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SAN FERMÍN

Jim Hollander, el fotorreportero de conflictos que nació del capote de San Fermín

Los Sanfermines han marcado su trayectoria profesional. En 1977, tras un percance en un encierro de Miura, Hollander renunció a seguir corriendo para dedicarse al fotoperiodismo. Al año siguiente los sucesos de los Sanfermines supusieron su bautismo de fuego como fotógrafo de conflictos. 

El fotoperiodista estadounidense Jim Hollander el día que presentó en el Palacio del Condestable una exposición con quince imágenes de gran formato en la que reflejó la esencia de su mirada sobre los Sanfermines. EFE/Jesús Diges
El fotoperiodista estadounidense Jim Hollander el día que presentó en el Palacio del Condestable una exposición con quince imágenes de gran formato en la que reflejó la esencia de su mirada sobre los Sanfermines. EFE/Jesús Diges

El fotógrafo de conflictos (conflict photographer) Jim Hollander (Nueva York, 1949) pertenece a una generación hippie, que siguiendo la estela de Hemingway, acudió a los Sanfermines en los años 60 y se identificó de tal modo con la fiesta, que la convirtió en un punto de encuentro anual. Hollander, aunque ya retirado de agencias, sigue acudiendo a la cita sanferminera para juntarse con algunos de aquellos hippies como Larry Belcher y Joe Distler.

Aprovechando su última visita nos reunimos con él en el Hotel Maisonnave. Mientras bebe un zumo de tomate y come una inmensa croqueta, en pleno ambiente sanferminero, nos contó su azarosa e intensa vida. Es un hombre simpático y dicharachero que se expresa perfectamente en castellano al que adereza con expresiones populares.

08/07/78 Dos instantáneas de Jim Hollander arrollado en el encierro de Miura. A la derecha parte publicado de Urgencias del Hospital. “Jim Mollander, contusión torácica y esguince de tobillo”
08/07/78 Dos instantáneas de Jim Hollander arrollado en el encierro de Miura. A la derecha parte publicado de Urgencias del Hospital. “Jim Mollander, contusión torácica y esguince de tobillo”

Jim es diáfano y sincero; ahora bien, cuando describe su trayectoria profesional es descaradamente optimista, a veces parece presuntuoso. En realidad, es un hombre seguro de sí mismo, tiene oficio y sabe venderse bien, de ahí radica su éxito en el mundo del fotorreportaje.

No hay que ser psicólogo para detectar que invoca repetidamente a la palabra amigo, tanto al describir su faceta profesional como a la vida social. Signo inequívoco que para Jim la amistad es esencial, razón por la que lleva los Sanfermines en su ADN. Gracias a ese gen y a su trabajo gráfico en agencias, ha sido un gran divulgador de la fiesta de San Fermín a lo largo y ancho de este mundo.

Hollander está casado con el riesgo, en su juventud corría encierros, profesionalmente ha cubierto los puntos más beligerantes del globo, y por si fuera poco, su mujer, Rina Castelnuovo, es también fotógrafa de conflictos.

¿Cómo y cuándo fueron sus primeros Sanfermines?

La primera vez vine ingenuamente cuando tenía 13 años con Gino, mi padre, que era un pintor bohemio del Greenwich Village de Nueva York. Un día decidió venir con la familia a España, a Málaga. A los 10 meses se enteró de que Pamplona estaba en España y no perdió la ocasión para acudir a los Sanfermines con la familia. En aquella época yo no sabía nada de Hemingway, ni de Pamplona.

¿Cree que los Sanfermines se han convertido en parte de la cultura estadounidense?

Cierto, hay muchos norteamericanos de mi generación que a partir de los años 60 vinieron al reclamo de Hemingway. Somos muchos amigos que nos juntamos anualmente a Pamplona, formamos una familia.

¿Ha corrido muchos encierros?

Entre 1964 y 1977, corrí unos 90 encierros, junto a Joe Disley y Matt Carney. Matt ya fallecido, fue un referente para los corredores norteamericanos. Joe continúa acudiendo a los encierros lleva en el bolsillo su primer pañuelico, descolorido, a modo de fetiche. Dejé de correr tras un percance.

