• jueves, 28 de marzo de 2024
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SOCIEDAD

El Café Suizo de Pamplona: así influyó Napoleón en el origen del establecimiento

El Café Suizo, perteneciente a la familia Matossi, estuvo en funcionamiento desde 1845 hasta su cierre en 1952.

Imagen de archivo del Café Suizo de Pamplona.
Imagen de archivo del Café Suizo de Pamplona.

El Café Suizo de Pamplona fue, es y seguirá siendo por siempre uno de los establecimientos hosteleros más emblemáticos de la ciudad. Operativo durante más de cien años en la Plaza del Castillo, en el lugar donde hoy se encuentra La Tagliatella, por sus sillas y mesas pasaron ilustres personajes y se dieron riendo suelta a conversaciones que marcarían el devenir de la ciudad.

Sin embargo, la historia de la familia Matossi, dueños del establecimiento y que más tarde comprarían el edificio al completo; tiene comienzo años antes de la apertura del local de Pamplona.

Concretamente, hay que remontarse al 1811, cuando Napoleón reclutaba tropas por los territorios europeos con los que formar un ejército lo suficientemente numeroso como para invadir Rusia. De tal manera, países como Suiza, con tal no enemistarse con el emperador, prometieron aportar soldados a la misión: 18.000 en su caso.

Así, una mañana cualquiera, apareció un destacamento francés en la pequeña localidad suiza de Poschiavo llamando a la causa a jóvenes "voluntarios". Una idea que parece no convencía a Francesco Matossi, cabrero, y Bernardo Fanconi, pastelero, que huyen del pueblo con una cabra, para alimentarse con su leche por el camino.

Tras semanas de largo camino atravesando Francia, los tres viajeros cruzan la frontera y llegan a Bilbao con el objetivo de embarcarse dirección América. 

Se cuenta que es entonces, estando ya en el puerto, cuando a Fanconi, el pastelero, se le ocurrió cambiar leche de su cabra por harina y de esta manera, en un horno prestado, comenzar a hacer bollo suizos.

Completamente diferentes a cualquier dulce pudiera existir en esas latitudes, rápidamente encandilaron a los bilbaínos y crearon fama entre los élites de la ciudad. Pronto, alquilarían un local donde comenzaron a hacer también chocolate.  “Querido amigo, América está aquí”, le dijo Fanconi a su amigo.

EL CAFÉ SUIZO DE PAMPLONA

Asentados en Bilbao, la familia Matossi tiene en mente nuevos horizontes para sus cafés y comienza a abrir establecimientos por otras ciudades de España. En total, llegarían a contar nada menos que con 53 locales por todo el territorio, entre los que se encontraba el fundado en 1845 en Pamplona.

Abierto donde hasta entonces se establecía Casa del Toril, en 1845 el Ayuntamiento sacó a subasta ese espacio de la Plaza del Castillo para arrendarlo por diez años. Santiago Matossi, hijo de Francesco, resultaría ganador de la puja y fundaría así el Café Suizo de Pamplona.

El edificio donde se estableció constaba de dos casas con un patio intermedio. El café ocupaba la fachada de la Plaza del Castillo y la pastelería Suiza daba a la calle Pozoblanco y estarían en funcionamiento hasta 1952.

En la actualidad, en ese se encuentra el restaurante Tagliatella. El comedor, en el sótano correspondería a la parte trasera de la Pastelería Suiza.


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El Café Suizo de Pamplona: así influyó Napoleón en el origen del establecimiento