Una veintena de personas ha salido de la antigua estación de autobuses, cedida por el alcalde Asirón para un acto de Alternatiben Herria.
Los abertzales a los que el alcalde de EH Bildu, Joseba Asirón, cedió espacios públicos para tratar de hacer frente a la convocatoria de la manifestación en contra de la imposición del euskera han intentado esta tarde generar polémica y controversia al paso de la marcha.
Los hechos han tenido lugar al poco de comenzar el acto, cuando la comitiva de la manifestación pasaba junto a la antigua estación de autobuses de Pamplona. En ese lugar, Bildu había puesto parte del interior del edificio a disposición de la denominada Alternatiben Herria (Pueblo de las alternativas), de la plataforma Euskal Herriko Eskubide Sozialen, formación vinculada tanto a la izquierda abertzale como a colectivos antisitema.
Cuando pasaban las dos pancartas principales de la manifestación por la avenida Baja Navarra, una veintena de personas ha salido a la calle y ha comenzado a corear "euskal herrian euskaraz".
La reacción de parte de los manifestantes no se ha hecho esperar y ha respondido con silbidos y abucheos, además de gritar frases como "En la Chantrea no entendemos el euskera", "fuera, fuera" o "luego diréis que no provocáis".
Han sido varias las ocasiones en las que los manifestantes han tenido que responder a las provocaciones de este grupo de personas, al que han correspondido sus intentos de polémica con los gritos de "yo soy español".
Hasta entonces, la manifestación, que había partido del paseo de Sarasate, frente a las puertas del Parlamento de Navarra, había transcurrido con normalidad, pero teniendo que hacer frente al mal tiempo.
Faltaban cinco minutos para las 18 horas cuando ha empezado a arreciar un fuerte viento, al que pronto ha seguido la lluvia, que ha llegado a Pamplona con unas grandes gotas caídas del cielo, lo que ha obligado a sacar los paraguas.
Cerca de 30.000 personas vuelven a demandar al gobierno de Navarra que detenga su rodillo nacionalista con el idioma.
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Así ha sido la manifestación desde el Parlamento de Navarra hasta la Plaza del Castillo de Pamplona con miles de personas.
En las aceras, al paso de la manifestación, las señoras mayores no daban crédito a las condiciones meteorológicas, que hasta ese momento habían respetado a la capital navarra. Tirando de humor, comentaban: "¿Será posible? Seguro que esto han sido los abertzales, que habrán estado rezando para que lloviera esta tarde".
Una vez que han comenzado a caminar los manifestantes, precedidos por una inmensa bandera de Navarra, portada por ciudadanos con camisetas y gorras rojas con el escudo foral, se han empezado a oír también los primeros gritos de "¡Viva Navarra!", que eran correspondidos por los manifestantes con sonoros "¡Viva!".
Consignas también como "discriminación no es la solución" o "no vais a poder con nosotros" se han escuchado a su vez por las calles del centro de Pamplona, que ha visto como a las 18.10 horas ha parado de llover, aunque minutos después el mal tiempo ha regresado a la capital navarra.