08/07/1975 En el círculo, a la izquierda un jovencísimo Hollander corriendo junto a Matt Carney en la curva de Telefónica donde dos años más tarde sufriría un accidente.
08/07/1975 En el círculo, a la izquierda un jovencísimo Hollander corriendo junto a Matt Carney en la curva de Telefónica donde dos años más tarde sufriría un accidente.

Aunque en su libro Fiesta explica ese accidente, recuérdenos qué sucedió.

Fue el 8 de julio de 1977, con toros de Miura, me arrolló un manso que me levantó en volandas, con dos volteretas, luego vinieron dos toros, me pisotearon, me patearon y me dejaron tirado, afortunadamente no me cornearon. En aquel encierro se formó un montón en el callejón y murió un mozo por asfixia y aplastamiento. Hubo más de 40 heridos, fui al hospital para ver si tenía una hemorragia interna. Me dolía mucho, durante varios días apenas podía caminar, utilicé el trípode (monopodo) de la cámara para caminar a modo bastón. Fue mi último encierro.

Podemos decir que acabó como corredor de encierros, pero nació un fotógrafo.

Sí así es, a la mañana siguiente comencé a fotografiar los encierros en serio. Desde entonces, no me he perdido un día de fotografiarlos, pero ya no he tenido sol (referencia al título de su libro en inglés Run to the Sun, Carrera hacia el sol). Fui el primer fotógrafo internacional en hacer reportajes del encierro. Ahora hay muchos.

¿Tenía experiencia profesional previa?

Cuando vivía en Nueva York ya hacía cosas comerciales, fotografié en varios estados mataderos industriales de cerdos y miles de pollos de Kentucky Fried Chicken.

Jim Hollander es un reconocido fotógrafo de conflictos. ¿Cómo fue su inicio?

El primer conflicto fue en los Sanfermines de 1978, tras la corrida del día 8 saqué fotos de los disturbios. Conduje por la noche hasta Madrid para llevar los negativos a la primera agencia con la que trabajé, Capa Presse. Aquellas fotos se vendieron por todo el mundo, como a los semanarios: Newsweek, Stern Magazine y Life Magazine. A los dos días volví a Pamplona. Un camión cisterna provocó un accidente en un camping de Tarragona (Los Alfaques), en el que murieron más de doscientas personas. Nuevamente conduje por la noche, llegué a las cuatro de la mañana.

08/07/1978 Inicio de Jim Hollander como fotógrafo de conflictos (Fotos Jim Hollander, cortesía del autor)
08/07/1978 Inicio de Jim Hollander como fotógrafo de conflictos (Fotos Jim Hollander, cortesía del autor)

Y luego, ¿cómo se profesionaliza?

Inicié mi carrera profesional como fotógrafo en la España de la Transición, en la que ocurrían muchos acontecimientos. Me vine a vivir a Fuengirola, mas tarde a Madrid, luego a Bruselas, en donde viví tres años. Posteriormente me trasladé a Oriente Medio, al Líbano, finalmente me quedé en Israel (Tel-Aviv y Jerusalén), donde vivo desde hace cuarenta años.

08/07/1978 Inicio de Jim Hollander como fotógrafo de conflictos (Fotos Jim Hollander, cortesía del autor)
08/07/1978 Inicio de Jim Hollander como fotógrafo de conflictos (Fotos Jim Hollander, cortesía del autor)

¿Le gusta trabajar en zonas de conflictos?

Aunque me gusta trabajar los conflictos, no estoy obsesionado por ellos. Tengo amigos con más edad, como James Nachtwey de 74 años, que está en Ucrania, él puede vender bien un reportaje a la revista New Yorker. Ahora estoy retirado de agencias. Si tuviese diez años menos, iría a Ucrania, pero tengo familia y dos nietos. De todas formas, también he cubierto reportajes pacíficos como la boda de Lady Di o el funeral de Mandela.

08/07/1978 Inicio de Jim Hollander como fotógrafo de conflictos (Fotos Jim Hollander, cortesía del autor)
08/07/1978 Inicio de Jim Hollander como fotógrafo de conflictos (Fotos Jim Hollander, cortesía del autor)

¿Encuentra alguna semejanza entre fotografiar conflictos y el encierro?

En los conflictos, en las guerras, como en el encierro hay que pensar y actuar rápido.

