Dos centeneras de personas han reclamado en la capital navarra los mismos derechos para todas las personas, sin importar su raza.
Alrededor de 200 personas han participado este sábado en Pamplona en una manifestación contra el racismo, en la que se ha alertado del auge de "una nueva ultraderecha populista, racista y xenófoba" en Europa.
La manifestación ha partido desde la plaza del Castillo a las 12.00 horas. La marcha, que ha recorrido el Casco Antiguo de la ciudad, ha estado precedida por una pancarta con el lema "Todos los derechos para todas las personas". Los manifestantes han coreado consignas como "nativa o extranjera, la misma clase obrera".
Al finalizar la movilización, Judith Yulé, de Flor de África, ha leído un comunicado en el que ha reivindicado la derogación de la ley de extranjería, la Ley Mordaza y el "cierre definitivo" de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), que ha definido como "máxima expresión del racismo institucional".
Ha reclamado "la diversidad como característica intrínseca de nuestra sociedad, no como un apartado de algún plan de acogida o de inclusión, sino como valor central". Asimismo, ha rechazado la "discriminación en el acceso al empleo, a la vivienda, a la hora de justificar recortes en prestaciones sociales básicas o de derechos como la sanidad".
"Vemos cómo en todo el mundo se ponen en marcha políticas que discriminan a las personas por su origen étnico, usándolas además como chivo expiatorio de la crisis económica y social", ha continuado.
CALDO DE CULTIVO
"Esta sociedad europea cada vez más intolerante está siendo, desde hace ya unos cuantos años, el caldo de cultivo de una nueva ultraderecha populista racista y xenófoba", ha advertido Yulé, que ha atribuido esta "expansión del populismo xenófobo" a una "triple crisis en Europa" tanto política e institucional, como por el "descrédito de sus gestores alimentado por la corrupción" y por el "desmantelamiento de los estados del bienestar".
Por otro lado, ha censurado que "las políticas migratorias y de asilo siguen exclusivamente centradas en el control, en el cierre y en la externalización de las fronteras, con acuerdos de vergüenza con terceros países como Marruecos o Turquía, criminalizando el derecho a la libre circulación y generando espacios de impunidad donde las personas quedamos reducidas a cifras y porcentajes, y donde los derechos y la vida quedan en suspenso".
"Las migraciones forzadas no desaparecerán mientras exista las causas que las motivan, que derivan del actual modelo de desarrollo económico y social", ha subrayado.
