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SOCIEDAD

Insultos y puñetazos: 56 años de la espectacular bronca a "El Cordobés" en Pamplona

Su desplante al público toreando unas almohadillas provocó insultos y puñetazos en el patio de caballos al final de la corrida.

El torero Manuel Benítez, El Cordobes EP
Manuel Benítez, El Cordobés, durante una rueda de prensa. EUROPA PRESS

Manuel Benítez, "El Cordobés", sufrió en la plaza de toros de Pamplona la que probablemente fue la mayor bronca de su carrera. El miércoles 13 de julio de 1965, hace ya 56 años, en la que era su cuarta corrida en la capital navarra.

Ocurrió en el sexto toro de la tarde y, tras una faena desganada, entró a matar dos veces, dio dos medias estocadas y necesitó hasta doce descabellos. Llovieron cientos de almohadillas al ruedo entre cánticos de: "¡Córtate el pelo, córtate el pelo!".

Fue una tarde de bochorno en la que no se movía ni una hoja en la plaza de toros de Pamplona. Era la séptima corrida de San Fermín, con seis toros de Atanasio Fernández, para Fermín Murillo, Curro Romero y el propio Cordobés.

Manuel Benítez, que anduvo frío con un tercero que embestía bien, no lo vio claro con el sexto. Así lo cuenta ABC: «¿Qué le pasó a El Cordobés en el sexto, que era un puntito negro insignificante? Ni le quiso torear con el capote ni con la muleta, y el torito no merecía tal desprecio, porque iba donde le llamaban. El Cordobés no le llamó. No lo quiso ver. ¿Por qué?. Por el público no fue".

"El público le había tratado con pasión, pero correctamente. Nadie le mentó los mechones. Un torero de sus exigencias lo primero que tiene que hacer es exigirse a sí mismo. El Cordobés estuvo sin moral. Abandonado a la desgana. Y empezaron a pedirle que se cortara el pelo y a tirar pan y almohadillas al ruedo, y El Cordobés entró a matar dos veces y señaló dos medias estocadas y, ya descompuesto, hasta el doce intento de descabello no acertó".

Mientras, en la prensa local se definió así su actuación en el sexto toro: "Peores aún fueron los naturales, con paso atrás, que levantaron las primeras protestas serias de la plaza. El Cordobés parece descomponerse y desde entonces se limita a dar mantazos, yéndose del toro, sin centrarse en ningún momento".

"La bronca arrecía y El Cordobés sigue bailando delante de la res, que no tenía dificultades. Media estocada entrando mal, otra delantera y corta y coge la espada de descabellar. Parece que no quiere matar al toro porque se limita a acariciarlo con el verduguillo".

"Nada menos que doce veces intentó clavar el pincho antes de de acertar. A todo esto los panes de la solanera y unas docenas de almohadillas habían caído al ruedo. La bronca fue épica, tremenda, de las que dejan raya".

"Y siguió la bronca, más fuerte todavía, cuando el torero se retiró, dando pases a las almohadillas y mirando al sol, hacia el callejón. Allí le rodearon los guardias para protegerlo. Fea, es verdad, fue la actitud de los tendidos para con El Cordobés, hostilidad tal vez injustificada, pero el torero no se amilanó y correspondió con su comportamiento al de un sector del público. Muy mal todos".

'El Cordobés' ante la lluvia de almohadillas en la plaza de toros de Pamplona. Diario ABC
'El Cordobés' ante la lluvia de almohadillas en la plaza de toros de Pamplona. Diario ABC

INSULTOS Y PUÑETAZOS

"Ahora son los guardias quienes e invitan a que salga de la plaza. Y «El Cordobés», en un arranque inconsciente de flamenquería, avanza unos pasos mientras da unos pases a las almohadillas que caen desde arriba. Este gesto enfurece a los espectadores. Se oyen los insultos, las palabrotas sacadas de los bajos fondos del diccionario", asegura la prensa navarra.

En este sentido, relata como entró en el callejón camino del patio de caballos y "se arma casi una batalla campal entre algunos espectadores, el torero y sus peones". 

"Los espectadores le dicen sinvergüenza, robajornales, y otras lindezas más groseras. El contesta en los mismos términos. EIlos siguen insultando. El suelta alguna patada. Ellos lanzan varios puñetazos. Uno hace puntería en el ojo de un peón. La policía armada corta la bronca y saca las porras pero sin hacer uso para nada de ellas. Los peones y uno de los hijos de Chopera acompañan a Manuel Benítez hacia el coche que le espera en la puerta de la plaza de toros", relató la prensa.

Así, compararon su marcha con "una secuencia de cine", con el coche esperándole en la misma puerta de la plaza para llevarle al hotel y, posteriormente, 'escapar' de Pamplona mientras varios grupos de personas se encontraban en los alrededores del hotel esperándole.

DE ESPONTÁNEO A FIGURA

Nacido en Palma del Río (Córdoba) el 4 de mayo de 1936. Tiene 85 años de edad. De origen humilde, logró convertirse en uno de los más afamados representantes de la tauromaquia internacional y es considerado uno de los iconos de la década de los años 60. Poco ortodoxo, exaltó siempre en su estilo la inmovilidad ante el toro y como matador causó siempre emoción y controversia.

El domingo 28 de abril de 1957 se lanzó al ruedo como espontáneo en una corrida que se celebraba en la plaza de toros de Las Ventas. Fue en el quinto de la tarde, recibiendo una gran paliza del toro y siendo arrestado a continuación.

Vistió por primera vez de luces el 15 de agosto de 1957 en Roa de Duero (Burgos). El 27 de agosto de 1960 debutó en Palma del Río con caballos y ganadería de Juan Pedro Domecq cortando cuatro orejas y un rabo. 

Toreó doscientas tres corridas como novillero desde 1960 a 1963 antes de tomar la alternativa ese último año, el 25 de mayo, en Córdoba, siendo su padrino el diestro Antonio Bienvenida y saliendo en hombros esa misma tarde al obtener dos orejas en el festejo. Mantuvo una gran rivalidad con Miguelín

Fue líder de la estadística los años 1965, 1967, 1970 y 1971, retirándose de los ruedos ese año hasta su regreso en 1979, lidiando pocos festejos hasta el 14 de septiembre de 1981 y decide su retiro definitivo.​

Reaparece en 1995 en Fuengirola miércoles 12 de abril con toros de Joaquín Núñez mano a mano con Jesulin brindándole un toro el de la reaparición al nobel Camilo José Cela ,Catorce años después, Manuel Benítez, El Cordobés, de 59 años, volvió a vestirse de luces, aunque esta vez no llenó la plaza. Pero el objetivo se cumplió. "Vengo con mucha ilusión a que la gente se divierta", dijo antes de comenzar la corrida en Fuengirola (Málaga). Reaparece también en 1996 y en el año 2000 para un par de corridas y festivales.


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