• viernes, 29 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

El Gobierno foral promueve una investigación sobre los navarros deportados a campos de concentración nazis

El Ejecutivo, en colaboración de universidades, realizará dos proyectos de investigación sobre el exilio tras la Guerra Civil.

Campo de concentración de austchwitz
Campo de concentración de austchwitz

El Instituto Navarro de la Memoria del Departamento de Relaciones Ciudadanas, en colaboración con universidades, tiene previsto llevar a cabo dos proyectos de investigación sobre el exilio debido al golpe militar de 1936, la guerra y la dictadura franquista.

Estos proyectos se inscriben en el programa “El exilio navarro. Investigación, Memoria y Arte”, presentado este lunes en conferencia de prensa por la consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo.

Uno de los estudios abordará la localización y análisis de los boletines de los servicios de información franquistas, conservados en el Archivo General Militar de Ávila, y el otro consistirá en la actualización del listado de personas navarras deportadas a los campos de concentración nazis.

En este sentido, ha apuntado Ollo, la labor de divulgación de la memoria seguirá siendo uno de los ejes centrales del programa. Así, se han organizado exposiciones sobre las hermanas Uriz Pi, su renovación pedagógica y su exilio; la colección de instantáneas recogidas por el fotógrafo navarro José Alfaro en el exilio; o la historia de los trabajadores forzados en la Europa fascista.

Una de las principales exposiciones del programa será la del artista navarro Gerardo Lizarraga, quien, a través de sus pinturas, permite descubrir de primera mano lo que supuso la guerra civil y el exilio.

La divulgación del exilio navarro continuará con el II Encuentro audiovisual “Imágenes con Memoria”, programa que, dentro de las V Jornadas de Paz, Convivencia y Derechos Humanos, seguirá recuperando miradas que reivindican la memoria de las víctimas de la represión franquista y de sus familias. La propuesta divulgativa se completará con jornadas específicas sobre temáticas relacionadas con las exposiciones.

Además, dentro del programa “Escuelas con Memoria”, alumnado de diferentes escuelas, colegios e institutos navarros participará en exposiciones sobre refugiados o trabajará el conocimiento de la represión franquista a través del teatro.

En verano se celebrará asimismo un campo de voluntariado que propone la recuperación, puesta en valor y divulgación de una parte de las estructuras que conformaron la fortificación del Pirineo durante la guerra civil española y el primer franquismo.

Por último, el Gobierno de Navarra continuará trabajando a través de este programa en la reparación de las víctimas y sus familias.

Como se ha hecho en años anteriores, se firmará un convenio con la Sociedad de Ciencias Aranzadi con el objeto de continuar con las exhumaciones de fosas.

Este año, con motivo del proyecto, además de las fosas relacionadas con sacas de población civil y de fugados del fuerte de San Cristóbal, el Ejecutivo trabajará en abordar otro tipo de fosas, relacionadas, en este caso, con la represión de guerrilleros antifranquistas en el contexto de la lucha del maquis.

Se impulsarán igualmente actos de homenaje en Navarra y en los diferentes campos de concentración en los que fueron internados navarros, así como la colocación de un monolito que recuerde el proceso del exilio.

Ollo ha remarcado que el exilio “comenzó en los primeros días de la sublevación como una medida de precaución, de salvaguarda personal, una huida que se pensaba pasajera hasta que se despejara el panorama, iniciándose así un goteo que nunca se interrumpió”.

La consejera ha subrayado que “no fueron las personas exiliadas las únicas que perdieron con su huida", ya que Navarra "perdió un valioso capital humano del que esta tierra ha sido en general poco consciente”. La marcha de algunos de los sectores más activos y dinámicos, ha remarcado, “empobreció notablemente a la sociedad navarra, sumida en la atmósfera gris que caracterizó el franquismo”.

Ollo ha remarcado que se trata de un programa “muy ambicioso, todavía abierto, y para el que el Instituto Navarro de la Memoria buscará la implicación de diferentes instituciones como Parlamento o entidades locales”.


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