• viernes, 19 de abril de 2024
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MÚSICA

Un videoclip navarro alcanza el éxito mundial tras ser premiado en Los Ángeles, Palm Springs y Londres

El director pamplonés de 'Kiss Me Malibu', Mikel Arraiz, rompe con los estereotipos a través del sarcasmo: "Me gusta provocar y sorprender". 

"¿Será esto noticia?", pensó el pamplonés Mikel Arraiz, haciendo alusión a los cuatro galardones de renombre que ha recibido su último proyecto audiovisual: el videoclip para la canción Kiss Me Malibu, del grupo de rock navarro Neon Palms

Arraiz, de 38 años, es uno de los principales responsables del fuerte éxito alcanzado: el montaje, difundido el pasado mes de febrero, es considerado una auténtica obra de arte cinematográfica ante los ojos de los expertos. 

Hasta ahora, el vídeo ha llegado hasta lo más alto gracias a los diversos premios, nacionales e internacionales, que ha recibido: destaca su galardón en la categoría del mejor vídeo musical del American Tracks Music Awards 2019, celebrado en Los Ángeles; y en la de mejor película del First Time Filmmaker Sessions, Lift Off 2019, que ha tenido lugar en Londres.

Además, el montaje cuenta con los galardones de mejor cinematografía y edición de bronce del Festival de Cine Internacional Queen Palm 2019, en Palm Springs (California); y el premio en la categoría de mejor videoclip nacional del Granajoven en un Clip 2019, en Granada. 

La plataforma de distribución canadiese FilmFreeway es la principal responsable del impulso que ha recibido la difusión del videoclip, así como del reconocimiento adquirido en otros países. La compañía ofrece sus servicios a las productoras con el fin de que estas puedan darse a conocer fácilmente, a través de Internet.

De hecho, Arraiz insiste en lo mucho que ayuda a los cineastas. "Así empecé yo a probar suerte", testifica. De esta manera, la mera suerte comenzó a redefinirse como un éxito inesperado para Arraiz y su equipo.

Los modelos Adrián Barinaga y Garazi Beloki besándose en una de las escenas del corto musical. CEDIDA

EXTENSO CURRÍCULUM

Arraiz dispone de un extenso currículum lleno de formación y experiencia: estudió el grado de Ingeniería de​ Telecomunicaciones en la UPNA entre los años 2001 y 2006 y, desde entonces, es guionista, productor y editor cinematográfico. Arraiz asegura que lleva muchos años dedicado a la industria del cine puesto que, aunque no se considere un cinéfilo, piensa que se trata del "arte más completo". 

De hecho, el director percibe este arte como una mezcla de todas las disciplinas: escritura en el guion; dibujo en el storyboard o historia ilustrada; la elección de los colores presentes en el vestuario y maquillaje; la música; y la imagen en movimiento, entre otras. Por eso, tiene la intención de implicarse aún más en esta industria y de una manera cada vez más profesional.

Su conocimiento especializado en los ámbitos de imagen y sonido, así como su carácter ambicioso son algunos de los muchos factores fundamentales que le han llevado a convertirse en autor de cortometrajes como Dayvan Cowboy, resultado de su Proyecto de Fin de Grado; Half Foot Outside Growing, ambos para bandas nacionales emitidos en MTV; la Rueda de la Vida; y Víctor y los 7. 

Además, el productor pamplonés es autor de un vídeo corporativo para la multinacional francesa Decathlon y ha sido galardonado en repetidas ocasiones por muchos de los guiones que ha escrito. 

Su éxito más reciente, originado a partir del videoclip dedicado a la canción Kiss Me Malibu, consiste en una historia tan excéntrica como rompedora en la que prima la comedia sarcástica en una trama que va más allá de lo que aparenta. La libertad creativa que ha impulsado su director sobre montaje es precisamente lo que le ha permitido llegar hasta el resultado actual. 

Su sentido profundo se traduce en "las inseguridades y un exceso de pensamientos que nos provocan la televisión, religión, cultura y sistemas de creencias sobre la seducción y las relaciones entre hombres y mujeres. El videoclip se ríe de los roles que adoptamos en el proceso de seducción sin entrar en juicios morales", así lo expone la productora Valle del Cielo, en la plataforma digital Vimeo

PRODUCCIÓN DE CALIDAD

Esta compañía audiovisual española es relativamente nueva. Arraiz es su principal impulsor y asegura que está tratando de orientar su crecimiento hacia la alta producción: "Quiero mejorar y hacer las cosas de otra manera, que todo lo que salga de Valle del Cielo tenga mucha calidad".

El nombre corporativo de la productora es un pseudónimo en el que Arraiz pretende seguir reflejando los resultados de su labor cinematográfica. "Trabajamos con los mejores profesionales a nivel nacional y con la mejor tecnología posible", así lo garantiza el guionista en la página web oficial de la compañía. 

