El torero navarro ha achacado su falta de práctica y no ha podido triunfar en su debut como torero en su casa.
Javier Marín ha debutado sin fortuna en su casa. El cirbonero llegaba para marcar un hito al ser el segundo navarro que torea en San Fermín en el siglo XXI después del estellés Francisco Marco. Sin embargo, para Marín la tarde ha sido dura desde el principio: "Yo he dado todo como he podido, pero sé que faltan muchas cosas", ha confesado.
A su primer toro solo le ha podido dar unos escasos capotazos de rodillas antes de que lo devolviesen a corrales por partirse el cuerno derecho embistiendo contra un burladero. "A mí era el toro que más me gusta de la corrida, lo ha hecho fenomenal cuando ha salido, tenía condiciones, tenía clase, nobleza… Una putada", ha declarado Marín al micrófono de Movistar Toros.
A causa de esto ha tenido que hacer frente al primer sobrero, un toro mucho mayor (casi 100 kilos más que el anterior). "Era un toro duro, embistiendo por dentro, quedándose cortito, reponiendo, un toro con poso. La pena no haberlo matado y, sobre todo, que el otro se haya ido para atrás", ha explicado.
Pese a todo, Marín ha contado con el gran apoyo de la mayoría de la plaza durante casi toda la tarde. Para el cirbonero, pese a todo, seguro que ha sido una tarde especial, como esperaba antes del comienzo de la faena: "Me he criado aquí viendo toros toda mi vida y estoy muy ilusionado de hacer el paseillo aquí", ha explicado.
Del mismo modo, el cirbonero ha señalado que "ha venido mi familia, mi gente, la gente que ríe y llora conmigo, estoy en Navarra, en Pamplona, en mi casa… Es un día bonito para disfrutar delante de la cara del toro, para salir a expresar lo que siento delante de mi gente, y para tomar el relevo a Francisco Marco y también a Sergio Sánchez, mi apoderado". Así pues se han podido ver varias pancartas dando ánimos al navarro.
SUSTO Y FALLANDO AL MATAR
En sus dos toros, Marín ha acusado su falta de práctica y le ha costado sobre todo el matar. En el primero, después de clavar más la espada dos veces, ha tenido que descabellar hasta seis veces, mientras en el segundo no llegado tan siquiera a clavar la espada con once intentos y ha descabellado hasta cuatro veces y tres o cuatro puntilleos.
Además, en este segundo toro, el cirbonero ha arriesgado y se ha llevado un gran susto cuando el toro le ha tumbado. Aun así el navarro ha evitado la cornada y ha podido continuar en el ruedo.
Desde su alternativa en Tudela el 29 de julio de 2017, el cirbonero nunca había toreado en una plaza ni de 1ª ni de 2ª Categoría. Sí que ha toreado en plazas de 3ª, todas en Navarra: Tudela, Estella, Sangüesa, Tafalla, Fitero y Cintruénigo. Este año, tan solo había hecho tres corridas: una en Fitero y dos en Perú.
Con esta poca práctica, Marín ha intentado dejarlo todo pero no ha podido triunfar en su casa en el debut aunque pese a todo se ha llevado el cariño de la afición, que le ha animado y ovacionado. Incluso a su marcha desde sol le han acercado la bandera de Osasuna que ha ondeado para ser aplaudido.
"Una pena no haberlo matado. Mi lote ha sido bastante complicado, yo por lo menos lo he dado todo, hasta me han dado una voltereta... todo lo que tenía para dar de mí lo he dado", ha finalizado un apenado Marín antes de abandonar la plaza.
