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CULTURA

Leire Izaguirre: cuando el suicidio, el silencio y el dolor se convierten en arte

La criminóloga navarra inaugura la II edición de ‘Voces del Silencio’, en la casa de Cultura de Zizur Mayor

Leire Izaguirre García, criminóloga y comisaria de la exposición 'Voces del Silencio'. FERMÍN TORRANO
Leire Izaguirre García, criminóloga y comisaria de la exposición 'Voces del Silencio'. FERMÍN TORRANO

"Los estados que he vivido son tan fuertes y violentos que necesito agarrarme a alguien. Pero necesito algo físico: un abrazo, un gesto... pero es tanto el dolor que la gente se asusta", testimonio recogido en 'Voces del silencio'.

Javier y Ane, una pareja mayor cuyos nombres han sido cambiados para preservar su intimidad, entran a la Casa de Cultura de Zizur Mayor, en mitad de la entrevista, preguntando por Leire Izaguirre. Es la segunda vez en menos de 30 horas que acceden al edificio buscando la exposición ‘Voces del Silencio’. En la primera, el montaje se detuvo, igual que la vida de este matrimonio hace unos meses cuando su hijo se quitó la vida.

Las preguntas se transforman en pequeños susurros y sollozos tímidos. El sonido de los abrigos desvela caricias y abrazos prohibidos por la normativa Covid, pero que parecen más necesarios que el dispensador de gel de la entrada en estos tiempos de pandemia.

50 minutos después, la sala vuelve a quedar vacía y ninguno de los estudiantes de la biblioteca en el piso superior se ha enterado. Apenas lleva unas horas y, seguramente, la exposición ya ha cumplido el objetivo con el que nació: ser un espacio físico que rompa el tabú y el silencio, pero también que acompañe.

—¿Qué se siente en una visita como esta?

—[Piensa en silencio] En cierta manera vuelve el estigma, el tabú. Te viene el pensamiento de “yo, que ya he pensado muchas veces qué diría, ¿qué digo ahora?”. Piensas en qué puedes hacer para no meter la pata y no hacer más daño.

Del sufrimiento que rodea al suicidio y la capacidad del arte para transmitir emociones se dio cuenta Leire Izaguirre García (Pamplona, 1997) hace dos años cuando finalizaba su Trabajo Final de Grado en Criminología. 238 páginas después, pidió a su tío, el tudelano Jesús Manuel García ‘Fitin’, seis ilustraciones para añadir a los diferentes capítulos.

Piensas en qué puedes hacer para no meter la pata y no hacer más daño

El resultado fue una serie de acuarelas que juegan con la idea de ser postales que se envían desde “el puerto emocional” en el que se hospeda la persona que viaja por las diferentes emociones y realidades ligadas al suicidio. Todas con el grito de Münch, en la parte superior izquierda, a modo de sello.

“Las ilustraciones transmitían tanto, incluso para mí que llevaba meses estudiando estos conceptos, que me di cuenta de que podían ser útiles para muchísimas personas más”, señala. “Explicar la tristeza, la desesperanza, las emociones… me di cuenta que lo había conseguido”.

Poco después, surgieron personas de la Universidad Pública del País Vasco (donde realizó sus estudios) dispuestas a darle visibilidad. Por el camino, una profesora respaldó la creación de una exposición que aunara, también, las obras de una tercera artista navarra, al menos de adopción: María Antonia Zamora. Ceramista y psicóloga, “se prestó a ilustrar de manera diferente estas mismas realidades” creando piezas que fueran el ‘alter ego’ de las postales.

El resultado final de estos tres navarros se expone por primera vez en la Comunidad Foral y hasta el 8 de diciembre podrá visitarse en la Casa de Cultura de Zizur Mayor.

¿QUÉ ES EL TABÚ?

Para Izaguirre, que no es superviviente, pero colabora con la asociación Besarkada-Abrazo, el tabú “es el miedo a hablar, es la vergüenza, es encontrarte con una pared. Lo que nos impide hablar de manera honesta, libre, y poco condicionada”.

