• viernes, 29 de marzo de 2024
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SAN FERMÍN

La Pamplonesa, intérprete del repertorio musical de San Fermíno

La banda de música de la capital navarra está presente en siete actos de San Fermín.

Desde las 6.45 de la mañana hasta las 20 horas, más o menos (cuando termina la corrida de toros), la banda de música La Pamplonesa alegra las calles durante San Fermín. Tres de sus músicos, Luis San Martín Urabayen, trompista; Juan Luis Fernández Gavilán, clarinetista; y Carlos Pérez Cruz, trompetista, nos cuentan las claves de cada uno de esos momentos: en qué consisten, cómo los viven, qué canciones interpretan o las calles que recorren.

CHUPINAZO (6 de julio): 12.00

“Desde varias horas antes de las 12.00, la gente se agolpa en la plaza del Ayuntamiento esperando ese momento. Mientras, la banda está en el interior de la Casa Consistorial junto con txistularis y gaiteros. Justo después de estallar el chupinazo, se interpreta la 'Biribilketa' junto con los txistularis. Es un momento muy emocionante al ser la primera obra de los Sanfermines.

Unos minutos después, se abren las puertas del Ayuntamiento y la banda desfila entre la gente por las calles cercanas. El recorrido dura aproximadamente una hora y se interpretan piezas como '¡Ánimo pues!', 'Las siete calles' y 'Clarín de fiestas'. Miles de personas bailan al son de la música de La Pamplonesa. Es un momento muy emocionante y muy esperado, pero no es sino el prólogo de todo lo que está por llegar” — Luis San Martín Urabayen.

MARCHA A VÍSPERAS (6 de julio): 17.30

“También conocida como 'Riau-riau', es uno de los actos más importantes de los Sanfermines. En Pamplona era tradicional que los concejales vestidos de gala, junto a maceros, clarineros, timbaleros y guardia municipal, desfilaran por la calle Mayor de Pamplona para celebrar el oficio de las Vísperas de San Fermín. En 1915, un grupo de ciudadanos decidió frenar este desfile poniéndose delante mientras bailaban y cantaban la letra del Vals de Astráin, titulado 'Alegría de San Fermín'. Entre la letra del vals se decía la expresión Riau riau, que ha quedado para la posteridad. En la actualidad este acto se realiza sin la presencia de los concejales, pero es un momento especial y multitudinario. Se sigue tocando la misma obra decenas de veces.

En cierta ocasión, el Maestro Turrillas, compositor de la mayoría de los himnos de las peñas de San Fermín y durante casi cincuenta años miembro de La Pamplonesa, cambiaba unos garbanzos de un bolsillo a otro para contar cuántas veces se interpretaba. Llegó a contar hasta más de cien veces. Ahora dura unas dos horas, pero en muchas ocasiones llegó a superar las cinco. En otras, el exceso de gente y las apreturas provocaron que se suspendiera para evitar altercados” — Luis San Martín Urabayen.

DIANAS (7 a 14 de julio): 6.45 a 7.30

“A las 6.45 confluyen en este acto los que han decidido trasnochar con los que han madrugado para ver el encierro desde el vallado. Es una celebración muy animada y cada vez más multitudinaria. Además de los que acompañan a la banda, la gente se asoma a las ventanas para no perder detalle de lo que ocurre. En algunos lugares nos paran para ofrecernos pastas, churros o chocolate caliente. Puede pasar de todo y se ve a los personajes más variopintos. Sin duda deja a los presentes con el cuerpo entonado para el resto del día.

Cada jornada se hace un recorrido distinto para abarcar entre los ocho días todas las calles del Casco Viejo. Dura hasta las 7.30 para no entorpecer al horario del encierro. El repertorio son las cuatro dianas que tienen un origen militar, pero que se han hecho muy populares entre todos los pamploneses. La jota 'La Pilindros' avisa de que el acto llega a su fin” — Luis San Martín Urabayen.

DESFILE DE MULILLAS (7 a 14 de julio): 17.30

“Cada tarde de las fiestas, acompañamos al desfile de mulillas desde la plaza Consistorial hasta la plaza de toros. El séquito comienza con los caballeros montados a caballo que preceden al tiro de mulillas. Discurre a ritmo de pasodoble por las calles Mercaderes, Chapitela, plaza del Castillo, Espoz y Mina, Duque de Ahumada y finaliza en la plaza de toros. Tradicionalmente, los días 7 y 14 interpretamos 'Pamplona, Feria del Toro'; de nuestro querido maestro Manuel Turrillas. El resto de las tardes se desfila cada una con un pasodoble diferente. A juzgar por la reacción del público que nos acompaña, la selección elegida es acertada. Habitualmente tocamos 'Churumbelerías', 'Agüero', 'El Tío Caniyitas', 'Viva el Maera', 'La Entrada' y 'La Giralda'.

