• jueves, 28 de marzo de 2024
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SALUD

"Más allá del plano sanitario": un estudio de la UPNA denuncia el impacto del Covid-19 en el colectivo gitano

El estudio señala el importante impacto que la pandemia ha generado en la población gitana, “que ya se encontraba afectada por distintos procesos de exclusión social”.

Ceremonia del Río con motivo del Día Internacional del Pueblo Gitano realizada en el río Arga de Pamplona (26). IÑIGO ALZUGARAY
Ceremonia del Río con motivo del Día Internacional del Pueblo Gitano realizada en el río Arga de Pamplona. IÑIGO ALZUGARAY

Un estudio sobre el impacto de la Covid-19 en los hogares de la comunidad gitana, en el que ha participado la UPNA, pone en evidencia las desigualdades preexistentes en España, también en el caso de la comunidad gitana.

Se trata de la investigación realizada por un equipo de las universidades públicas de Navarra y Alicante, el Instituto de Salud Carlos III y seis asociaciones gitanas bajo el título “Crisis de la Covid-19: Impacto en hogares de la comunidad gitana”, realizado durante la fase 0 de confinamiento.

Según los autores del trabajo, “el impacto va más allá del plano sanitario y afecta a todas las dimensiones de la inclusión social, desde el empleo a la educación, pasando por los ingresos económicos, la satisfacción de las necesidades básicas o la discriminación”.

Coordinado por Javier Arza y dirigido por Daniel La Parra —profesores e investigadores de la UPNA y de la Universidad de Alicante, respectivamente—, el informe se basa en una encuesta telefónica realizada entre el 12 de abril y el 10 de mayo de 2020 a una muestra de 592 hogares en los que residen personas gitanas y que se encontraban en la fase 0 de confinamiento.

Para poder conocer la situación en contextos diversos, las encuestas fueron realizadas en territorios con realidades políticas, sociales y económicas diferentes: Asturias, Comunidad Valenciana, Madrid, Murcia, Navarra y Vizcaya.

Los resultados del estudio reflejan el importante impacto que la pandemia ha generado en la población gitana, “que ya se encontraba afectada por distintos procesos de exclusión social y que apenas había podido recuperarse de las consecuencias generadas por la anterior crisis”.

No obstante, el coordinador del estudio subraya que “afortunadamente, los resultados de la encuesta también nos muestran factores protectores, como es la cohesión de la familia extensa, que sigue manteniéndose fuerte amortiguando así el impacto de la pandemia”.

La ayuda mutua de la comunidad gitana ha servido para afrontar mejor las necesidades, las pérdidas y los daños ocasionados por esta crisis. Como complemento a este mutualismo tradicional, el asociacionismo gitano ha jugado un papel fundamental de apoyo para muchas familias gitanas durante el confinamiento.

El impacto de la pandemia en los sectores en situación de mayor vulnerabilidad de la sociedad debe poner el foco sobre la insuficiente inversión previa en vivienda social, en educación inclusiva, en empleo digno y seguro, en rentas mínimas de inserción, en atención sanitaria comunitaria, o en lucha contra la discriminación, entre otras necesidades.

Por ello, las políticas en la era de la postpandemia deben incorporar una perspectiva multidimensional y un enfoque de intervención intersectorial orientado hacia la equidad, señala la UPNA en una nota.

Ricardo Hernández, coordinador de Gaz Kalo, afirma que “será fundamental garantizar la participación real de la población gitana y de su sociedad civil, en el diseño, desarrollo y evaluación de todas las políticas”.

En el ámbito de la salud, la incidencia de la pandemia se refleja en un empeoramiento en la autopercepción de la salud. El porcentaje de personas que consideraban su salud “mala” o “muy mala” antes de la pandemia era del 2,6 %, pero aumenta al 17 % durante el confinamiento , cuando se duplica el porcentaje de personas que consideran su salud “regular” (del 18,8 % al 34,8 %).

Asimismo, ocho de cada diez personas encuestadas declara que en su hogar ha habido durante el confinamiento algún problema de salud distinto al Covid-19. La mayoría (82 %) hacen referencia a problemas de “ansiedad o depresión”, mostrando el alto impacto emocional que la situación ha generado en estos hogares.

En relación con la educación, la mitad de los hogares con menores refieren haber encontrado dificultades para que sigan sus estudios desde casa y aluden a varias brechas, la primera la brecha digital, que afecta al 26 % de los hogares que declaran no contar con equipamiento informático.

La segunda es la brecha de transmisión de conocimiento, donde en un 18 % del total de hogares se declara que los y las menores no pueden comprender los contenidos o tareas propuestas por el profesorado y, además, en un 14 % de hogares se afirma no contar entre sus miembros con alguna persona que pueda apoyar al estudiante en la comprensión de las tareas o de los contenidos de las materias.

La tercera brecha es la escolar, donde un 17 % de los hogares plantea como dificultad la falta de instrucciones por parte del profesorado o de los centros escolares y el 15 % de la muestra refiere no tener acceso a los libros de texto y los materiales necesarios.

Según señala Javier Arza, coordinador del estudio, “todas estas brechas podrían contribuir a empeorar los procesos educativos de un alumnado que, según los estudios disponibles, ya se encontraba en una grave situación de desigualdad educativa”.

En cuanto al ámbito del empleo, una de cada dos personas entrevistadas ha visto la actividad laboral de miembros de su hogar perjudicada de alguna forma durante el confinamiento (pérdida de empleo, imposibilidad de trabajar, ERTE).

La gran mayoría (90 %) señala que en su hogar ninguna persona ha podido adaptar su actividad laboral al teletrabajo. Este, desde luego, ha sido un factor que ha impactado negativamente en el empleo de los miembros de estos hogares.

Asimismo, algo más de la mitad de los hogares han sufrido una notable reducción de sus ingresos económicos. Ha subido 20 puntos el porcentaje de hogares que afirman tener entre sus miembros una sola persona con ingresos (del 41,4 % al 61,2 %), así como los hogares que no tienen ningún ingreso, que aumentan 7 puntos (del 2,6 % al 9,5 %).

Ricardo Hernández, coordinador de la Federación Gaz Kalo de asociaciones gitanas de Navarra, entidad fundamental para el desarrollo de la encuesta en la Comunidad Foral, señala que “una de las expresiones más dramáticas de esta reducción de ingresos económicos es el incremento de dificultades para acceder a la alimentación básica”, que afecta a ocho de cada diez hogares. 


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