• jueves, 28 de marzo de 2024
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SALUD

La batalla contra el cáncer: la Clínica Universidad de Navarra mantiene abiertas más de 200 investigaciones

En total, más de 800 pacientes participan en dichos estudios, de los que 22 son sobre inmunoterapia del cáncer.

Investigadoras del CIMA durante una evaluación de pruebas.
Investigadoras del CIMA durante una evaluación de pruebas.

“La inmunoterapia es la estrategia que más ha cambiado el panorama actual en la lucha contra el cáncer”, revela el Dr. José Luis Pérez Gracia, oncólogo y codirector de la Unidad Central de Ensayos Clínicos de la Clínica Universidad de Navarra. En este sentido, la Clínica mantiene abiertos un total de 22 ensayos clínicos con inmunoterapia, si bien, el total de estudios en curso contra el cáncer en el centro hospitalario ascienden a 211, la mayor parte de ellos son ensayos con nuevas terapias.

Estas investigaciones benefician a 817 enfermos de la Clínica, de los que 746 participan en ensayos clínicos. Estos ensayos consisten en un estudio o evaluación de un medicamento para comprobar su seguridad y eficacia en el tratamiento de la enfermedad. 

Los ensayos clínicos son una pieza clave para la investigación biomédica clínica. Permiten a los enfermos beneficiarse de los fármacos antes de su comercialización contribuyendo de forma significativa a la prolongación de la supervivencia, especialmente en el campo oncológico. Gracias a estos ensayos, la supervivencia de los pacientes de cáncer ha aumentado de forma muy importante en la última década.

Además de las investigaciones contra el cáncer, la Clínica desarrolla las técnicas más avanzadas a nivel de imagen molecular para el diagnóstico precoz y la monitorización de la eficacia de los tratamientos del cáncer “para poder hacer realidad nuestro reto: personalizar realmente el tratamiento a las necesidades de cada paciente”, incide el Dr. Jesús San Miguel, director médico de la Clínica. En definitiva, subraya, “para tratar de curar el cáncer -que es nuestro sueño- necesitamos una aproximación multidisciplinar. El oncólogo no puede estar solo. Tiene que trabajar junto a especialistas de otras áreas: quirúrgica, radioterapia, medicina molecular, inmunoterapia,… áreas que van hacer cambiar realmente la perspectiva y lograr ese sueño, el sueño de poder curar el cáncer”.

DOS ESTRATEGIAS PRINCIPALES

“Hoy en día no se entiende el avance en Medicina, y mucho menos en Oncología, sin la gran capacidad que tenemos para testar nuevos fármacos y desarrollar nuevas moléculas contra el cáncer”, atestigua el director del departamento de Oncología de la Clínica e investigador, el Dr. Ignacio Gil Bazo. En concreto, el especialista se refiere a la actividad investigadora del centro en dos líneas de fármacos: los dirigidos a alteraciones genéticas puntuales “que posibilitan el control del avance de la enfermedad al controlar el gen alterado que origina el tumor”. Por otro, apunta a los tratamientos que llegan de la mano de la inmunoterapia: “fármacos que estimulan el sistema inmune del organismo para que sea más activo contra los tumores”.

Gracias a dichos avances y al importante desarrollo de ambas estrategias farmacológicas “podemos decir con satisfacción y seguridad” que, tanto las terapias dirigidas a alteraciones genéticas puntuales como la inmunoterapia del cáncer, “son dos realidades ya en el tratamiento oncológico de nuestros pacientes”. 

Se refiere, en concreto, a las patologías que cuentan con fármacos de inmunoterapia ya aprobados: melanoma, cáncer de pulmón, cáncer de vejiga, carcinoma renal, linfoma de hodking, cáncer de cabeza y cuello y hepatocarcinoma. El Dr. Gil Bazo avanza además la proximidad de inmunoterápicos eficaces para cáncer gástrico y para otros tumores con una elevada mortalidad asociada, “en los que probablemente vamos a ser capaces de cambiar la historia natural del tumor gracias a esos tratamientos”.

BENEFICIOS DE LA INMUNOTERAPIA

Entre las principales aportaciones de la inmunoterapia al tratamiento del cáncer, el Dr. Gil Bazo destaca la baja toxicidad de esta línea de fármacos respecto a las terapias convencionales, “lo que posibilita que el paciente pueda mantener esa calidad de vida que tenía previamente sin deterioro y en ocasiones durante periodos muy largos”.

