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SOCIEDAD

Más de 1.400 incendios de vegetación afectaron a Navarra en el 2019, un 40% más que el año anterior

La superficie quemada por estos fuegos aumentó en un 36,5%, según la información facilitada por el Gobierno foral.

Incendio descontrolado de un pinar en la Bardena Negar BOMBEROS DE NAVARRA
Un incendio ocurrido en un pinar en la Bardena Negra, en una imagen de archivo. BOMBEROS DE NAVARRA

El servicio de bomberos del Gobierno de Navarra intervino en el 2019 en 1.436 incendios de vegetación, lo que supone un aumento del 39,69% con respecto a los 866 del año anterior. La superficie quemada ascendió a 2.325,65 hectáreas, frente a las 1.477,46 del 2018, un 36,47% más.

Las diferencias se deben a la escasez de lluvias del pasado invierno, que propiciaron numerosos incendios, algunos de ellos importantes, durante los cuatro primeros meses del año en montes de la zona atlántica. De hecho, en la campaña de invierno del año pasado se contabilizaron 683 incendios, frente a los 263 del 2018, un 61,5% más.

El servicio de bomberos, dentro de las atribuciones que tiene encomendadas, se encarga de todo lo relacionado con la extinción y prevención de incendios forestales. No todos los servicios de bomberos tienen esta competencia, ya que otras comunidades autónomas atribuyen la extinción forestal a los departamentos de medio ambiente, y solamente los de Navarra, Cataluña, Asturias y Madrid tienen este cometido.

A efectos logísticos, se divide el año en dos temporadas o campañas para la extinción y prevención de incendios forestales, la de invierno (desde enero a finales de abril) y la de verano. Aunque son los estivales los que tienen mayor repercusión mediática, en invierno se producen incendios muy importantes, como los de Goizueta (2019) o Aranaz (2015).

De las 2.325,66 hectáreas quemadas en el 2019, correspondieron 1.939,55 a terreno forestal, con 364,4 hectáreas de arbolado y 1.575,15 de suelo desarbolado. Las 386,10 restantes eran terrenos agrícolas, siendo 180,81 cultivos sin recolectar y 124,63, rastrojos.

Casi la mitad de los 1.436 incendios de vegetación del pasado año, concretamente 683 (el 47,56%), se registraron durante la campaña de invierno, entre el 1 de enero y el 30 de abril, meses en los que se quemaron 260,66 hectáreas de arbolado; 1.363,94 de terreno desarbolado (568,79 hectáreas de pasto y 795,15 de matorral); y 39,42 de superficie agrícola, en su mayoría rastrojos (23,93 hectáreas).

DOS GRANDES INCENDIOS

Destacan los dos grandes incendios declarados en Goizueta, con más de 100 hectáreas quemadas en cada uno de ellos. Por meses, sobresale marzo, con 329 incendios de vegetación, lo que supone el 22,91% de los registrados en todo el año, seguido por febrero, con 168, y junio, con 141. Por el contrario, en noviembre fueron 13 y en diciembre, 24.

El año 2018 fue un año excepcionalmente benigno en cuanto a incendios de vegetación en Navarra y, aunque las cifras del 2019 fueron claramente superiores, sigue siendo un año que se podría calificar como bueno, con un número de incendios y superficie quemada por debajo de la media de los últimos años.

Varios bomberos trabajan en una quema prescrita de vegetación en Navarra. GOBIERNO DE NAVARRA

En el 2018 se quemaron 1.477,46 hectáreas, 670,75 de superficie forestal (137,92 hectáreas de arbolado y 532,83 de terreno desarbolado) y 806,71 de superficie agrícola. Los incendios de vegetación en los que intervinieron los bomberos durante los cuatro primeros meses del 2018 fueron 263, el 30,36% de los 866 de todo el año. Ardieron 88,34 hectáreas de arbolado; 382,28 de suelo desarbolado (44,77 hectáreas de pasto y 337,51 de matorral); y 109,87 de superficie agrícola, casi en su totalidad rastrojo (106,77 hectáreas).

El mes con más incendios de vegetación del 2018 fue octubre, con 134, seguido por septiembre (124) y agosto (104). En la campaña de invierno, destacaron abril y febrero, con 86 y 81 incendios, respectivamente.

CONCENTRACIÓN DE SINIESTROS

Entre el 1 de mayo y el 31 de diciembre del año pasado, los bomberos intervinieron en 753 ocasiones para sofocar incendios de vegetación, mientras que, en el mismo período del 2018, fueron 603, cifras que, si se comparan con el total de ambos años (1.436 y 866, respectivamente) demuestran la concentración de siniestros en el primer cuatrimestre del 2019.

La abundancia de precipitaciones en otoño ha contribuido a la ausencia de incendios de vegetación en el inicio del invierno del 2020. Pero la experiencia del primer cuatrimestre del año pasado puede reproducirse en el futuro, incluso en las próximas semanas, si las condiciones meteorológicas fueran adversas, teniendo en cuenta que en estos meses se produce la tradicional quema de pastos en las zonas cantábrica y pirenaica.

Por ello, el Gobierno de Navarra puso en marcha en enero la Campaña de Prevención y Extinción de Incendios Forestales para el invierno, en la que actúan coordinadamente el servicio de bomberos y el servicio forestal y cinegético (montes) del departamento de Medio Ambiente, que pone especial énfasis en el trabajo preventivo que viene desarrollándose durante los últimos años y que consolida las actuaciones en materia de prevención, principalmente en la gestión de pastos, con la implementación de las quemas prescritas o controladas.

Imagen aérea de una quema prescrita en la Comunidad foral. GOBIERNO DE NAVARRA

Dentro del trabajo preventivo se diferencian las zonas geográficas atlántica, pirenaica y media. Como novedad para esta campaña del 2020 se dispone de una brigada forestal en Cordovilla, enfocada a las labores de extinción, pero con posibilidad de realizar también acciones preventivas.

AYUDA DEL MINISTERIO DE AGRICULTURA

Como en años anteriores, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación cede dos Equipos de Prevención Integral de Incendios Forestales (EPRIF) para ayudar en la gestión y realización de las quemas, compuestos por cuatro personas cada uno para la zona atlántica y para la pirenaica. El servicio se ha reforzado con la contratación de 42 personas (24 en Oronoz, 6 en Burguete y 12 en Cordovilla). Además, se dispone de dos helicópteros para las labores preventivas y de extinción.

Las quemas prescritas pueden definirse como incendios de vegetación programados bajo una serie de parámetros establecidos previamente y cuyo objetivo final puede ser muy diverso (mejora de pastos, reducción de vegetación para la prevención de incendios, mejora de hábitats, eliminación de plagas).

Las quemas prescritas sirven también para que los bomberos se familiaricen con el uso del llamado "fuego técnico", la utilización del fuego para controlar y apagar incendios como herramienta complementaria a las que se emplean habitualmente (agua, batefuegos, medios aéreos, bulldozers). El servicio de bomberos lleva ya años formando al personal en el manejo del fuego técnico.

Los objetivos de la campaña son, por un lado, gestionar y dar apoyo a las quemas prescritas solicitadas por sus promotores al servicio forestal y cinegético; y, por otro, la extinción de los incendios que se produzcan durante la campaña.

Ambos propósitos son complementarios, ya que, con las quemas controladas, se pretende dar salida a la tradicional demanda de mejora de pastos que se producía de manera incontrolada y que hacía que aumentase el número de incendios. Las actuaciones de prevención en quemas prescritas se desarrollan bajo el amparo de la orden foral que regula el uso del fuego en el medio rural y forestal durante todo el año.


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