Se cumplen ocho años de la muerte de Daniel Jimeno Romero, el corredor de Alcalá de Henares que sufrió una cornada mortal durante un encierro de los Jandilla de 2009.
El joven tenía solo 27 años. La curva de Telefónica, lugar donde ocurrió la tragedia, ha sido el centro del emotivo acto que se ha celebrado este lunes en recuerdo del mozo.
Los padres del fallecido han acudido a colocar flores sobe el vallado y un pañuelo rojo en la fatídica curva que precede al callejón de entrada a la plaza de toros de Pamplona.
El suceso ocurrió en la cuarta carrera de las fiestas de 2009, cuando, a la altura de telefónica, el toro colorado de 515 kilos, Capuchino, de la ganadería de Jandilla y herrado con el número 106, se asestó una cornada en el cuello que resultó letal.
Es la última víctima mortal de los sanfermines, que se han cobrado la vida de 15 corredores desde 1922.
El joven era un gran aficionado a los toros, tal vez gracias a su padre, que en su día fue corredor de encierros.
Jimeno había corrido en varios lugares de España, aunque sostenía que el encierro de Pamplona eran sus preferidos, en los que había participado varias veces.