• martes, 19 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

Dos asadores de Navarra, ante el cierre inminente y completo de su negocio: "No hay un Gobierno líder"

Juan Carlos Oroz Biurrun, propietario de Chez Belagua, y Adolfo Larraza Flores, dueño del asador Olaverri, dan su punto de vista.

Parón de la hostelería de Pamplona durante 10 minutos en protesta por las medidas tomadas por el Gobierno de Navarra para frenar el coronavirus. MIGUEL OSÉS
Una de las imágenes del parón de la hostelería de Pamplona durante 10 minutos en protesta por las medidas tomadas por el Gobierno de Navarra para frenar el coronavirus. MIGUEL OSÉS

Siete días después de las últimas medidas que restringieron el horario en Navarra, toda la hostelería se ve obligada a cerrar por completo a partir del próximo miércoles por la noche. 

El sector será el más perjudicado por las nuevas restricciones anunciadas este lunes por María Chivite con el fin de reducir la curva de contagios por Covid-19.

Hace una semana en este mismo periódico, Juan Carlos Oroz Biurrun, propietario de Chez Belagua, y Adolfo Larraza Flores, dueño del asador Olaverri, expresaron su disgusto por las limitaciones que ahora se han convertido en un cierre obligado y completo de sus negocios.

Por este motivo, hemos querido hablar de nuevo con ellos para comprender de primera mano las críticas de las asociaciones hosteleras de la Comunidad foral que han defendido que su sector "no es foco de contagios".

"Nos lo esperábamos porque éramos conscientes de que, a pesar de las restricciones, la reducción de horarios y aforos no era la solución. Sabíamos que la curva no iba a bajar, que iba a seguir aumentando y que iban a volver a incidir en nuevas medidas contra nosotros", explica Oroz, de Chez Belagua.

A pesar de que el cierre no haya sido inesperado, el dueño del asador asegura que Navarra destaca "por aplicar medidas muchísimo más brutales y drásticas que el resto de las comunidades".

"Era una cuestión de fechas que, casualmente, ha coincidido con la Vuelta Ciclista a España y con el pago de impuestos que tenemos que cumplir religiosamente hoy", comenta.

En todo momento, desde las asociaciones de hostelería han defendido que la solución no pasa por restringir la actividad de este sector: "Siempre nos hemos sentido en el punto de mira. No somos los culpables a pesar de que nuestros gobernantes y políticos quieran hacer ver a la sociedad que sí, y creemos que las medidas contra la hostelería especialmente no tienen ninguna justificación".

En el caso de algunos locales, existe la posibilidad de ofrecer entregas a domicilio, sin embargo, "el producto diferenciador de Chez Belagua es la chuleta y todavía no se ha inventado la manera de llevarla hecha al punto hasta una vivienda, salvo que el repartidor fuera haciéndola en una brasa portátil", dice de manera irónica. 

Todo el personal del asador tendrá que volver al ERTE a partir del próximo jueves con todas las complicaciones burocráticas y administrativas que supone. Además, Oroz denuncia que "cuando el Gobierno planteó las restricciones de hace una semana, habló de unas ayudas pero sin dar mayores explicaciones". "Era una partida de ayudas a todas luces insuficientes y, por supuesto, ahora todavía más", afirma.

"Es obvio que hay una improvisación e inconsistencia por parte de los políticos. Están dando continuamente palos de ciego", expone. 

Por su parte, Adolfo Larraza Flores, propietario del asador Olaverri, aclara que entiende en cierta medida el cierre de la hostelería porque las cifras de contagios son altas: "Pero otra vez volvemos a pasar por limitaciones que actúan como parches. ¿Por qué no han decidido cerrar también otros sectores o establecer un toque de queda? Con el cierre de la hostelería se puede solucionar un 20% del problema, pero mejor sería solucionar un 60% para evitar tener que alargar estas restricciones".

Además, el empresario alega que "aunque haya culpa general, no hay un gobierno líder". "Con el cierre de bares y restaurantes pretenden evitar las reuniones sociales, pero la gente va a seguir reuniéndose en otros lugares", defiende.

A partir del próximo jueves toda la plantilla del asador estará de nuevo en ERTE y en cuanto a posibles ayudas Larraza sostiene que no sabe absolutamente nada: "Que alguien me explique dónde están. A mí no me toca nada". 

"Mi indignación no es por cerrar sino por la dirección que se esta llevando, cómo se esta gestionando y cómo se está invirtiendo el dinero público", concluye.


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