El catalán ha indicado en la Universidad de Navarra que la libertad de expresión atraviesa un momento crítico.
El periodista Marc Marginedas ha asegurado al recibir este jueves el premio Luka Brajnovic de la Comunicación de la Universidad de Navarra que la libertad de expresión atraviesa un momento crítico.
"Razones hay y muchas para inquietarse", ha dicho, y reivindicado la ética en la información porque su ausencia "degenera en manipulación y desinformación".
Presentado por Javier Marrodán, el profesor ha destacado de él su convencimiento de que un periodista debe tener la capacidad de indignarse y debe ofrecer a la sociedad elementos de juicio para que resista las tentativas de manipulación de los poderes públicos.
Algo que él ha hecho a lo largo de su trayectoria profesional como corresponsal de guerra para 'El Periódico' de Cataluña, un compromiso que en septiembre de 2013 hizo que fuera secuestrado por el ISIS en Siria.
Un hecho al que Marginedas no ha dado relevancia en su discurso de aceptación del premio, en el que sin embargo sí ha recordado a sus compañeros de cautiverio "humillados" y leyendo obligados una declaración propagandística antes de ser asesinados, imágenes que "no aportaban nada" desde el punto de vista informativo pero atrajeron a una audiencia "ávida de morbo".
Así, ha denunciado, los medios se convirtieron "en caja de resonancia de una sesgada visión" de la religión islámica, "exactamente lo que querían los secuestradores", lo que le ha llevado a subrayar la "obligación" de todo periodista no solo de decir sino además de asumir la "responsabilidad" por las consecuencias que pueden acarrear las informaciones.
"Sin normas morales objetivas básicas, las actividades humanas desembocan en un anárquico mar de violencia, fraudes, mentiras y usurpaciones", ha dicho citando a su profesor Lucka Brajnovic, y ha añadido que "todo periodista tiene la obligación de hacerse con la verdad, de aprehenderla y transmitirla con posterioridad a su audiencia. No existen hechos alternativos, ni realidades paralelas. Lo que ha sucedido, ha sucedido y no es opinable".
Para Margineda, la verdad "es la base sobre la que se sustentan nuestras sociedades. Es el consenso, el mínimo común denominador a partir del cual cada ciudadano construye sus opiniones", por lo que "la comunicación no ética, venga de donde venga, ataca precisamente el bien más preciado que posibilita la convivencia entre diferentes formas de pensar y de sentir".
Por eso ha lamentado "el ataque que sufre la verdad en estos tiempos de manipulación y confusión, tan severo que incluso ha aparecido la noción hechos alternativos cuando el resultado del trabajo de los periodistas incomoda o contradice los intereses de mandatarios, políticos o sus portavoces".
Y ha advertido de que las "sofisticadas tentativas de desinformación no son únicamente el recurso que emplea un régimen autócrata, un presidente corrupto o los miembros sin escrúpulos de una campaña política determinada para avanzar sus posiciones en el ámbito de la política internacional o europea" sino que "se están extendiendo por todo el mundo y hoy ningún país se libra de ellas, después de haberse comprobado su enorme efectividad y recorrido".
Como ejemplo ha citado los 10 millones de ciudadanos que en las semanas previas a las elecciones generales del pasado día 28 recibieron por whatsapp bulos de mensaje o audio y "las mentiras, medias verdades e inexactitudes que los candidatos de los cuatro principales partidos políticos españoles verbalizaron durante los dos debates televisivos que mantuvieron".
Para terminar ha señalado que la comprensión y asunción de la ética y la responsabilidad a la hora de informar no es un proceso estático sino "algo vivo" que "hay que nutrir a diario mediante la reflexión y la lectura".
"Nuestras acciones y decisiones a la hora de informar siempre son susceptibles de mejora, siempre pueden ser más empáticas, siempre pueden tener más en cuenta a los demás, o prever de forma más acertada sus posibles consecuencias", y en este reto el premio Luka Brajnovic es para Marginedas un acicate para "luchar contra el cinismo y el relativismo que todo lo impregna en esta era de contaminación informativa".
