El Departamento de Derechos Sociales va a subvencionar con 90.000 euros la actividad del Teléfono de la Esperanza, tras la firma anual del convenio de colaboración para financiar la contratación y el funcionamiento de la ONG, que ha ampliado servicios durante la pandemia.
La continuidad de este convenio por décimo año consecutivo, indica el Gobierno de Navarra en un comunicado, ha sido rubricada por la directora gerente de la Agencia Navarra de Autonomía y Desarrollo de las Personas, Inés Francés, y la vicepresidenta del Teléfono de la Esperanza en Navarra, Ana Iturain.
En las últimas semanas, el Teléfono de la Esperanza ha puesto en marcha dos nuevos servicios relacionados con la COVID-19, para atender a las personas que viven en residencias, sus familias y las personas trabajadoras, aunque la atención está abierta al conjunto de la ciudadanía.
En concreto, se presta una atención especial a quienes han perdido a algún ser querido durante la COVID-19 y que no han podido ni acompañar ni despedir a esta persona. Se pretende ayudarles a compartir o expresar emociones y elaborar su proceso de duelo.
También se pone el foco en los sanitarios y el resto de profesionales que han estado "en primera línea de atención en esta pandemia" y puedan estar afectados por estrés, ansiedad, agotamiento y otros trastornos, con el objetivo de disminuir su nivel de activación emocional y evitar un posible trastorno de estrés postraumático.
En ambos casos, en función de lo que se valore en cada situación, profesionales del Teléfono de la Esperanza proponen un trabajo individual o en grupo: con un máximo de cinco personas y en sesiones con una hora y media de duración, atendidas por especialistas en psicología sanitaria bajo las actuales medidas de seguridad.
El Teléfono de la Esperanza cumple 42 años desde su implantación en Navarra y atiende cada año en torno a 10.000 llamadas de personas en situaciones de graves y urgentes crisis psíquicas, personales, familiares y psicosociales.
Al otro lado de la línea telefónica encuentran personal cualificado y más de 130 personas voluntarias que les escuchan "de manera gratuita, e intentan ayudarles a solucionar sus problemas, sin juzgar, respetando el anonimato y la confidencialidad".
