La asociación de consumidores Irache de Navarra ha informado de que ha recibido decenas de quejas por teléfonos móviles anunciados como resistentes al agua y que sin embargo se estropean si se mojan.
El vendedor, dice Irache en un comunicado, suele achacar la avería a un mal uso del aparato por parte del cliente y en este supuesto, aún estando en garantía, el afectado puede perder un teléfono que le ha costado en algunos casos más de 500 euros.
Y es que, según la asociación, en ocasiones
el teléfono no se puede reparar, mientras que en otras tiene arreglo pero es el consumidor el que debe pagarlo y puede llegar a costar 200 euros.
Tras advertir que
pasados seis meses desde la compra del móvil la solución es "más difícil" porque la normativa determina que solo en este periodo se entiende que los fallos son del aparato, Irache recomienda leer las características del teléfono, ya que
algunos indican que
solo se pueden sumergir en agua un metro, y advierte de que hay terminales que basan su resistencia acuática en tapas u otros protectores.