• viernes, 19 de abril de 2024
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TERRORISMO

'Ata' se niega a declarar en la Audiencia Nacional por el atentado de Leiza

El pamplonés y antiguo jefe de la banda terrorista ETA está interno en una cárcel francesa.

Traslado del etarra pamplonés Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, Ata. POLICÍA NACIONAL
Traslado del etarra pamplonés Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, Ata. POLICÍA NACIONAL

El etarra Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias 'Ata', se ha negado este miércoles a declarar ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, quien le había citado por videoconferencia para que las partes personadas le interrogaran tras su procesamiento en diciembre de 2020 por el asesinato del guardia civil Juan Carlos Beiro Montes en Leitza en 2002.

El que fuera el último jefe de ETA se encuentra interno en el Centro Penitenciario de Lannemezan (Francia) cumpliendo condena por responsabilidades en dicho país, por lo que ha comparecido por videoconferencia. Fue procesado junto a otros tres miembros de la banda terrorista, Rubén Guelbenzu González, Jon Lizarribar e Itxaso Zaldua, que ya declararon y se les comunicó el auto de procesamiento.

Al igual que los otros tres, que negaron la autoría de los hechos alegando que en la fecha del atentando no pertenecían a la banda terrorista, Carrera Sarobe ha indicado que él no participó en la acción de Leitza en la que murió el guardia civil Juan Carlos Beiro, que fue a retirar una pancarta 'trampa' que tenía adosada una bomba.

LA PANCARTA DE PLÁSTICO

Según explicaba el magistrado en el auto de procesamiento, sobre las 12.40 horas del día 24 de septiembre de 2002 un agente de la Guardia Civil con destino en la Comandancia de Málaga, que disfrutaba de un permiso ordinario en Leitza, observó en la carretera que une la citada localidad con Berastegui (Guipúzcoa) una pancarta de plástico blanco con mensajes alusivos a ETA y en la que figuraba la inscripción "Guardia Civil muere aquí".

"La pancarta, a modo de señuelo, formaba parte de un artefacto explosivo colocado sobre un talud de la carretera", subraya el auto de procesamiento. Tras el aviso del agente al cuartel del Instituto Armado de Leitza, se personaron en el lugar de los hechos otros cuatro agentes, entre ellos el cabo Juan Carlos Beiro Montes.

La explosión repentina del "explosivo-trampa" -escondido en una cazuela- ocasionó la muerte del cabo y heridas a los otros cuatro agentes. Además "dejó un cráter de 70 centímetros de diámetro y 40 centímetros de profundidad, causando daños en los vehículos que los guardias civiles habían estacionado en la explanada así como en el muro donde se hallaba la pancarta trampa y en las ventanas de las viviendas situadas en las inmediaciones del lugar de la explosión".


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