• jueves, 28 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

La fiesta de Santa Águeda en Navarra: coros en Pamplona y fiesta grande en Alsasua

Es considerada la protectora del mal de pecho y es la patrona de las mujeres y de las enfermeras.

Los Coros de Santa Águeda recorren la ciudad cantando con motivo de la víspera de la festividad. PABLO LASAOSA 05
Los Coros de Santa Águeda recorren la ciudad cantando con motivo de la víspera de la festividad. PABLO LASAOSA.

Santa Águeda o Santa Ágata, fue una virgen y mártir siciliana del siglo III que ha sido y es muy venerada en España desde la Edad Media y está considerada patrona de las mujeres y de las enfermeras. Su martirio la convirtió en protectora contra el mal de pecho. Durante décadas se conmemoraba en Navarra y en Pamplona tañendo las campanas para evitar las tormentas venideras

Se encendían hogueras en muchísimos pueblos de la Navarra media oriental y otras zonas la noche del día 4. A veces quemaban en ellas pellejos y odres de cuero con los que los mozos corrían los caminos, según la gran enciclopedia navarra. Además, en regiones como Navarra, País Vasco o La Rioja también es la patrona de los mozos. Es decir, los hombres solteros.

Como cada año por estas fechas, cientos de pamploneses llenan las calles del Casco Antiguo de Pamplona la tarde del 4 de febrero para participar en la ronda de los coros de Santa Águeda.

Esta centenaria tradición está en manos de la peña Muthiko Alaiak y tiene el doble sentido de anticipar la fiesta de Santa Águeda y de empezar la despedida del invierno.

Esta peña, de la mano de su socio Fernando García Echeverría (fallecido en 2015), fue la que impulsó la recuperación de la fiesta de Santa Águeda en Pamplona desde hace 59 años.

Los coros de folclore que han surgido en la ciudad han marcado en rojo el 4 de febrero, la víspera de Santa Águeda. Como Taller Kortxea, una treintena de voces de entre 50 y 60 años de edad que hace tres décadas se sumó al recorrido por las calles.

Los coros eran recibidos por el alcalde de Pamplona en el Ayuntamiento y obsequiados por unas cestas con productos navarros.

La festividad se celebra también en localidades como Estella, Lazagurría, Viana, Berrioplano, Cáseda, Cabredo, Torralba del Río, Castejón, Cabanillas, Tudela, Leitza, Lekunberri, Cizur Menor, Zizur Mayor, Berriozar, Barañáin, Burlada, Aizoáin, Huarte, Villava, Etxauri, Cendea de Olza, Valle de Aranguren, Ansoáin, Lesaka, Lumbier, Sangüesa y Tafalla. 

La costumbre marca que la víspera del 5 de febrero se tomen las calles de muchas localidades navarras al ritmo de coplas y makilas, o con bastones y palos con los que se golpea rítmicamente el suelo.

Las cuadrillas salen por los pueblos, recorriendo barrios y caseríos de puerta en puerta cantando la canción de Santa Águeda y recogiendo dinero para diversas causas

Las cuadrillas de jóvenes salen a recorrer las calles de los vecinos haciendo lo que se suele llamar “pedir la Santa Águeda”. Antes, este aguinaldo se recibía en especie, como huevos o chorizo, además de dinero para organizar una gran cena. La tradición, que varía según la época y región.

En algunos municipios la tradición va más allá en cuanto a los actos que se realizan. Así ocurre en Arróniz donde es tradición constituir un ayuntamiento txiki con pequeños concejales que, vestidos con las galas municipales, pronuncian su discurso desde el balcón consistorial.

La fiesta de Santa Águeda tiene un especial colorido en Alsasua, donde los protagonistas son los quintos, los jóvenes que van a cumplir la mayoría de edad y que antiguamente estaban en edad de ir a realizar el servicio militar.

Los preparativos de la fiesta comienzan el 6 de enero, con el sorteo, entre los quintos de ese año, de los dos ‘Reyes’ administradores del dinero y de la comida que consigan en las cuestaciones casa en casa

Los jóvenes salen a la calle y realizan una cuestación (petición de limosna para fines benéficos) enfundados en blanco con cuatro pañuelos sobre los hombros y un palo de gorosti (acebo) adornado con cintas de seda.

Los ‘Reyes’ van acompañados de los txistularis, y por la tarde, tras la comida, el ‘Rey’ inaugura en la plaza los típicos bailes populares conocidos como zortzikos.

El año pasado ni hubo cuestación en Alsasua ni venta de roscas de pan envueltas en papel de celofán, por la prudencia que aconsejaba huir de aglomeraciones bajo la amenaza del covid-19.

Protagonismo especial, desde la víspera de la santa, cobraban las hogueras y los toques de campanas, seguramente evocando un pasaje de la vida de Santa Águeda, según el cual siendo niña se extravió y al escuchar las campanas, pudo regresar a casa.

Un primer testimonio impreso sobre el uso de campanas en el día de su fiesta se remonta a 1510, cuando el canónigo peraltés Martín de Andosilla escribió en De supersticionibus, estas palabras “tocar las campanas el día de santa Águeda para ahuyentar los maleficios cae en el campo de la superstición”.

En otras localidades como Bargota, Aras, Marañón o Viana hay constancia de que se hacía otro tanto y hasta tiempos recientes se ha perpetuado la costumbre en varios pueblos de Tierra Estella, Salazar, Igal, Roncal, Mélida y Ablitas.


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