Los deportistas navarros han participado en un coloquio organizado por Saray: "Lo primero es creer. Hay que creer para superar un cáncer".
Sobre sus brazos y sus piernas recae el esfuerzo de haber recorrido miles de kilómetros por un afán de superación y de conseguir que lo imposible se convirtiese en realidad. El ultrafondista Ricardo Abad y el ciclista de ultrafondo Javier Iriberri son tal vez dos de las voces más autorizadas para demostrar a quienes están peleando por superar un cáncer de mama que su batalla se puede ganar.
Y eso es lo que han hecho este jueves Iriberri y Abad en un encuentro en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés. Juntos han compartido sus testimonios para insuflar ánimos en las personas que han batallado contra el cáncer y en sus familiares. Después de pasar 52 semanas recorriendo más de 22.600 kilómetros corriendo, nadando y en bici, el tafallés Ricardo Abad les ha dado una de las lecciones vitales que ha aprendido a la carrera: "Sé que el paso de los años no me ha hecho invencible, pero la cabeza es lo más importante".
El ultrafondista, que tiene en su haber gestas como 607 maratones en 607 días o pasar 24 horas seguidas corriendo sobre un cinta, ha afirmado que "el esfuerzo, el sacrificio, los valores..., son elementos que se solapan en el deporte y en la enfermedad; pero lo importante es el espíritu de trabajo, de lucha y de sacrificio, la psicología con la que nos enfrentamos a los retos deportivos". Así se ha expresado en la charla “Deporte y superación, motivación para luchar contra el cáncer de mama”, en la que ha afirmado que la mayoría de las enfermedades son psicológicas.
"Lo primer es creer. Hay que creer para superar un cáncer. Creer en tus posibilidades, que vas a vencer a la enfermedad y que tienes que luchar por ello". Han sido algunas de las palabras de Abad, que ha relatado su experiencia este año en el desierto al encontrarse con una mujer que acababa de curarse de un cáncer de mama en el que le tuvieron que extirpar un pecho. "Su terapia era el deporte; había que verla pedalear con aquella garra, decía que se hacía mucho más fuerte, que esa era su mejor terapia".
Javier Iriberri también conoce bien qué es el esfuerzo, en su caso sobre dos ruedas, sobre la bici. Este ciclista de ultrafondo ha completado el Camino de Santiago en tan sólo 32 horas, ha completado pruebas de 1.300 y hasta 1.600 kilómetros en escasas jornadas y se ha llegado a pasar 115 horas sobre la bicicleta en la última prueba disputada este año en Austria. Y este pamplonés ha lanzado un claro mensaje al auditorio, unas cincuenta mujeres muy concienciadas con la lacra del cáncer de mama: "No hay retos imposibles, hay superación, esas cosas que desde luego no son cotidianas pero llegan a ocurrir, y es una lucha que va más allá de unas horas, que es un día a día y en ocasiones dura hasta años".
"Con trabajo, ganas e ilusión durante las 24 horas del día se puede sacar adelante lo que parece un mundo", reconoce Javier Iriberri. La misma idea que ha transmitido Natalia Palacios, especialista en fisiología y deporte, que trabaja diariamente con pacientes de cáncer de mama. Tanto ella como Javier Iriberri y Ricardo Abad se han sumado a este coloquio en el que también se ha agradecido el esfuerzo de todas las personas que participan año tras año en la Carrera Solidaria Contra el Cáncer de Mama, que este domingo alcanza su quinta edición de la mano de la asociación Saray.
Miguel Crespo, el organizador de la carrera junto a la asociación, ha agradecido la presencia de "dos fuera de serie" como Iriberri y Abad, de quien ha enfatizado su entrega para organizar actos solidarios en favor de la mejoría de calidad de vida de otras personas. "Aunque nosotros hemos hecho lo imposible, en realidad", ha tomado la palabra el ciclista Javier Iriberri, "el referente son todas estas personas que están librando la batalla contra el cáncer; son un referente para nosotros".
