no tiene por qué cumplirse y, por supuesto, carece de base científica. También hay quien dice que un mayor nivel de náuseas al comienzo del embarazo predice el nacimiento de una niña.

Sin embargo, si bien es cierto que los niveles hormonales varían en función del sexo del futuro bebé, la manifestación de este síntoma es indistinta en ambos casos.

Las embarazadas con ardor de estómago tienen bebés con mucho pelo. No es extraño oír a alguien decir a una futura madre que el hecho de que sufra acidez o ardores es indicativo de que su futuro hijo o hija nacerá con mucho pelo.

Sin embargo, no existe ninguna evidencia al respecto. Estos problemas digestivos están provocados por la presión del útero sobre el estómago y por el efecto de la hormona progesterona.

El sexo y las comidas picantes provocan el parto. En ocasiones, la impaciencia por conocer al bebé o el hecho de que el momento de dar a luz se retrase hacen que la madre esté deseosa de ayudar a que esa espera se acorte.

En esos casos, hay quien dice que la actividad sexual y las comidas picantes sirven como acicate, pero tampoco existen indicios que avalen estas tesis.

Además, si bien las relaciones sexuales no están contraindicadas, es preferible evitar la ingesta de alimentos demasiado picantes, que pueden provocar molestias digestivas innecesarias.


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