El grupo ultra Indar Gorri volvió a protagonizar un nuevo episodio polémico el pasado sábado 5 de marzo durante el partido que Osasuna disputó contra el Villarreal en el estadio de El Sadar.
En el encuentro, miembros del grupo de extrema izquierda exhibieron una bandera prorrusa, posicionándose políticamente en torno a la invasión de Ucrania a manos del ejército ruso. En concreto, Indar Gorri colgó de una de las vallas de Graderío Sur la bandera de la Nueva Rusia, empleada desde 2014 en las regiones de Donetsk y Lugansk por los partidarios de la anexión de dichos territorios a Rusia.
Una bandera, de color rojo con la cruz de San Andrés en azul, que representa una confederación, no reconocida internacionalmente, y que refleja un posicionamiento político de Indar Gorri, similar al de otros grupos de extrema izquierda como el Comite de Solidaridad Euskal Herria-Donbass, por el que denuncian la actitud incendiaria de la OTAN y sus aliados o la ofensiva militar por parte ucraniana contra el Donbass.
Un planteamiento a priori coherente con los posicionamientos y valores anticapitalistas y de extrema izquierda con los que comulga el grupo y que podrían asemejarse a los defendidos por la antigua Unión Soviética pero que en realidad nada tienen que ver con los actuales movimientos nacionalistas rusos y de sus líderes.
Y es que, Pavel Gubarev, prorruso y gobernador de la República popular de Donetsk que en varias ocasiones se ha fotografiado con la bandera de la Nueva Rusia, es en realidad un ex militante de Unidad Nacional Rusa, un movimiento político racista, neonazi, anticomunista, que aboga por el nacionalismo ruso y cuenta con esvásticas como símbolos.
Unos planeamientos que indirectamente Indar Gorri estaría defendiendo con acciones como la de colgar dicha bandera en sus gradas durante el encuentro contra el Villarreal y que también apoyan otros simpatizantes de la izquierda abertzale como Adur Ramírez, uno de los detenidos por la agresión a los guardias civiles en Alsasua, y que habría viajado a Ucrania para apoyar a los separatistas prorrusos.
En las imágenes difundidas de aquella expedición de 2015, Adur Ramírez aparecía posando sonriente junto a una ikurriña y una bandera de apoyo a los presos de ETA. Según publicó EL ESPAÑOL, para el viaje, el de Alsasua se integró en una "caravana antifascista" organizada por otro colectivo italiano llamado Banda Bassotti.
