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SOCIEDAD

La arquitecta pamplonesa Elisa Valero: "Prefiero que mi obra sea más gris y el medio ambiente más verde"

Desde su labor como arquitecta, defiende la construcción sostenible, con materiales de bajo coste y baja energía, al alcance de los ciudadanos en cada país, lo que implica un "acercamiento realista".
 

GRAF1180. PAMPLONA, 03/02/2019.- La arquitecta española Elisa Valero, la primera mujer menor de 50 premiada con el Swiss Architectural Award, posa en el interior de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Navarra donde ha explicado su filosofía de trabajo, la de una reputada profesional comprometida con el planeta que prefiere que su obra sea "un poco más gris para que el medio ambiente sea un poco mas verde". EFE/Jesús Diges
La arquitecta española Elisa Valero, la primera mujer menor de 50 premiada con el Swiss Architectural Award, posa en el interior de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Navarra donde ha explicado su filosofía de trabajo, la de una reputada profesional comprometida con el planeta que prefiere que su obra sea "un poco más gris para que el medio ambiente sea un poco mas verde". EFE/Jesús Diges

La arquitecta española Elisa Valero, la primera mujer galardonada con el Swiss Architectural Award, ha explicado en Pamplona su filosofía de trabajo, la de una reputada profesional comprometida con el planeta que prefiere que su obra sea "un poco más gris para que el medio ambiente sea un poco más verde".

Así lo ha señalado Valero (Ciudad Real, 1971) en una entrevista con Efe, en la que la directora del grupo de investigación RNM909 Vivienda Eficiente y Reciclaje Urbano de la Universidad de Granada, de la que es catedrática, aboga por un "cambio radical en la cultura de habitar" y rechaza el excesivo consumismo que incide en las desigualdades sociales y perjudica al medioambiente.

Por ello, desde su labor como arquitecta, defiende la construcción sostenible, con materiales de bajo coste y baja energía, al alcance de los ciudadanos en cada país, lo que implica un "acercamiento realista" y una visión pegada al terreno.

¿Qué repercusión ha tenido la obtención de este premio?

La más evidente, una mayor visibilidad de un trabajo de investigación que desarrollo hace 22 años en una forma de arquitectura muy vinculada a la precisión, a resolver los problemas minimizándolos, a cambiar los sistemas de construcción. Y en el actual sistema consumista, esto se traduce en que para salvar ese planeta de la destrucción hay que reducir el consumo de recursos.

¿Con qué medidas?

Yo propongo sistemas que minimicen, por el diseño o por las formas, y que deberían conllevar nuevas formas de construir, que sean responsables medioambientalmente. Y para que eso sea posible deben también ser económicamente sostenibles, porque no tiene sentido hacer casas maravillosas, pasivas y altamente tecnológicas, pero que no estén al alcance de la gente de los países en vías de desarrollo y de la gente de clase media.

El compromiso es cambiar el paradigma y construir con bajo coste y baja energía en la nueva arquitectura.

Para eso hay que acercarse al ciudadano, a su entorno geográfico y a sus circunstancias

Si algo caracteriza el trabajo que yo hago es un acercamiento realista. Por un lado significa trabajar con las tecnologías que están a mi alcance, relativamente bajas, y con los materiales accesibles. Estoy desarrollando una investigación con hormigón, que es el segundo material más utilizado en todo el mundo después del agua, pero el problema es su alto grado de huella de carbono.

Ahora mismo estamos viendo cómo reducirla, porque los arquitectos debemos asumir un compromiso con la enorme responsabilidad medioambiental. Eso conlleva a veces renunciar a materiales más ricos e intentar que lo que hago sea bello, aunque se reduzca un poco el lujo para mantener el de la naturaleza. A lo mejor mi arquitectura es un poco más gris para que el medio ambiente sea un poco más verde.

Visita Pamplona para intervenir en los actos de la Universidad de Navarra con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. ¿La arquitectura tiene visión de género? ¿Debería tenerla?

Es cierto que la mujer ha tenido muy poca visibilidad en esta profesión, y sin embargo hay muchas mujeres que hacen muy buena arquitectura, con un pensamiento muy positivo y muy constructivo. Afortunadamente ahora hay más catedráticas que cuando yo llegué. Pienso que hay que ayudar y fomentar la visibilidad, porque esta siempre ha sido una profesión muy de hombres.

Sin embargo, no sé si construimos igual o diferente, yo he aprendido mucho de mis compañeros y a ellos les debo mucho también. No creo que se sea arquitecta o arquitecto, sino una persona con una visión de la resolución de problemas humanos. La arquitectura es una disciplina humanista, y eso implica a hombres y mujeres.

Sí que es cierto que en este mundo a veces hay que dar un empujón y abrir la puerta y entrar, y no esperar a que te inviten.

Otra de sus líneas de investigación es la arquitectura para niños

Esto viene del conocimiento profundo de que para hacer un mundo mejor hay que cuidar a los niños, porque son el futuro. Rilke decía que la patria del hombre es su infancia. Yo creo que lo que se conoce en la infancia es lo que se reconoce de mayor, y hacer entornos de belleza, donde el niño o la niña conozca la experiencia estética es algo que marca mucho. Estoy totalmente convencida de que para hacer personas felices hay que hacer niños felices.

Por otro lado, soy arquitecta de la Fundación Aladina -entidad que ayuda a niños y adolescentes enfermos de cáncer- y he derivado una importante investigación a la percepción infantil, al apasionante mundo de los niños, y a aplicar entornos más adecuados para ellos, que den mejor respuesta a unas necesidades que no son las mismas que las del adulto.

El año pasado fue reconocida como una de las mujeres más influyentes en la Cultura de España. ¿En qué le gustaría influir con sus obras?

En este cambio radical de la cultura de habitar, que creo que es necesario y debe de estar muy vinculado con la idea de "ni menos, ni más": No utilizar en los recursos más de lo necesario para que otros no tengan menos de lo necesario.

Ahí hay una nueva forma de hacer en arquitectura, y quizá de esa manera podamos hacer una sociedad más humana, más justa. 


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