Añade la capacidad que ha demostrado la inmunoterapia en “prolongar de forma sustancial la supervivencia y cronificar la enfermedad durante muchos meses, incluso años, aspecto que no habíamos visto antes con otros tratamientos oncológicos, ni siquiera con fármacos dirigidos contra algunas alteraciones genéticas concretas”.

Como muestra, uno de los ensayos clínicos de los que se han obtenido resultados más recientemente, tal y como se comunicó hace dos semanas en el congreso internacional sobre cáncer gastrointestinal celebrado en San Francisco. Allí el Dr. Ignacio Melero, inmunólogo e investigador de la Clínica y del CIMA de la Universidad de Navarra, ofreció las conclusiones del ensayo con el inmunoterápico nivolumab en hepatocarcinoma avanzado, en el que se ha observado una supervivencia del 50% de los pacientes tratados al año de iniciar el tratamiento. El especialista consideró estos datos “excelentes para poder contemplar este fármaco como una alternativa en el tratamiento del hepatocarcinoma avanzado”.

“En la Universidad de Navarra –subrayó- contamos con varias líneas de investigación sobre estrategias de inmunoterapia que abarcan desde los modelos de experimentación animal al análisis detallado de los efectos celulares y moleculares en los tejidos de los pacientes, las cuales son posibles gracias a la íntima relación multidisciplinar de la Clínica Universidad de Navarra y el CIMA. Quizá la principal aportación hayan sido nuestros descubrimientos sobre la combinación sinérgica de varios tratamientos de inmunoterapia y su aplicación pionera a pacientes oncológicos”.

EFICACIA EN ALGUNOS TUMORES

La inmunoterapia radica en el tratamiento del cáncer, no incidiendo directamente en las células tumorales, sino activando el sistema inmunológico del paciente para que reaccione contra el tumor. “Trabajando sobre esos mecanismos de nuestro sistema inmunitario ayudamos a que el tumor entre en regresión”, describe el Dr. Pérez Gracia. El sistema inmune es el que posibilita que no progresen numerosos cánceres, “lo que quiere decir que cuando desarrollamos un tumor es que algo falla en nuestro sistema inmune”, indica.

En los últimos años, “hemos trabajado sobre medicamentos inmunoterápicos para conseguir la regresión del tumor”. La inmunoterapia ha abierto una vía muy alentadora en la lucha contra el cáncer. Los fármacos inmunoterápicos han conseguido ser eficaces en numerosos tipos de cáncer con enfermedad avanzada y metástasis.

El problema con el que se han encontrado los investigadores clínicos en la aplicación de la inmunoterapia es que aún no se obtienen buenos resultados a largo plazo en todos los pacientes. El tumor en el que se están obteniendo mejores resultados es el melanoma, en el entre un 40 y un 60% de los pacientes responden a la inmunoterapia, advierte el especialista e investigador. “En todos los demás cánceres el porcentaje pequeño de pacientes que se beneficia está entre el 10 y el 20%”.

“Probablemente, -apunta el Dr. Pérez Gracia- son necesarios otros factores para que el sistema inmune responda en el resto de las personas”. Entre ellos, cita los antígenos (sustancias que provocan una respuesta inmunitaria en el organismo y consiguen la formación de anticuerpos), células que se activan frente a un antígeno determinado, así como la migración de las células inmunológicas hasta el tumor.

“Los fármacos que manejamos ahora actúan solo sobre uno o dos de estos factores, probablemente por eso no funcionan en todos los pacientes”, explica. En el resto de pacientes hay aspectos del sistema inmunológico que no están funcionando.

COMBINAR VARIAS TERAPIAS

Para conseguir una respuesta eficaz en un mayor número de pacientes “actualmente estamos trabajando en combinaciones de dos o más fármacos para suplir las carencias del sistema inmunitario de otros pacientes y conseguir en ellos respuestas positivas”.

En concreto, las combinaciones que los investigadores de la Clínica están evaluando en pacientes se refieren a la administración de varios fármacos inmunorreguladores. También estudian otros tratamientos inmunoterápicos como las vacunas con antígenos (sustancia que provoca una respuesta en el sistema inmunitario).

Otras combinaciones en estudio se realizan con citoquinas (proteínas que regulan interacciones de las células del sistema inmune) o con fármacos más tradicionales, como distintos tipos de quimioterapia y de agentes antidiana ya utilizados en otras enfermedades. “El objetivo es mejorar la respuesta inmunológica y el número de pacientes que se beneficien de estos tratamientos”, insiste el Dr. Pérez Gracia.


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