El museo de la plaza de toros de Pamplona ha transformado el antiguo desolladero en un local donde encontrar desde históricos carteles de la Feria del Toro hasta arena del propio ruedo.
"Cuando acababan de visitar la plaza, nos pedían algún tipo de recuerdo, algún souvenir de Sanfermines, algunos regalos para llevar a su familia y amigos".
La tienda de la Plaza de Toros de Pamplona surgió, como los trofeos para los matadores que pisan su arena, por ovación, por aclamación popular. Como una petición de los propios visitantes que, tras recorrer el museo de la plaza, querían poder tener un objeto con el que recordar la experiencia.
Isaura Fernández, la encargada de visitas del museo, explica cómo se puso en marcha esta tienda de regalos que 'ha tomado la alternativa' con el inicio de la actual temporada turística.
"Era inevitable que al final los propios visitantes nos demandasen algún souvenir. Por eso, como todos los museos, nos decidimos a crear un rincón de recuerdos", explica la responsable.
Entre los recuerdos, muchos y diversos. Hay tanta variedad como meriendas pueden catarse en los tendidos de sol durante una corrida de Sanfermines. La tienda ofrece desde camisetas, alpargatas, pañuelicos, mochilas, boinas o abanicos hasta productos gourmet de la tierra, como tejas, quesos, vino o espárragos.
Una cerámica especial de San Fermín con el perfil del santo, posavasos, chapas y muñecos de toros de goma son otros de los recuerdos que pueden verse en la tienda, a la que se llega después de haber realizado todo el recorrido por la plaza y desembocar en el patio de caballos.
Aunque uno de los productos únicos e irrepetibles de la tienda del museo es diminuto y puede llevarse en frasco. Se trata de los botecitos de arena del ruedo, una arena que se renueva cada año y que al retirarse se enfrasca para poder 'vender' parte de la plaza como recuerdo.
A pesar de la variedad de los regalos, los recuerdos más tradicionales son los que se llevan la palma. "Los pósteres con los carteles de la Feria del Toro son lo más vendido, sin duda", explica Isaura.
Con ilustraciones que datan desde el año 1900 en adelante, hasta el pasado 2018, los carteles que anuncian la feria se venden en varios tamaños y hasta en forma de imán.
"Nos suelen pedir el cartel de su año de nacimiento o el del año de algún familiar para el que se lo quieren regalar", detalla la responsable de visitas, "y además siempre funciona muy bien el cartel del último año".
De hecho, la Casa de Misericordia ya vendía las históricas imágenes de la Feria del Toro por internet y ahora se está trabajando para que a futuro todos los objetos de la tienda se puedan adquirir de forma online.
EL DESOLLADERO DE TOROS, TRANSFORMADO EN TIENDA
La tienda, que comenzó a testarse a finales de septiembre del año pasado hasta el cierre de la temporada del museo en noviembre, 'ha abierto el telón' en el antiguo desolladero de la plaza.
Se trata del lugar al que llegan los toros arrastrados por las mulillas. Antiguamente era el espacio en el que los matarifes despiezaban al toro y en la actualidad solo se emplea para desangrar al animal antes de enviarlo al matadero, donde se procede a su tratamiento para vender después la carne.
Ahora el desolladero ofrece un aspecto muy diferente. La apertura de la tienda en el patio de caballos, con una pequeña terraza al sol en la que poder disfrutar de los refrescos que también se ofrecen, pone la 'puntilla' al recorrido por la plaza.
De momento es pronto para hacer balance, aseguran los responsables del museo, donde en temporada baja trabajan 3 personas y en temporada alta, hasta 6. "Estamos contentos, porque sí que es verdad que la respuesta está siendo buena. Está claro que si tienes, vendes", reconoce Isaura Fernández.
En agosto esperan hacer balance de la novedad de esta temporada en el museo, que el pasado año ya lanzó las visitas nocturnas por la plaza con gran acogida del público.
El museo, que se mantiene abierto durante todos los días de esta Semana Santa aprovechando la llegada de miles de turistas a Pamplona, abre de martes a sábado de 10 a 20 horas, mientras que los domingos cierra a las 15 horas. La última visita se realiza siempre media hora antes del cierre.
Se puede visitar desde marzo hasta noviembre, con posibilidad de realizar tours guiados previa reserva fuera de este calendario. Eso sí, a principios de julio cierra sus puertas para permitir a los operarios acondicionar la plaza para los Sanfermines, de forma que en torno al 20 de julio vuelve a acoger visitas.
En 2018 pasado más de 40.000 personas recorrieron este museo, lo que supone 10.000 visitantes más que el año anterior. Españoles, franceses e italianos son los turistas que más frecuentan los pasillos, entresijos y dependencias de esta plaza que sigue levantando gran curiosidad entre los amantes de la tauromaquia en general y de los Sanfermines en particular.
De momento, los visitantes siguen arremolinándose en el antiguo desolladero rebuscando entre los carteles de la Feria del Toro para encontrar aquel año que simboliza algo en sus vidas y que de esta forma consiguen vincularlo con los Sanfermines.
