• viernes, 29 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

Autorizan un segundo rastreo del posible lugar de enterramiento del cuerpo del terrorista 'Naparra'

La familia vive entre la ilusión y la prudencia la búsqueda del cuerpo que se va a realizar en Las Landas francesas por petición de la Audiencia Nacional.

Eneko Etxeberria y su hermano José Miguel Etxeberria, 'Naparra'. MIGUEL OSÉS
Eneko Etxeberria y su hermano José Miguel Etxeberria, 'Naparra'. MIGUEL OSÉS / ARCHIVO

La familia del presunto miembro de los Comandos Autónomos Anticapitalistas que mató a 9 personas en 1980, José Miguel Etxeberria Álvarez 'Naparra', desaparecido ese mismo año, vive entre la ilusión y la prudencia la búsqueda del cuerpo que se va a realizar en Las Landas francesas por petición de la Audiencia Nacional.

Naparra, que en 1978 había huido a Francia, desapareció el 11 de junio de 1980 en Ziburu, en el País Vascofrancés, cuando tenía 22 años, y su secuestro y asesinato fue reivindicado hasta en cinco ocasiones por el Batallón Vasco Español.

Este caso fue archivado en 2004 por el juez Ismael Moreno "después de un proceso que no se hizo como se tenía que hacer", ha comentado en una entrevista con Efe Eneko Etxeberria, que tenía 16 años cuando desapareció su hermano. 

Sin embargo, a pesar de haber transcurrido más de 20 años, el caso no ha prescrito porque la familia interpuso en 1999 una nueva querella en la Audiencia Nacional y, además, la ONU calificó lo sucedido como "desaparición forzosa" y, por tanto, imprescriptible.

La Audiencia Nacional reabrió el caso en octubre de 2016 después de que la familia presentara nuevos datos sobre el lugar donde podría encontrarse el cuerpo de Naparra.

Fue un exagente del Centro Superior de Investigación de la Defensa (CESID), actualmente Centro Nacional de Inteligencia (CNI), quien habría informado al periodista Iñaki Errazkin del lugar en el que se encontraría el cuerpo, en una zona de Las Landas cerca de la localidad de Mont-de-Marsan.

Este exagente del CESID facilitó al periodista un manuscrito con la descripción del lugar. Etxeberria ha subrayado que en la familia tenían claro que, "si el caso se iba a reabrir, iba a ser porque alguien soltase información".

El forense Paco Etxeberria, analizando la descripción del manuscrito, identificó dos posibles lugares del enterramiento, que denominó como zonas A y B, dando a la primera más probabilidad de ser la correcta.

No obstante, ha afirmado Etxeberria, en abril de 2017 las autoridades francesas, "por razones que no llegamos a entender, deciden que la excavación sea exactamente en la zona menos probable", la llamada "zona B", donde no se hallaron los restos.

Cuando Etxeberria recibió la llamada del abogado Iñigo Iruin -que asistió a la excavación junto al forense- comunicándole que no habían encontrado los restos de su hermano, "pensé que nos iban a cerrar el caso", ha reconocido.

La sorpresa, ha agregado, vino cuando el pasado 13 de mayo se conoció la decisión de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional de aceptar el recurso de apelación de la familia. La Sala acordó que se envíe a las autoridades francesas una comisión rogatoria para rastrear la llamada "zona A", que no se llegó a examinar en abril de 2017. También acordó la toma de declaración al exagente del CESID.

Al conocer la decisión de la Audiencia Nacional, ha afirmado Etxeberria, "yo ni me lo creía", aunque también tiene la sensación de que "hemos perdido un año".

La Sala de lo Penal "le ha dado un tirón de orejas al juez Ismael Moreno y en cierto sentido también a la forma de actuar de la gendarmería francesa", ha declarado Etxeberria, cuyo padre murió en 2006 y su madre "ya tiene muchos años", pero "no hemos llegado ni a ese punto de duelo, porque no tenemos ni el cuerpo" de su hermano.

"Ya no es que te falta tu familiar, es que además te han privado de lo principal. Una madre que no sepa dónde tiene a su hijo, que se lo han quitado, lo han matado...", ha lamentado el hermano de Naparra, que ha aseverado que lo vivido por la familia "ha sido muy duro. Son ya 38 años sin parar, y el desgaste que supone a nivel personal es muy grande".

"En nuestra tierra hemos tenido mucho dolor y hemos sufrido mucho. Yo comprendo perfectamente lo que puede sufrir un familiar de un guardia civil que han matado. Yo tengo esa empatía, yo lo entiendo perfectamente", ha resaltado.

Etxeberria ha afirmado sobre la nueva búsqueda que se va a realizar de los restos de su hermano que es consciente de que "puede que sí o puede que no" aparezcan.

En el caso de que aparezcan los restos de Naparra, ha comentado, la familia podría depositar sus cenizas junto a la urna de su padre, enterrada en el caserío familiar y, si no son hallados, van a "seguir peleando" para que el Gobierno levante el secreto oficial sobre los posibles documentos que se puedan guardar sobre el caso.

"Información existe, pero existe esa barrera. Eso se llama impunidad", ha denunciado Etxeberria, que ha asegurado que la prioridad de la familia es recuperar los restos y que se determinen "las responsabilidades de ese daño que se ha causado. Tampoco pretendo que se busque a los ejecutores materiales y los metan en la cárcel; a mí eso ya no me satisface".

La familia y amigos de Naparra le recordarán el próximo 17 de junio en el caserío Igarola, en Lizartza (Gipuzkoa), donde, como cada año, se hará una ofrenda floral en el monolito erigido en 1982 con una escultura de Xabier Idoate.


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