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TIEMPO

Navarra vive su quinto invierno más lluvioso de este siglo y el octavo en 40 años

La previsión estacional para los tres próximos meses apunta, según Oria, a una mayor probabilidad de que la primavera será cálida en el conjunto de España.

Una mujer con paraguas camina bajo la lluvia por las calles de Pampolona durante la tercera ola del coronavirus en la Comunidad Foral. MIGUEL OSÉS
Una mujer con paraguas camina bajo la lluvia por las calles de Pampolona durante la tercera ola del coronavirus en la Comunidad Foral. MIGUEL OSÉS

Un invierno, entre cálido y muy cálido, con periodos extremadamente fríos, y muy húmedo, con episodios de nieve en algunas zonas de la Comunidad foral que no se habían producido en los últimos cuarenta años, da paso a una primavera cálida. Precisamente, Navarra se encuentra en alerta amarilla por viento y nieve.

Así se recoge en el balance climatológico del invierno y la predicción estacional para la primavera que ha facilitado el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología en Navarra, Pedro Oria, quien ha manifestado que este fin de semana una situación "puramente invernal" dará la bienvenida a la primavera, que comienza este sábado 20 de marzo.

La previsión estacional para los tres próximos meses, con "la limitada información disponible a fecha de hoy procedente de predictores empíricos y modelos numéricos", apunta, según Oria, a una mayor probabilidad de que la primavera será cálida en el conjunto de España y eso incluye a Navarra.

En cuanto a las lluvias precisa que no cabe hacer pronósticos para áreas tan pequeñas como la Comunidad Foral y se remite en ese sentido a los datos a nivel nacional que hablan de un trimestre seco en conjunto, más seco cuanto más hacia el noroeste.

Respecto al invierno que está a punto de finalizar, destaca que las anomalías térmicas respecto a las medias de referencia (periodo 1981-2010) tuvieron un valor promedio para toda la comunidad en torno a + 0,8 ºC.

Sin embargo el comportamiento ha sido muy diferenciado con un diciembre y enero normales con tendencia a ligeramente fríos (anomalías promedio respectivas de -0,1 y -0,2 grados) y un febrero extremadamente cálido con 2,5 grados de anomalía.

Esto hace que el trimestre tenga un carácter entre cálido y muy cálido, según el informe que añade que la distribución espacial de estas anomalías muestra un rango de valores ligeramente positivos en zonas del este y Orreaga-Roncesvalles y en las comarcas cantábricas las anomalías rondan los 2ºC con respecto a las normales climatológicas de referencia.

Como de "especial relevancia" califica la situación fría de la semana de Reyes, donde se batieron algunos récords de frío llegando a alcanzar la estación de Espinal-Auzberri los -20ºC el 7 de enero.

Durante el final de 2020 y comienzo de 2021 las temperaturas estuvieron claramente por debajo de la media, pero desde el 12 de enero hasta el final de trimestre se han situado muy por encima de lo normal dándose récords absolutos a finales de enero, cuando, por ejemplo, el día 29 en Monteagudo se alcanzaron los 22ºC.

Febrero ha sido "el más cálido" desde que hay registros en muchas de sus estaciones (Ilundain, Bardenas, Cáseda, Larraga, Baztan, Bera, Monreal, Olite, Noain y zonas del Pirineo), con un comportamiento en sus temperaturas mínimas en el que todas las estaciones han batido su efeméride en el promedio de sus mínimas, algunas incluso superándolo en 2 o 3º grados.

Eso ha estado favorecido por la marcada persistencia y frecuencia de situaciones de sur con fuertes vientos, ausencia de heladas y periodos anticiclónicos.

En cuanto a las precipitaciones, presentan un valor promedio del 150% en un trimestre "muy húmedo, especialmente diciembre donde se recogió casi el doble de precipitación de lo normal.

Situaciones como las de principios y finales de diciembre, la borrasca Filomena, y los días 13 y 22 de febrero, con lluvias y nevadas muy cuantiosas dan lugar a un carácter muy húmedo al conjunto de la estación.

Diciembre fue especialmente húmedo en zonas del norte y Pirineo, enero en el área de Tudela y febrero en la Ribera alta, según el informe que recoge que a principios de ese mes y principios de enero las acumulaciones de nieve estaban muy por encima de lo normal en áreas de montaña e incluso se produjo un episodio de crecidas en los ríos del norte durante los días 10 y 11 de diciembre.

También destaca el impacto de la borrasca Filomena, que dio lugar a una nevada generalizada en Navarra y muy copiosa en el sur, con espesores de 20 centímetros en Monteagudo, convirtiéndose de esta forma en el episodio de nieve más importante en la Ribera en los últimos 40 años.

En el caso de la estación principal en Navarra, la del aeropuerto, el invierno ha sido cálido, con una temperatura media de 6,8 grados, lo que representa 0,7º grados por encima de la normal de referencia para el trimestre invernal, lo que le convierte en el quinto invierno más cálido de la serie y el duodécimo desde 1975.

Diciembre y enero fueron fríos con -0,3 y -0,7ºC respectivamente, pero febrero extremadamente cálido con más de 3ºC de anomalía positiva.

En febrero se registró la mínima absoluta más alta con 12,6 grados el día 20 (superando por un grado al 23 de febrero de 1978 y 6 de febrero de 2001), la temperatura media mensual más alta con 9,8 grados, superando a febrero de 1990 por 2 décimas y la media de las mínimas más alta con 5,7 grados.

En cuanto a las precipitaciones el invierno se considera muy húmedo, con 139 mm acumulados en diciembre (casi el doble de lo normal), 66 en enero y 90 en febrero (también casi el doble de lo normal). Con casi 300 mm sumados se trata del quinto invierno más lluvioso de este siglo y el octavo en los últimos 42 años.


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