Como todos los años, los pamploneses volverán a acudir este 23 de diciembre a un lugar fijado para siempre en la memoria de los familiares del general Juan Atarés, el cruce entre la calle Fuente del Hierro y la vuelta del Castillo, en Pamplona.
En ese enclave, la banda terrorista ETA segó su vida en vísperas de la Navidad, cuando Atarés, ya jubilado, contaba con 67 años. Nacido en Aragón y con ocho hijos a su cargo y al de su esposa, se dirigía en esa fecha de 1985 a la Comandancia de la Guardia Civil para trasladar una felicitación navideña a sus antiguos compañeros.
No era la primera vez que los terroristas habían intentado asesinarlo, pero los miembros del comando Nafarroa aprovecharon que Atarés se negaba a llevar escolta para esperarlo a pocos metros de su casa y dispararle tres tiros por la espalda.
A los pocos minutos, en una fotografía que ha quedado ya para el recuerde de la barbarie terrorista, la mujer de Atarés llegó hasta el cruce de esas dos calles pamplonesa y, arrodillada junto al cadáver de su marido, indicó que quería "perdonar a todos", en referencia a los etarras que habían perpetrado otra de las acciones cobardes y deleznables de su terrible historia macabra.
En este 2019, como ya se ha convertido en costumbre, Vecinos de Paz vuelve a convocar a la ciudadanía navarra que rechaza y condena los atentados de ETA, para recordar de nuevo a los que ya no están y mostrar su cariño a los familiares que se quedaron sin su compañía.
El homenaje a Atarés y a todas las víctimas del terrorismo se producirá en el citado punto de la capital navarra a partir de las 19 horas, según han comunicado los organizadores de este acto.
Este año, además, este evento que sirve para honrar la memoria de quienes fueron asesinados por ETA cobra una mayor importancia por los intentos de blanqueamiento que desde las instituciones están haciendo algunas formaciones políticas, al dar la mano a sus herederos y a aquellos que jamás han condenado sus actos.
