Quiso llevar el espíritu de la fiesta a la residencia que dirige y congregó a numerosas personas que disfrutaron de la emoción del Chupinazo y del encierro.
Miguel Aguirre, el fiterano que desde hace 6 años dirige la residencia sevillana de personas mayores de Montellano, quiso hacer partícipes a sus residentes de la emoción de vivir un Chupinazo.
Dicho y hecho: a cuatro días de este gran evento que hace a Pamplona famosa en el mundo entero, el navarro convenció al equipo de la residencia, la decoraron hasta transformarla en una 'pequeña pamplona' y consiguieron recibir 200 pañuelos rojos de Navarra.
Aguirre explica que quiso llevar la fiesta hasta Sevilla "por estrechar algún lazo con Pamplona, aunque sea pequeño". "Me pareció óptimo el trasladar aquí una fiesta que por lo menos para mí ha sido importante durante toda mi vida", añade.
En este sentido, el navarro cuenta que simularon un Chupinazo en un acto que fue "sencillo pero muy emotivo". "Los residentes se tomaron tan bien esta celebración que este 7 de julio siguen con el pañuelo rojo colocado. Fue una celebración muy bonita", detalla.
Aguirre cuenta que quien lanzó el cohete fue el alcalde de Montellano, Curro Gil, que estuvo acompañado por la Corporación Municipal de la localidad. Por otro lado, al evento se sumaron varias familias y vecinos del pueblo además del personal del centro y de fuera de este que habían colaborado para preparar ese particular 6 de julio sevillano 'a la pamplonesa'.
Pero ese no fue el único acto sanferminero que se vivió; tras el petardazo iniciador de la fiesta, prepararon un pequeño aperitivo y simularon un encierro con un toro de ensayo en el que los residentes se animaron a correr incluso con sillas de ruedas.
"Es la primera vez que celebramos la fiesta de San Fermín aquí y tengo toda la esperanza de que la podamos seguir trayendo en un futuro", concluye Aguirre.