El acto dura algo más de media hora, si bien es cierto que tradicionalmente se hace un pequeño descanso frente a un establecimiento hostelero de la Plaza del Castillo que invita a los músicos de la banda a un refresco.

Es un acto entrañable en el que familias al completo y numerosos turistas acompañan a la comitiva, siendo un preámbulo de la corrida de toros de cada tarde” — Juan Luis Fernández Gavilán.

FERIA DEL TORO (7 a 14 de julio): 18.30

“Una vez que el desfile de mulillas llega a la plaza, se descansa hasta el comienzo de la corrida de toros. La banda toca en su inicio, ya que interpreta un pasodoble mientras los toreros y sus cuadrillas desfilan por la arena de la plaza en el paseillo. Nuestra labor en la corrida es la de acompañar los momentos más importantes, sobre todo las grandes faenas. También cuando son los propios matadores los que ponen las banderillas y en el momento del arrastre del toro por las mulillas. Es bastante difícil hacerse oír, ya que el ambiente de la plaza es bastante ruidoso y muchas charangas luchan por lograr por un momento la atención de los presentes.

El repertorio en este lugar está formado por pasodobles taurinos como 'Agüero', 'Nerva', 'El tío Caniyitas', 'El gato montés', 'Marcial eres el más grande'… y un largo etcétera, siempre en función de lo que vaya ocurriendo en cada momento.

En general, el ambiente es muy bueno y la buena conversación ayuda a sobrellevar las apreturas de espacio por tener los instrumentos encima. Para terminar, otra jota, esta vez 'La Dominguera' ” — Luis San Martín Urabayen.

PROCESIÓN DE SAN FERMÍN (7 de julio): 9.30

“A lo largo de la mañana se recorren las principales calles del Casco Antiguo. Primero, el cuerpo de ciudad (concejales, maceros, timbaleros, txistularis, gaiteros, dantzaris, gigantes, cabezudos, banda de música…) van a recoger al cabildo en la catedral subiendo por la calle Curia. Después se pasa de nuevo por la plaza Consistorial y calle Mayor hasta la iglesia de San Lorenzo, donde está la imagen del santo. Se tocan marchas de desfile como 'Gora Iruña' o 'Evocación'.

En ese momento se recoge a San Fermín y se desfila a paso lento por casi todo el Casco Viejo. Es muy emocionante, sobre todo la jota cantada al santo y la interpretación de marchas de procesión como 'Jerusalén'. La piedra retumba al paso de la banda y se viven los momentos más intensos de todos los Sanfermines, ya que las caras de los pamploneses y visitantes muestran la devoción que profesan a San Fermín. Cuando se vuelve a dejar al santo en San Lorenzo, se realiza el oficio litúrgico en el que La Pamplonesa no interviene, dando el testigo a una orquesta y coro en el interior de la iglesia.

Tras la misa, el tercer momento es el desfile para dejar de nuevo al cabildo en la catedral y volver hasta el Ayuntamiento, donde termina la procesión. En esta tercera parte se tocan marchas de desfile como 'Deba', 'Mocholí' o 'El Asombro de Damasco'. En total más de cinco horas que dejan a todos exhaustos pero muy satisfechos” — Luis San Martín Urabayen.

OCTAVA DE SAN FERMÍN (14 de julio): 10.45

“La Octava es para nosotros una versión reducida de la procesión que ocho días antes acompaña la imagen de San Fermín y casi meta de esos nueve días de mucho trabajo.

Acompañamos a la corporación municipal hasta la parroquia de San Lorenzo, punto de llegada y de retorno posterior hacia la plaza Consistorial, donde los gigantes y cabezudos bailan a nuestro ritmo su jota antes de la despedida. En el camino por la calle Mayor, interpretamos algunos pasacalles festivos como 'Deba' y 'Mocholí'. Entre medias, el último almuerzo reconstituyente después de ocho mañanas de tremendo madrugón para tocar las dianas.

En el cuerpo, el cansancio acumulado. En la cabeza, la emoción por saber que se acaban unos días de compleja convivencia entre ocio y trabajo” — Carlos Pérez Cruz.


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La Pamplonesa, intérprete del repertorio musical de San Fermíno