• viernes, 19 de abril de 2024
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SOCIEDAD

Cuando trabajas con las bocas de otros: los dentistas navarros regresan con refuerzo medidas

Cada profesional cuenta con doble bata de protección, doble mascarilla, una quirúrgica, habitual, y una FPP2 y doble gorro.

Imagen de un dentista realizando una revisión a un paciente ARCHIVO
Imagen de un dentista realizando una revisión a un paciente ARCHIVO

Las consultas dentales en Navarra vuelven a la actividad, con un refuerzo de las medidas de seguridad para los pacientes y conservando las propias de la profesión.

La entrada de Navarra en la Fase I ha permitido que diversos comercios abran sus puertas, aunque de manera limitada. Es el caso de las clínicas dentales, que han vuelto a la actividad con ciertos elementos de normalidad para el día a día en una clínica, explica Álvaro Larriu.

Para ellos, la normalidad pasa por “equipos de protección, que se han visto reforzados” y en la actualidad cada profesional cuenta con doble bata de protección, doble mascarilla, “una quirúrgica, habitual, y una FPP2 y doble gorro”.

Ahora también se trabaja con mamparas como medidas de protección, pero señala que la vuelta ha sido lo más parecido a un día a día de una clínica dental: “Lo que más ha cambiado en la rutina es el miedo que tiene la gente”, admite Larriu.

Donde más han reforzado la seguridad ha sido en el paciente al que se le proporciona “siempre antes de entrar a la consulta una bata desechable, un gorro y unas calzas, “para evitar que entren elementos contaminantes en las suelas de los zapatos”.

También han pasado a rebajar la sala de espera, de 8 personas habituales a 3, “a forrar todos los asientos” y espaciar más las citas, por lo que trabajan con “más tranquilidad”. Además, el paciente debe lavarse las manos con gel hidroalcohólico y se le toma la temperatura antes de iniciar la consulta.

En la vuelta al trabajo del personal de clínica, Larriu ha vuelto con todo su equipo “salvo una enfermera, que se encuentra en ERTE todavía”. Esta vuelta a la actividad, señala, le ha llevado a “hacer una inversión muy grande, y tener un trabajador más en esta situación es muy caro”.

Apunta que en el caso de otros profesionales la vuelta ha sido aún más difícil, con plantillas de 11 trabajadores de las que solo se han incorporado la mitad o incorporaciones a media jornada.

En su caso particular, ha cifrado en 4.000 euros el gasto en material de protección tanto para pacientes como para trabajadores de la clínica.

Es esta una inversión que se une a una bajada de pacientes, “de unos 60 anteriores a 27 de media que se manejan ahora”, lo que les hará llegar a una situación “de subsistir hasta que se vuelva un poco más a la normalidad”.

Larriu posee una clínica especializada en ortodoncia y señala que, en materia económica sí se nota la bajada de pacientes porque “mucha gente tiene miedo” e incluso se dan situaciones en las que “el paciente ya tiene cita previa y la anula”.

Una situación que también afecta a los bolsillos de sus pacientes, ya que “al final es una crisis que está dando a todo el mundo” y prevé que se notará en la contratación de servicios dentales.

Reconoce que “ahora todo va a ser mucho más difícil” para negocios como el suyo y más en una especialidad dental como la ortodoncia, “porque se trata casi de un producto de lujo, frente a otras intervenciones como extracciones de muelas y otros tratamientos.

“No hablamos de un caso de vida o muerte” por lo que cree que la clientela, también afectada por la crisis, “pospondrá estos tratamientos”, zanja Larriu.


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