• viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 00:00
 
 

SOCIEDAD

Curiosidades del cementerio de Pamplona: fue 'inaugurado' por los soldados de Napoleón

Hasta 1808 los fallecidos era enterrados junto a las iglesias o dentro de ellas y hubo reticencias a llevarlos al cementerio.

Dia de todos los santos en el cementerio de Pamplona. MIGUEL OSÉS
Dia de Todos los Santos en el cementerio de Pamplona. MIGUEL OSÉS

El cementerio de San José en Pamplona se construyó entre 1805 y 1806, aunque los primeros cadáveres no se inhumaron hasta 1808. Actualmente, el camposanto tiene una extensión de 127.390 metros cuadrados.

Entre los 'inquilinos' más ilustres cuyos restos descansan en el cementerio de Pamplona destaca el violinista Pablo Sarasate, hijo predilecto de la ciudad, que fue enterrado en 1909. El alcalde y los concejales de Pamplona acuden cada 1 de noviembre al responso en su recuerdo.

El cementerio ha sufrido sucesivas ampliaciones y reformas desde la primera, en 1864. Aproximadamente, el cementerio alberga 17.000 nichos, 2.000 columbarios, 5.000 fosas de tierra y 3.500 panteones.

Hasta 1805 los fallecidos se enterraban junto a las iglesias de las parroquias a la que pertenecían o dentro de ellas. Había un cementerio en el actual atrio de la Catedral, otro en la plaza de San Nicolás, otro junto a la iglesia de San Lorenzo y otro en la de San Cernin.

El actual cementerio de San José nació como consecuencia de una Real Cédula de 28 de junio de 1804, del rey Carlos IV, por la que se prohibía inhumar en las iglesias. Miguel Hermosilla, director de ingenieros, fue quien eligió y compró en el término de Berichitos el campo del actual cementerio de la ciudad, por 2.013 reales.

Berichitos es una palabra vasca que significa vado pequeño. La obra, del arquitecto Pagola, se acabó en 1806, pero los pamploneses se resistían a estrenarlo y se siguió enterrando en las iglesias. El virrey publicó una orden en 1808, apoyada por las autoridades napoleónicas, en la que decretaba que para favorecer la salud pública todas las parroquias de Pamplona debían utilizar el nuevo cementerio.

Fueron los soldados franceses de Napoleón Bonaparte quienes lo inauguraron durante la guerra de la independencia, cuando ocuparon Pamplona de 1808 a 1813. Concretamente el 17 de diciembre de 1808 entraron en Berichitos los primeros cadáveres. 

Se trataba de tres personas de fuera de Pamplona: Marta Lecoge, 56 años, de Bayona; Fernando Lagrava, 62 años, de Bañeres y Pedro de Juantorena, 78 años, de Erasun. Otros dos pamploneses que fallecieron el mismo día fueron enterrados en las parroquias de Aizoáin y Villava.

Finalmente, la nueva legislación se hizo costumbre y el cementerio comenzó a ser utilizado por los pamploneses. En 1832 fue mejorado con la construcción de una capilla y la casa del capellán y enterradores. Además, se han hecho sucesivas ampliaciones en los años 1864, 1898, 1931, 1941, 1969, a las que añadir las últimas reformas y nuevos nichos.

Una curiosidad es que los hermanos Fossores se instalaron en el cementerio de Pamplona para colaborar en las inhumaciones con la plantilla municipal. Se ocupaban de la limpieza y mantenimiento de las zonas comunes y lo habitaron de forma permanente estableciendo una comunidad religiosa. Permanecieron viviendo en el cementerio de Pamplona desde 1965 hasta 1969.

El convenio con el Ayuntamiento de Pamplona terminó y el 20 de abril de 1969 los cuatro Fossores que había en Pamplona se marcharon con sus azadas. El Ayuntamiento convocó posteriormente ocho plazas de sepultureros, retribuidas cada una con 49.500 pesetas anuales más dos pagas extraordinarias y 50 pesetas de asistencia diaria.

El primer horno crematorio se instaló en Pamplona en el verano de 2000. En aquellos momentos las mejores previsiones le daban un porcentaje de utilización del 8% con respecto a otro tipo de inhumaciones; sin embargo, el primer año se alcanzó un 27% de uso.

La buena aceptación y el incremento constante de incineraciones llevaron al consistorio a comprar un segundo horno que comenzó a funcionar en febrero de 2005, cuando el porcentaje de las incineraciones superaba el 43%. Actualmente casi al alcanza el 80%.

El cementerio municipal cuenta en la actualidad con dos hornos crematorios, tras la sustitución en marzo del más antiguo. Este horno puede realizar siete cremaciones por jornada de trabajo de 12 horas, lo que permite duplicar la capacidad, puesto que los anteriores podían incinerar en total ocho por día.

El cementerio contará con un nuevo horno en el primer trimestre de 2023, para atender la demanda y mejorar la eficiencia del servicio, ya que el horno que ahora se va a sustituir tiene ya casi 20 años. Se calcula que la vida útil del nuevo horno, con un coste de 297.600,13 euros, rondará los 20 años.

En cuanto a las concesiones del terreno pueden ser de dos tipos: a perpetuidad y temporales. Los precios varían también según la superficie, la calle, etc. El uso de panteones, nichos y tumbas se regula por un reglamento municipal.

Así, por ejemplo, en el caso de concesiones temporales, el Ayuntamiento concede el derecho de fosa común por un plazo de diez años, prorrogables, otros diez, a todos los cadáveres que se presenten, cumplidos los requisitos de las leyes eclésiásticas y civiles


  • Los comentarios que falten el respeto y que no se ciñan al tema de la noticia, podrán ser eliminados.
  • Cada usuario será el único responsable de sus comentarios.
Curiosidades del cementerio de Pamplona: fue 'inaugurado' por los soldados de Napoleón