• jueves, 28 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

Los hongos y el clima reducen un 6% la producción de cereal en los campos de cultivo navarros

El clima ha marcado las diferencias finales de producciones en las diferentes zonas de Navarra.

Vista aérea de un cultivo de cereal. INTIA
Vista aérea de un cultivo de cereal. INTIA

Técnicos de la sociedad pública INTIA especialistas en cultivos extensivos presentaron ayer en una jornada virtual, ante más de 60 representantes de las cooperativas socias de INTIA, el balance de la campaña de cereales y las recomendaciones de variedades para 2020/2021.

La superficie de cultivos extensivos esta campaña ha sido menor que en la campaña anterior y la media de los rendimientos también ha resultado inferior al año pasado.

En el encuentro, se presentaron cifras de la superficie de cultivos extensivos sembrada durante este año. La superficie total, 185.000 hectáreas, ha sido inferior a la del año anterior principalmente por el descenso de la superficie de trigo que, con 77.000 hectáreas, ha sido un 3,5% menor que la de 2019. La superficie de cebada, 77.900 hectáreas (ligeramente por encima del trigo) ha sido prácticamente igual a la del año anterior. Los cultivos alternativos también descienden ligeramente su superficie.

La producción, con datos provisionales, ha sido inferior en un 6% a la campaña del año pasado, pero similar a 2017 y 2018. En general han sido unos rendimientos buenos pero con una alta variabilidad entre zonas.

Durante la jornada se repasaron las incidencias climáticas y fitopatológicas, que han influido más en el desarrollo de estos cultivos. Como viene siendo habitual en todas las campañas, ha sido el clima el que ha determinado las diferencias finales de producción entre las zonas húmedas y secas.

Casi toda la campaña ha estado marcada por una climatología favorable. Las precipitaciones han sido frecuentes, y con pocos periodos en los que no ha llovido. Quizás algunas zonas se vieron penalizadas por exceso de humedad en la época invernal que han marcado la bajada en la producción final. Las temperaturas han sido bastante suaves a lo largo de todo el ciclo de los cultivos, con una incidencia negativa en el final de los mismos que ha podido marcar una penalización en algunos cultivos y en algunas variedades. Dicha incidencia no ha sido otra que un golpe de calor soportado a mitades del mes de mayo, momento clave en la formación del grano de los cereales. Hasta ese momento las expectativas productivas referían un posible record de producción a nivel de la Comunidad Foral, que finalmente no se ha producido pero quedándose como el quinto año con mayor producción cerealista. 

El técnico de INTIA Marcos Apesteguía, en la primera parte de la jornada explicó a los asistentes estas diferencias. Las abundantes lluvias de otoño que comenzaron en noviembre complicaron, además de las siembras de algunas variedades de cereal, la aplicación de los herbicidas radiculares. Esto se tradujo en que en muchas parcelas solo se pudieron aplicar  herbicidas de acción exclusivamente foliar que finalmente no dieron buenas eficacias en hierbas cada vez más problemáticas como el vallico y la amapola. 

La primavera también marcada por lluvias después de un febrero muy seco, favoreció el desarrollo de muchas enfermedades. Comenzó la roya amarilla en trigos. Las primeras aplicaciones con fungicidas se realizaron a primeros de marzo, generalizándose ya a mediados de este mes, desde las zonas más al sur hasta la baja Montaña. En esta última se llegaron a realizar hasta tres tratamientos en algunas variedades de trigo. Además, las lluvias continuadas de primavera aumentaron la presencia de otras enfermedades como la Septoria en trigos y Helmintosporiosis en cebadas. Las temperaturas altas de mayo, provocaron una penalización importante en el peso de los granos de las variedades más precoces de trigo y la abundante presencia de manchas climáticas de algunas cebadas. En cuanto a plagas, Apesteguía recalcó que han sido las habituales de otros años como zabrus, pulgones y algo más del nematodo de la espiga (Anguina sp) en cebada. Sin ninguna duda, el año ha estado marcado por la gran incidencia de las enfermedades fúngicas.

A continuación, se presentaron los resultados de algunos de los ensayos realizados en estos cultivos extensivos .Este año se han cosechado más de 4.500 micro parcelas en los ensayos de INTIA de variedades de trigo, cebada, avena y otros cultivos alternativos, ensayos de fungicidas y herbicidas, ubicados principalmente en Cabanillas, Tafalla, Azpa y Mendioroz / Mendiorotz y en otras localidades de la geografía Navarra.

Los resultados de fungicidas los presentó Jesús Zúñiga, técnico de INTIA especialista en enfermedades de los cultivos. Primero dio los resultados de un ensayo contra Roya amarilla en trigo, la enfermedad más extendida por toda la geografía. Se han comparado varios productos fungicidas en la variedad de trigo Camargo. Las eficacias de los productos han sido muy claras al ser un año con mucha incidencia de la enfermedad, pero además también se ha podido ver la eficacia contra otras enfermedades que han atacado al final del ciclo del cultivo como son Septoria y Roya parda, por lo que el técnico dejó muy claro el comportamiento de los fungicidas frente a cada una de ellas y la incidencia que ha ocasionado en los rendimientos finales. Después, Zúñiga explicó un segundo ensayo de INTIA que está dentro del proyecto europeo Rustwatch cuyo objetivo es el seguimiento de la evolución de todas las royas, amarilla, parda y negra, esta última, empieza a preocupar. El ensayo se realizó sobre las variedades de trigo, Camargo, Filón, Nudel y una mezcla varietal con una respuesta muy clara de la variedad Nudel como la más resistente frente a Roya amarilla en todas las tesis estudiadas. 

La última parte de la reunión se dedicó a presentar los resultados de los ensayos de INTIA de trigos y cebadas tanto en secano como en regadío y a dar las recomendaciones para la nueva campaña. El técnico de INTIA especialista en cereales, Jesús Goñi, comenzó su exposición hablando de las variedades más sembradas en Navarra. De las 22 variedades de trigo y cebada sembradas, el 90% lo ocupan solo 6 variedades. Presentó algunas gráficas de la evolución de estas variedades en los últimos 20 años. El técnico recalcó que es importante situar a cada variedad en su zona y en su correspondiente fecha de siembra, que no hay una variedad que valga para todo. Este año ha sido muy marcada la diferencia de las producciones de las distintas variedades cuando llevaban tratamiento fungicida y cuando no. Los valores de la sensibilidad de algunos trigos son muy significativos. Por ejemplo, la variedad Camargo, que ocupa un 39% de la superficie en Navarra, ha sido muy penalizada esta campaña, pero Goñi mostró con sus ensayos que no ha sido exclusivamente por la roya, sino que ha intervenido el factor clima, las temperaturas tan altas de mayo han perjudicado a los trigos que son más precoces en el espigado.

Finalmente el técnico especialista abordó uno de los apartados de mayor interés para el grupo de asistentes: la recomendación de variedades para la próxima campaña 2020/21, Goñi adelantó que las nuevas variedades a incluir este año como novedades en las recomendaciones son: Mufasa y Macareno en trigo y RGT Medinaceli, Maltesse, Mendiola y Chronicle en cebada

Estas recomendaciones de variedades se dan para las distintas zonas y son elaboradas a partir de los resultados de los tres últimos años de los ensayos de INTIA. Se harán públicas para los socios de INTIA en el próximo Boletín Informativo de Agricultura, a través de la web de INTIA y se difundirán en el número de septiembre-octubre de la revista Navarra Agraria.


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