• viernes, 19 de abril de 2024
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SAN FERMÍN

De la Estafeta al altar corriendo delante del toro: la divertida sorpresa de un mozo de Sanfermines en su boda

El enlace, aunque celebrado a más de 700 kilómetros de Pamplona, terminó con una novia a la fuga huyendo de un original morlaco.

Al murciano Germán Romera, asiduo corredor de los encierros de San Fermín, no le pilló el toro el día de su boda, pero a los invitados a su enlace sí les sorprendió un peculiar astado llegado, en teoría, desde los corrales de Santo Domingo.

Tal es la pasión de Germán por los encierros de Sanfermines que hasta en el día de su boda convenció a su prometida, Mariana López, para sorprender a los invitados con un original guiño a las fiestas de Pamplona. Y qué mejor manera de celebrarlo que volviendo a enfundarse el pañuelo rojo y recrear una de las carreras por la Estafeta para entrar en el convite nupcial.

Cuando Germán, un corredor de la localidad de Moratalla, se prometió con su novia, ambos acordaron que querían algo especial para su boda. La afición del novio por correr delante de los toros acabó dándoles una idea que mantuvieron en secreto durante varios meses para dejar con la boca abierta a los invitados en su enlace.

El pasado 20 de mayo Germán y Mariana llegaban al convite de su boda engalanados para la ocasión y flanqueados por una melodiosa banda sonora romántica acorde con el momento. La música de la película 'Leyendas de pasión', elegida por Mariana para la esperada llegada, sirvió de entrada triunfal a una boda que querían que fuese "de cine".

"A ella le encanta la película y quería que sonase mientras entrábamos", recuerda Germán, "y conseguí que a partir de ahí me diera vía libre para improvisar". El guión imaginado por los invitados comenzó torcerse cuando, tras el brindis de los recién casados, el silbido de un cohete surcando el cielo se escuchó en todo el salón de bodas.

"VIVIMOS LAS FIESTAS COMO UNO MÁS DE PAMPLONA"

"A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón...". El cohete era el preludio de la canción del encierro de Sanfermines que Romera conoce muy bien. El murciano lleva cinco años acudiendo a Pamplona para correr delante de los toros, desde que probó las carreras por el adoquinado en 2009. "Nos juntamos entre cinco o diez amigos del pueblo, a los que nos encantan los encierros, y cogemos vacaciones para estar en San Fermín", explica.

El grupo de corredores de Moratalla ya tiene una segunda casa en Navarra. Alquilan cada año una vivienda en la calle Dormilatería, cerca de la Catedral de Pamplona, y acuden fielmente a su cita con el encierro cada 7 de julio. Suelen correr con una camiseta naranja con el nombre de su pueblo para que en casa les puedan identificar por la televisión, "aunque al menos un día siempre nos ponemos de blanco y rojo para respetar la tradición", apostilla el mozo murciano.

"Nosotros ya vivimos las fiestas como los de allí. Llegamos el 5 de julio, nos metemos en el Chupinazo, gritamos el 'Viva San Fermín' como el que más y el 7 de julio a las ocho ya estamos en el encierro", rememora Germán. En su caso siempre corre en el último tramo de la Estafeta, "hasta donde me deje el toro y el resto de corredores". Repite la misma liturgia cada mañana hasta el día 10 u 11 de julio, cuando toca decir adiós a Pamplona, pero ni mucho menos despidiéndose de los toros.

Romera y sus compañeros se marchan a mitad de los Sanfermines para seguir poniéndose delante de los astados en los encierros de Moratalla, que celebra sus fiestas en honor al Santísimo Cristo del Rayo del 11 al 17 de julio. La localidad murciana acoge unos tradicionales encierros por vereda, en los que los toros y vacas llegan desde el campo hasta las calles del municipio. "Y muchas veces nos encontramos con las mismas ganaderías que han estado en Pamplona, este año por ejemplo tendremos a los Cebada Gago".

NOVIA A LA FUGA... DEL TORO

Enfundado en su camiseta naranja, Germán Romera trata de 'coger toro' en sus carreras por el tramo de Telefónica. Mientras tanto, pegada al televisor, su hasta hace poco novia y ahora esposa no quita la mirada de la pequeña pantalla para saber cómo le va en la carrera. "Ella lo padece más que disfrutarlo", confiesa Germán sobre el miedo de Mariana a los encierros, que ya tiene asumida la pasión de su pareja por los toros.

Con los cánticos de los mozos sanfermineros resonando en todo el salón nupcial, Mariana no dudó ni un segundo en enfundarse la típica camiseta naranja de su marido encima del vestido de novia para recrear un encierro. Eso sí, no se trataba de la prenda ni el pañuelo que Romera y sus amigos llevan a Pamplona, sino unas réplicas mucho más fáciles de colocarse sin echar a perder las horas de peluquería y maquillaje previas al gran enlace.

Con el chalequillo naranja y el pañuelico rojo al cuello, los invitados al convite se dejaron llevar en la cuenta atrás sanferminera que daba inicio a la fiesta. "Uno de enero, dos de febrero, tres de marzo...". Entre aplausos y cánticos, un 'peculiar' toro escapado de la manada hizo aparición en el restaurante para deleite de propios y extraños. "Nadie se lo esperaba, se quedaron todos alucinados", ríe rememorándolo Germán Romera, que añade que el astado no insufló mucho miedo a los asistentes, más bien lo contrario: "Acabó siendo el juguete de todos los niños que estaban en la boda".

Tras muchos recortes al morlaco, fotos y vídeos, la boda llegó a su fin y dejó para la posteridad un enlace típicamente sanferminero celebrado a más de 700 kilómetros de Pamplona. Preguntado por si este año, con una alianza al dedo, sentirá más presión al trotar por la Estafeta, Germán se muestra sereno: "Será lo mismo, llevamos muchos años viviendo juntos y ella me conoce muy bien; siempre me dice 'yo qué voy a hacer si cuando te conocí los toros ya estaban aquí'". Aquí y hasta en el día de su gran boda sanferminera.


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