• miércoles, 24 de abril de 2024
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SOCIEDAD

Un investigador de la UPNA afirma que, de no haber confinamiento, más de 350.000 personas morirían en España

Mikel Casares ha realizado un estudio según el cual, el estado de alarma reduce el número de muertes en un 85%.

Miembros de la DYA desinfectan las ambulancias, EPIs y mascarillas de los sanitarios que lo necesiten durante la crisis del coronavirus. PABLO LASAOSA
Un trabajador de DYA desinfecta una camilla de una ambulancia. PABLO LASAOSA

El investigador del departamento de Economía de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) Mikel Casares Polo sostiene en un estudio que, de no haberse decretado el confinamiento, los resultados de la pandemia de coronavirus serían "catastróficos", con más de 350.000 fallecidos en España.

Casares, que ha diseñado junto a un investigador canadiense un modelo matemático sobre la probabilidad de contagio del COVID-19, afirma que los esfuerzos de aislamiento "disminuyen significativamente la velocidad del contagio y retrasan la epidemia", ya que el aislamiento social "reduce sustancialmente el número total de personas infectadas y los fallecimientos", y el confinamiento "tiene rendimientos crecientes", mejores cuanto más tiempo dura.

“Según los resultados del modelo, si no se hubiera producido ninguna intervención para el aislamiento social, los contactos entre infectados y no infectados condenarían a casi toda la población a infectarse y más de 350.000 españoles morirían”, apunta el investigador.

Y añade que “el estado de alarma, caracterizado en el modelo por una reducción en el número de contactos entre individuos de 25 a 3 por día, se estima que reduce el número de muertes en un 85% y el número de camas de hospital necesarias, en un 92%”.

Los resultados de las simulaciones del modelo muestran que, si el estado de alarma se hubiera declarado con anterioridad o el distanciamiento social hubiera sido más estricto, "las reducciones de infectados, fallecidos y hospitalizados serían significativamente mayores". Por eso, Casares califica de "fundamental una intervención para la contención de la epidemia temprana" que reduzca los contactos interpersonales a los "imprescindibles" para cubrir las necesidades básicas de la sociedad.

Además, el modelo también estima que los máximos en el número de hospitalizaciones por coronavirus se observarán entre el 27 de marzo y el 4 de abril, y avisa de que, "para acercarnos a cifras bajas en el número de contagios, se va a necesitar bastante tiempo".

RALENTIZACIÓN DE LA CAÍDA

Señala en este sentido que, "aunque al principio los descensos en el número de nuevos contagios serán importantes, después de una o dos semanas, se ralentizará la caída" y, a mediados de mayo, según la predicción, "el número de casos que requieran hospitalización será el 13% del máximo valor obtenido a finales de marzo”.

El modelo matemático que han empleado los investigadores para establecer la probabilidad de contagio en España se basa en la metodología tradicional SIR de estudio de epidemias, que determina el número diario de nuevos contagios aplicando una fórmula que tiene en cuenta la probabilidad de contagio en cada contacto entre un infectado y un no infectado, el número de contactos interpersonales diarios que se tenga y el ratio entre el número de infectados y la población.

Esta fórmula genera una evolución del número de casos nuevos detectados en forma de campana, que será más estrecha cuanto más rápida sea la velocidad de expansión de la epidemia, por lo que las medidas de control de movilidad y distanciamiento entre personas permiten retrasar los contagios, reducir la altura de la campana y hacer más ancha su base.


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Un investigador de la UPNA afirma que, de no haber confinamiento, más de 350.000 personas morirían en España