• viernes, 19 de abril de 2024
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SOCIEDAD

María Jiménez subraya en Pamplona la importancia de la batalla del relato en el terrorismo de ETA

Directora del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo, esta doctora en Comunicación ha desgranado la lucha entre la verdad y el relato en el posterrorismo de ETA.

Charla de María Jiménez sobre tensiones en el posterrorismo de ETA. MIGUEL OSÉS
Charla de María Jiménez sobre tensiones en el posterrorismo de ETA. MIGUEL OSÉS

La línea entre la realidad y la ficción ha sido siempre muy delgada. Si bien lo que ocurre y lo que ha ocurrido en el pasado no puede negarse, lo que tensa la línea de la credibilidad es la perspectiva desde la que se cuenta. ¿Cómo saber si ya se ha contado, entonces, la verdad?

María Jiménez, directora del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo, doctora en Comunicación y autora o coautora de varios libros y artículos acerca del posterrorismo, se ha planteado esta semana este interrogante en su charla ETA después de ETA, organizada por la Asociación Cultural Pompaelo.

“Estamos acostumbrados al mal. Hemos normalizado el terrorismo”. Con este argumento de base, la doctora ha dirigido su idea en torno a lo que sucede en el presente cuando se habla de ETA.

Aunque el colectivo terrorista lleva disuelto desde el 2018, “su arsenal ha pasado de ser tangible a ser inmaterial: sus ideas son su legado”, ha definido. Y a pesar de que distintos sectores de la sociedad tengan la necesidad de pasar de página lo antes posible, están dejando de leer lo que dice la propia página, los “otros” relatos: los de las víctimas.

Esa indiferencia, en gran parte resultado de la dificultad de afrontar y reconocer su propio papel, es el mecanismo de defensa de un amplio sector social y político. Pero el mañana no puede sostenerse hasta zanjar los cabos sueltos del ahora: la pervivencia del odio y de los mensajes e ideología que sustentaron a ETA, y de las estructuras creadas para justificarla. Y también los homenajes a los asesinos en las calles, el acoso al disidente y, sobre todo, el involucramiento de los niños en esta clase de eventos, pues eso supone la continuidad (y aceptación) de esta ideología en las próximas generaciones.

Charla de María Jiménez organizada en Pamplona por la Asociación Cultural Pompaelo. MIGUEL OSÉS

Poniendo como ejemplo extractos de la novela Patria, de Fernando Aramburu, Jiménez ha abordad en su ponencia la idea de la construcción del relato, explorando pasajes donde la perspectiva de las víctimas es totalmente distinta a la de los perpetradores, así como la trinchera política y ética desde las cuales los focos de importancia varían y las culpas se desenfocan.

UN FRAGMENTO TEXTUAL

Aunque resalta la eficacia de la ficción y su alcance para la difusión y reconstrucción de los hechos, no se debe perder de vista que una novela no es más que un fragmento textual basado en una realidad, una “verdad” que tiene la característica de no estar completa.

“Hay que esforzarse por contar de verdad qué ha pasado”, ha insistido la ponente, sugiriendo fijar el foco en difundirla usando todos los canales: educativo, cultural, cívico, artístico, institucional y literario, entre otros. Solo conociendo la verdad se puede sellar la herida abierta desde 1958.

Durante el debate posterior, muchos de los presentes han aportado perspectivas en primera persona de su convivencia actual con el totalitarismo o de su vivencia pasada como víctimas de ETA. Esta implicación de la sala ha demostrado la importancia de la tesis de la ponente y la necesidad de dar cauce a “la verdad de la víctima”, como ha planteado la doctora.

“Para que la historia no se repita, hay que conocerla”, y, por más que se tenga registro de algunas versiones y eventos, hay otros que, aunque no se hayan contado, tampoco pueden ser negados.

"SACAR LA MEMORIA A LA CALLE"

María Jiménez ha abogado por “sacar la memoria a la calle” y visibilizar a quienes han sido ignorados en el recuento de los hechos. Solo así habrá una versión más completa, donde la historia, la política y los testimonios converjan en el mismo cauce.

Donde se haga una pausa y una llamada de atención en el presente para comenzar a planear un futuro. Donde los símbolos pertenezcan a todo el pueblo y la patria (la de verdad) sea un estandarte de la mejora de los hombres.


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