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SOCIEDAD

Asier, el niño navarro de 8 años que ha superado la leucemia en tiempos de Covid

"Antes de cada sesión, le decía a mi hijo: 'una más'. Él me miraba y respondía: 'una menos'. Es increíble cómo la ilusión de un niño es mucho más fuerte que la quimio", cuenta su padre.

Asier Barriga posa con sus padres y su hermano, tras superar una leucemia. CEDIDA
Asier Barriga, a la derecha, posa con sus padres y su hermano, tras superar una leucemia. CEDIDA

La historia de Asier Barriga bien podría ser la de un deportista que ha pasado un calvario con las lesiones (cuenta su padre que en dos años y tres meses, Asier "no ha derramado una solo lágrima, que las lleva por dentro"). También la de un conductor que sufrió un accidente de tráfico y tuvo una recuperación milagrosa  (llegó a quedarse en silleta y a las quince semanas ya estaba jugando otra vez a fútbol).

Sin embargo, cualquiera de esas versiones, o muchas otras que uno pudiera imaginar, no se acercarían ni tan siquiera mínimamente a la realidad y, sobre todo, restarían infinitos kilos de superación a la verdadera historia de un niño de seis años al que diagnosticaron una leucemia y hoy vuelve a disfrutar de una infancia corriente.

Porque detrás del homenaje que recibió Asier Barriga en la vuelta al equipo benjamín del Gazte Berriak, hay meses de hospital, tratamiento y constante apoyo de una familia que se volcó con su pequeño para salir adelante.

"Es muy duro hacer la digestión de una noticia así, pero no queda otra", cuenta ahora su padre, Mikel Barriga.

LEUCEMIA Y PANDEMIA

Era finales de 2019 cuando la vida de Asier Barriga, un niño de Ansoáin que por entonces tenía seis años, se topaba de frente con el cáncer. Le habían diagnosticado una leucemia y tenía que dejar su colegio, amistades y muchos de sus familiares atrás para tratarse la enfermedad.

Para superar las cuatro primeras fases agresivas, el ingreso hospitalario era indispensable y la cuarta planta de la clínica Virgen del Camino pasó a convertirse en su casa.

"Es un niño muy maduro y desde el principio afrontó con una fuerza increíble la leucemia", explica su padre, que destaca la importancia de no engañar y decir la verdad con cariño a los niños desde el primer momento.

Cuenta Mikel que los meses de ingreso de Asier además de ser duros de por sí, se vieron incrementados más si cabe por el estallido de la pandemia. Una situación en la que se prohibieron visitas o se limitó el acompañamiento a un único progenitor. Por todo ello, destaca el papel fundamental que desarrollaron desde personal del hospital hasta estrellas del deporte que no dejaron solo a su hijo en ningún instante.

"En este tiempo he conocido a gente encantadora. Si algo quiero es dar las gracias a todos los trabajadores de Virgen del Camino y a los muchos deportistas como Sanzol, Rubén García o Jordi Alba que son sus ídolos y se han implicado y mandado vídeos de ánimo", expresa el padre de Asier.

"UNA MÁS, UNA MENOS"

Tras superar las cuatro primeras fases de la enfermedad, quedaba la quinta y última etapa. El momento de las sesiones de quimioterapias diarias y analíticas prácticamente semanales que confirmaran que no quedaba rastro del cáncer.

"Antes de cada sesión, le decía a mi hijo "una más". Él me miraba y respondía, "una menos". Es increíble cómo la ilusión de un niño es mucho más fuerte que la quimio", confiesa Mikel.

Su otra frase "Aceptar, creer, luchar y ganar" demuestra a la perfección la actitud de toda una familia para ver a su hijo pequeño superar el cáncer. Desde su hermano de 11 años, que se portó "fenomenal", a sus padres, Mikel y Carolina; que hicieron todo lo que estuvo en su mano para apoyar a su hijo. "Tan importante como el tratamiento es la parte emocional, comprensión y cariño", reflexiona Mikel.

UNA LECCIÓN DE VIDA

Para Mikel, el padre de Asier, el momento más feliz de su vida llegó hace apenas un mes cuando recibieron la noticia de que todo había salido bien en la analítica de médula de su hijo.

Un proceso, ya finalizado, que define ahora como "lección de vida" en el que ha tratado sacar lo positivo de "toda esa mierda" para darse cuenta de cómo hacemos un problema de donde no lo hay".

"Ahora me centro en ser feliz. Hace poco mi mujer estuvo con Covid y en vez de dar vueltas a los malos ratos solo me quedo con mis hijos hablando con ella por walkie talkie y diciéndole que es la mejorar madre del mundo", explica.

Una historia, la de Asier, su familia y una leucemia, que tuvo el broche de oro con el emotivo homenaje que Gazte Berriak, su equipo de fútbol, le brindó en su vuelta a los terrenos de juegos.

"Se pusieron camisetas con su nombre y le hicieron todos el pasillo. Desde la grada, los padres y abuelos también se pusieron a aplaudir. Es un aplauso a la nueva oportunidad, y por eso además de alegrarnos enormemente por Asier también nos acordamos en ese momento de todos los niños de la cuarta planta de Virgen del Camino que no han tenido esa segunda opción".


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