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SAN FERMÍN 2018

Un encierro a 500 kilómetros de Pamplona: San Pollín, los Sanfermines que triunfan en el Mediterráneo

El evento tiene lugar el fin de semana de San Fermín, en ese momento sale a la calle un pollo gigante que sobresale entre las bestias de fuego locales.

Celebración de Sant Pollín en El Prat
Celebración de Sant Pollín en El Prat. AYUNTAMIENTO DEL PRAT.

Los Sanfermines se extienden más allá de las fronteras pamplonicas, y lo hacen de formas muy diversas y variopintas. Y si no que se lo pregunten a los vecinos de El Prat de Llobregat, donde no hay toros sino pollos potablava, de raza autóctona, que también salen a la calle para emular uno de los tradicionales encierros sanfermineros. 

Concretamente el evento tiene lugar el fin de semana de San Fermín. En ese momento sale a la calle un pollo gigante que sobresale entre las bestias de fuego locales para vivir una suerte de encierro pamplonés, a cientos de kilómetros de distancia. 

Una vez al año, en lugar de echar fuego, el ave se dedica a perseguir a los ciudadanos que atestan las calles del casco antiguo de la ciudad en una de las citas más peculiares y divertidas del verano en el Baix Llobregat.

La fiesta, en la que ya han participado a lo largo de su historia más de 1.000 personas, cumple este año su décimo aniversario. Empezó siendo un pequeño paseo del pollo ante una veintena de personas y cada año ha ido incorporando más y más actividades. “Se crearon peñas al estilo de San Fermín para disfrutar la fiesta entre amigos, luego llegó el txupinazo...”, relata Jordi Roig, miembro de la Colla de Diables del Prat y uno de los fundadores de la fiesta.

La novedad de este año son unas divertidas olimpiadas, las llamadas Olimpiadas SanPollineras, en las que los miembros de las peñas se enfrentarán a pruebas como el lanzamiento de txapela, las carreras de mamelucos, un tragabolas humano y una prueba con un nombre tan enigmático como Aita’s mantxao, un evento “deportivo” que se celebró este sábado.

Con todo, el protagonismo de la fiesta lo mantienen los encierros. Al igual que ocurre en Pamplona, los vecinos de El Prat se atan sus pañuelos al cuello y se echan a correr delante de la bestia de fuego con gran ilusión. Los miembros de la Colla de Diables hacen de pastores, un grupo de teatro ejerce de camilleros y echa agua a quien lo necesite y una charanga pone música al recorrido.

Además, en otras ediciones anteriores era habitual ver al 'triunfito' Alfred García tocando su trombón durante el evento, aunque este año no ha participado en el evento.

Este viernes por la noche se celebró un encierro precedido de un pregón, mientras que este sábado se repitió otro encierro de carácter más familiar, también precedido de un pregón, en un guiño al encierro originario de la fiesta, que era infantil. 


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