Además, entiende que el concepto va ligado al estigma porque el suicidio es la representación de “un dolor muy profundo” que las personas y la sociedad no saben gestionar.  “Faltan espacios y medios para trabajar sobre el fenómeno e involucrar a la gente para su solución”, subraya.

Por eso, esta criminóloga de 23 años decidió utilizar la “excusa” del arte para ofrecer un contexto en el que sociedad en general y supervivientes en particular pudieran reflexionar sobre el suicidio y las ideas clave que giran a su alrededor para servir, al menos, de acompañamiento en el dolor y “evitar el colapso emocional y mental”.

La muestra incluye seis postales, otras tantas piezas de cerámica, paneles explicativos y testimonios. FERMÍN TORRANO

“Más allá del silencio, cuando no sabemos cómo actuar ante algo, tendemos a bloquearlo y dejarlo apartado para no molestar a nadie. Esto está muy ligado al pensamiento de que el suicidio es cosa de locos y con los locos no nos metemos”, sostiene.

—¿Qué alternativas existen, entonces?

—Hablar. El suicidio no deja de ser un tabú compuesto por otros muchos tabúes como el sufrimiento, la salud mental o la muerte misma. Hay muchos debates y formas de ritualizar y entender la muerte, entonces lo que se puede hacer es, poco a poco, ir quitando el miedo a hablar de todos estos temas de modo que nos demos cuenta de que a todos nos llaman de alguna manera. La muerte es algo tan humano como la vida. No dejan de ser dos caras de una misma moneda. Dos realidades que se dan sentido mutuamente.

El suicidio no deja de ser un tabú compuesto por otros muchos tabúes

Por eso, Izaguirre incide en la eficacia de comenzar por un “¿Qué tal estás?”. “Lo que no visibilizamos no existe y lo que no existe no se puede prevenir. Pienso que romper el tabú es iniciar conversaciones en las que vayamos relativizando el miedo y cuestionemos nuestra propia censura”.

De momento, desde la organización de la muestra consiguieron reunir el día de la inauguración a diferentes agentes sociales como el Teléfono de la Esperanza, la asociación Goizargi y representantes de los servicios sociales y del equipo de gobierno del municipio.

“Me parece importante decir que es una primera piedra en un camino, si queremos hablar del suicidio, hay que sacarlo fuera de algunos ámbitos, incluido el de esta sala. Queremos que la conversación llegue a institutos y políticas locales”

Con este fin, desde la asociación de personas afectadas por la muerte de un ser querido en Navarra, Besarkada-Abrazo, ha facilitado un email ([email protected]) y un teléfono (622 20 77 43) para realizar visitas guiadas en las que se explica, a través de Izaguirre, comisaria de la exposición, el contrapeso de las pinturas y la cerámica y el proceso de creación.

Lo que no visibilizamos no existe y lo que no existe no se puede prevenir

“Para muchos supervivientes, la sala se convierte en algo totalmente diferente. Creo que, en algunas ocasiones, este espacio se constituye ya no como una excusa para hablar, si no como espacio de quienes han vivido un suicidio, propio o ajeno, y se sientan recogidos", confiesa, "queda mal decirlo, pero faltan cosas en la exposición”.

—¿Por ejemplo?

—Falta hablar de la soledad. Es algo que tengo presente desde que preparamos esta segunda edición. La soledad, el aislamiento y todo lo que existe alrededor. Y este año más que nunca.


Si tiene ideaciones suicidas, cuéntelo y solicite ayuda profesional. Puede llamar al Teléfono de la Esperanza (948 24 30 40) o Emergencias (112). Los expertos coinciden en que las personas no quieren morir, si no evitar el dolor y liberarse de la carga que arrastran.
En Navarra, también puede contactar con Besarkada-Abrazo (622 207 743) o Goizargi (660 03 41 01) para el apoyo de otros supervivientes o el trabajo en la gestión del duelo. Hay salida.


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