• jueves, 28 de marzo de 2024
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LA FIESTA

El 'momentico' de la procesión: las jotas dentro y fuera de los Sanfermines

¿Cómo se vive San Fermín para los joteros? El momento más emocionante para Ana Patús es cantarle al santo en la procesión.

La Escuela de Jotas del colegio Irabia con su fundador, Iñaki Reta, con el acordeón.
La Escuela de Jotas del colegio Irabia con su fundador, Iñaki Reta, con el acordeón.

Las jotas se cantan durante todo el año, pero en San Fermín es especial porque se dedican al santo en la procesión. Ese día los joteros, vestidos de blanco y rojo impoluto, entonan el momentico delante del máximo representante de los festejos. “En ese instante siento muchos nervios al ver al santo delante de mí y el silencio que hay alrededor, y al mismo tiempo, orgullo”, cuenta la jotera Ana Patús (Pamplona, 1963).

De hecho, confiesa que para ella los Sanfermines comienzan el 7 de julio: “No he salido jamás el 6 de julio porque empecé a cantar desde niña; ese día me meto en la cama pronto. El 7 es la actuación más importante. San Fermín, el cohete, las comidas y los toros van después”.

Patús lleva 32 años cumpliendo esta tradición. De familia pamplonica, esta jotera desde pequeña oía a su abuela y a sus tías cantar jotas y ella comenzó en un coro que terminó modulando este género musical. A partir de ese momento, su entusiasmo por él fue creciendo y fue puliendo el estilo hasta hoy. Ahora pertenece a la Escuela de Jotas del colegio Irabia, donde trabaja como profesora. Compagina a la perfección su trabajo con su hobby. “Esto es una afición, porque te gusta y un día a la semana siempre sacas para ensayar”, comenta la profesora. Suelen ensayar dos horas un día a la semana, pues no cantan solo en San Fermín.

Ana Patús canta la jota en la procesión de San Fermín: "Es una reponsabilidad y un orgullo".

Casi todos los meses actúan: en Navidad, en actuaciones del colegio, en residencias de ancianos, bodas o en la sobremesa de alguna celebración. Además, en los meses de verano suelen cantar en fiestas de pueblos. Pero nada comparado con San Fermín: “Es cuando más te apetece, cuando más bonito es y más lo estás viviendo. Para cantar una jota hay que expresar lo que sientes, sentir de verdad la letra”, explica Ana Patús. Porque en Sanfermines las escuelas de jotas entonan su música y sus rondas por las calles de Pamplona, por el Casco Viejo y ese ambiente no se ve en ningún otro lugar. También en el paseo Sarasate se suelen reunir varias escuelas que con un repertorio de unas treinta canciones, cada una canta durante una hora. A juicio de Patús, dichas actuaciones son más normales puesto que no sientes esa responsabilidad de cantar delante del santo. “Yo he llegado a cantar el 6, 7, 8 y la mañana del Día del Niño”, confiesa.

JOTAS AL ALZA

Escuelas de jotas que amplían cada vez más su número en Navarra. “Hace años, la jota solo se movía por Pamplona y la Ribera de Navarra; ahora gracias a la ayuda de Iñaki Reta, fundador de la escuela en 2013, se resalta más y empieza a crecer en Pamplona y la Cuenca”, apunta Ana Patús. Además, afirma que cada vez son más los niños a los que les gustan. “Eso es lo bueno, la cantera”. Una cantera que también participa en algunos de los actos de San Fermín con la escuela.


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