08/07/1978 Inicio de Jim Hollander como fotógrafo de conflictos (Fotos Jim Hollander, cortesía del autor)
08/07/1978 Inicio de Jim Hollander como fotógrafo de conflictos (Fotos Jim Hollander, cortesía del autor)

En más de cuatro décadas que ha venido a San Fermín, ¿la tecnología ha evolucionado mucho?

Un año traje un equipo de laboratorio en una maleta de 80 Kg, contenía una ampliadora y líquidos, que instale en la cava de un amigo en la calle Estafeta. Incluía un aparato para trasmitir fotos por línea telefónica, tardaba 15 minutos cada una. Luego traje la primera cámara digital que me costó 15.000 dólares.

En su libro Pizarra to Pamplona (Across Spain On Horseback), describe un viaje a caballo de Málaga a Pamplona, por la España profunda de la época franquista, ¿no es una forma singular de venir a los Sanfermines?

En junio de 1973 vinimos la familia a caballo desde Pizarra (un pueblo de Málaga) hasta Pamplona, fueron 1.000 Km de viaje, pasando por la Mancha, duró un mes; sin embargo, llegamos con 10 días de antelación al Chupinazo. Fueron mis primeros pasos como fotoperiodista. Los caballos volvieron a Málaga en camión. El libro, lo escribí después del fallecimiento de mi padre, como homenaje a él porque estaba enamorado de España.

1973 Pizarra to Pamplona (Across Spain On Horseback) viaje a los SF a caballo (Foto Jim Hollander, cortesía del autor)
1973 Pizarra to Pamplona (Across Spain On Horseback) viaje a los Sanfermines a caballo (Foto Jim Hollander, cortesía del autor)

¿Montaba a caballo antes?

Sí, mi padre tenía un cortijo en Málaga con caballos. Profesionalmente he hecho reportajes de competiciones ecuestres en los juegos olímpicos de Londres y de Río de Janeiro.

Su libro Fiesta, publicado en 2002, es muy completo, cubre todos los aspectos y rincones de los Sanfermines, ¿por qué decidió publicarlo?  

Quería hacer un libro que recogiese todo porque Pamplona es muy conocida en el mundo entero, hay mucha gente apasionada por los Sanfermines. La fiesta gira en torno a ese animal mágico que es el toro. Por eso, me gustan las corridas, el encierro… y también la fiesta. Para editar el libro, Reuters me concedió una excedencia de tres meses. La maqueta es mía. Pero no es un libro de fotos, en el que hay fotos y algún texto. Mi libro hay que leerlo como si fuese una novela. He buscado autores que han aportado textos interesantes, como: Joe Distler, Inge Morath (meses antes de fallecer), el canadiense David Pierce, el matador Fran Rivera y el maestro del encierro Javier Solano. 

¿Se entienden las corridas de toros en EEUU?

No, mi editor no quería publicar las fotos de las corridas, me dijo que allí no gustan. Me negué. La esencia de los Sanfermines es el toro.

En Fiesta incluye una foto en blanco y negro de 1966, cuando todavía no era profesional, ¿tiene algún significado especial?

Es la única de los años 60. Es una foto cojonuda, muy buena.

1966. La fotografía más antigua en libro Fiesta. (Foto Jim Hollander, cortesía del autor).
1966. La fotografía más antigua en libro Fiesta. (Foto Jim Hollander, cortesía del autor).

¿Económicamente como ha ido el libro?

Económicamente Fiesta fue bien. Al principio, pensé que me pagaría 10 años de venir a los Sanfermines. Al final, el libro me ha financiado durante quince años: billetes, comidas, bebidas y hotel.

Por cierto, ¿cuándo viene a Pamplona dónde se aloja?

Cuando venía solo me alojaba en el hotel de mi amigo Eduardo Eslava, Hotel Eslava (actual Alda), muy céntrico y tranquilo. Fui el primer fotógrafo en alojarse allí, más tarde se denominó  el hotel de los fotógrafos. Ahora me alojo en casa de mi amigo Joe, que han puesto ascensor. Por enfermedad profesional no puedo subir escaleras, tengo la espalda afectada por haber acarreado las máquinas.

¿Tiene en proyecto editar otro libro sobre los Sanfermines?

Tengo mucho material de estos últimos 20 años. Quisiera actualizarlo con otro libro en papel. Prefiero papel al digital, pero es muy caro. Tal vez, haga algo más pequeño.

Una pintura de su padre consiguió el cartel de la Feria del Toro en el año 1991, once años después una foto suya alcanzó la misma distinción. ¿Por qué los Hollander perpetúan su arte en la Casa de Misericordia?   

Mi padre donó varios cuadros a la Meca agradecido por haber acogido a su amigo el periodista británico, Gerard Osborne, corresponsal del International Herald Tribune, muy aficionado a los Sanfermines que vivió sus últimos años en Pamplona. Uno de aquellos cuadros fue elegido para el cartel de la Feria del Toro de 1991. Tras los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York de septiembre de 2001, cuando estaba cubriendo la Guerra de Afganistán, en pleno desierto, recibí una llamada de Ignacio Cía para comunicarme que una foto mía sería el cartel del año siguiente. Para mí fue un gran honor. Esa misma foto ha sido seleccionada este año para la portada del prospecto Cumpleaños en la conmemoración del centenario de la Plaza de Toros.

9/07/2001 José Padilla al capote frente a un “Cebada Gago”. Cartel de la Feria del Toro de 2002 (Foto Jim Hollander, cortesía del autor)
9/07/2001 José Padilla al capote frente a un “Cebada Gago”. Cartel de la Feria del Toro de 2002 (Foto Jim Hollander, cortesía del autor)

La empresa de su amigo Mikel Urmeneta, Katuki Saguyaki, le nombró guiri del año 2016, ¿se ha sentido guiri alguna vez en San Fermín?

Al principio sí, en los años sesenta, cuando tenía el pelo largo como un hippie. Desde hace años no me siento guiri. Tengo muchos amigos pamploneses.

Ha venido solo a Pamplona muchos años, ¿le acompaña alguna vez la familia?

La última vez que vinimos toda la familia fue en 2018, coincidiendo con mis 50 años de fotógrafo y la exposición que presenté en el Condestable en la que colgué 15 fotos en gran formato.

Cartel de la exposición de Jim Hollander en el Palacio del Condestable en 2018.
Cartel de la exposición de Jim Hollander en el Palacio del Condestable en 2018.

Seleccione alguna foto con la familia durante los Sanfermines.

He escogido dos fotos. La primera, la hice en 2018, en la cena de celebración de los 50 años sanfermineros de Joe Distler en el Asador Olaverri con mi “familia ampliada”. Fue un momento muy emotivo para todos. En primer plano están mi esposa Rina (a la izda.) y mi hija Alex (a la dcha.). Joe y su esposa, Nancy (a la izda.). Acudieron también: Lore Monning, presidenta del Club Taurino de Nueva York (a la dcha.); Javier Solano y su esposa; Larry Belcher y su encantadora esposa Ana (de pie junto a Joe brindando).

2018. La “familia ampliada” de Jim Hollader celebrando el 50 aniversario de Sanfermines de Joe Distler. (Foto Jim Hollander, cortesía del autor)
2018. La “familia ampliada” de Jim Hollader celebrando el 50 aniversario de Sanfermines de Joe Distler. (Foto Jim Hollander, cortesía del autor)

En la segunda, estoy con mis dos hijas Alexandra y Mikella.

2018. Jim Hollander con sus dos hijas, Alexandra y Mikella (Foto Rina Castelnuovo, cortesía de la autora).
2018. Jim Hollander con sus dos hijas, Alexandra y Mikella (Foto Rina Castelnuovo, cortesía de la autora).

Un hombre activo, retirado, ¿en qué ocupa su tiempo?

Ahora estoy trabajando en The Lonka Project que inicié con mi mujer, Rina Castelnuovo. Lonka es el nombre de mi suegra, que pasó por 5 campos de concentración durante la II Guerra Mundial. El proyecto consiste en fotografiar supervivientes de aquellos campos de concentración, yo no hago todas las fotos; participan 300 fotógrafos profesionales de 35 países.

En aquel momento llega la Comparsa y entra Caravinagre en el bar de su nombre, se produce la revolución. Damos por finalizada la entrevista sin que Jim hubiese acabado la croqueta.


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Jim Hollander, el fotorreportero de conflictos que nació del capote de San Fermín