Portada de inicio del videoclip, impulsado por la productora Valle del Cielo. CEDIDA

El cortometraje musical ha requerido de muchas horas de trabajo para llegar a ser lo que es: un montaje reconocido por su calidad y gran trasfondo. El guionista pamplonés destaca, sin embargo, que "el rodaje es lo de menos, lo difícil ha sido condensar a 20 personas" al mismo tiempo y en el mismo sitio. Una de las personalidades participantes en el proceso es Jorge Roig, también conocido como el Philip Bloom español, que ha tomado el control de dirección de fotografía  en muchos spots nacionales de primer nivel.

Fases fundamentales como la preproducción y la postproducción suelen ser factores que alargan el proceso de elaboración de un montaje. Por eso, Arraiz calcula que su proyecto le ha llevado hasta cinco o seis meses de trabajo y esfuerzo: "Quería ir despacio y con cuidado", afirma. Se trata además del primer videoclip que el navarro hacía en nombre de su propia productora, de ahí su empeño por alcanzar la máxima calidad posible en el proyecto. 

Por su parte, la tecnología aplicada al conjunto del proceso de elaboración también ha dificultado parte del trabajo. Arraiz ha sido completamente autodidacta en el manejo del material de última generación. "Eso me ha llevado más tiempo y esfuerzo", declara. 

El director define el conjunto de la iniciativa como "un proyecto personal", puesto que ha sido costeado por él mismo "con la idea de hacer las cosas diferentes", declara. A pesar de que el cine es el arte más caro, para el productor navarro merece la pena ejercer todo ese esfuerzo.

"Mandas el resultado de tu trabajo con un solo click y es súper agradecido", destaca Arraiz. Gracias a la considerable acogida popular del vídeo, la productora recibió una subvención por parte del Gobierno foral que cubría hasta el 40% de la fase de distribución

EL PROTAGONISMO DEL HUMOR 

En Kiss Me Malibu Adrián Barinaga y Garazi Beloki, de 26 y 32 años respectivamente, protagonizan escenas en las que se reflejan situaciones un tanto surrealistas, pero con una fuerte carga crítica.

La modelo y actriz española Garazi Beloki posa durante el rodaje de 'Kiss Me Malibu'. CEDIDA

A los modelos, ambos españoles, les acompaña una mujer y unas niñas que controlan en todo momento cada gesto y movimiento que ejercen los protagonistas, especialmente los de él. Ellas son las que representan la presión que condiciona las relaciones entre un hombre y una mujer marcados por el interés y atracción sexual recíprocos.

La trama está marcada por una evolución tanto en la situación como en el comportamiento de sus personajes. Los protagonistas deben pasar por varias pruebas para las que necesitan la aprobación de la mujer y las niñas con tal de pasar a la siguiente.

La última fase se basa en un reto dirigido al personaje interpretado por Barinaga: conseguir un beso de su compañera. Sin embargo, todo acaba desmoronándose: "Es un poco de risa y locura, las niñas y la mujer acaban perdiendo el control de la situación y, al final, cada uno adopta el rol que quiere", ríe Arraiz. 

Los personajes de la historia reflejada en el corto posan durante el rodaje. CEDIDA

El director navarro, a través de este montaje, invita a "reírse de todo el ruido mental" provocado principalmente por los roles que imponen y transmiten las mismas creencias que marcan el estilo de vida occidental contemporáneo. "Las relaciones suelen ser uno de los ámbitos en los que más se sufre: vamos a relajarnos", añade Arraiz, y destaca la gran importancia que cobra el sentido del humor como herramienta terapéutica

Por eso, la complejidad del asunto tratado se proyecta en Kiss Me Malibu, nombre que hace alusión tanto a la canción como al vídeo de forma sencilla: se trata de un pequeño guiño a la muñeca Barbie como producto comercial que encarna a la perfección los estereotipos femeninos culturales, también presentes en las edades más tempranas. 

Arraiz no pretende meterse en juicios morales, la fórmula que transmite la trama es mucho más simple: el sarcasmo. Este incita a la reflexión y cuestionamiento de los estereotipos difundidos en Internet.

AIRE PROVOCADOR

"A mí me gusta provocar, en el sentido de sorprender a través de algo bello, extraño, sarcástico...", confiesa el productor. No obstante, este no espera que el resultado de su trabajo sea agradable, sino que llegue a marcar a los espectadores. "El arte tiene que tocar las emociones y que estas nos remuevan por dentro", sostiene.

A pesar de sus convicciones, Arraiz confiesa que tuvo algunas dudas antes de impulsar su último proyecto de éxito: "Pensaba que se crearía más polémica, pero la gente se ha reído mucho".

De izquierda a derecha: el modelo Adrián Barinaga, el director Mikel Arraiz y la modelo Garazi Beloki. CEDIDA

La música ha sido la principal fuente de inspiración para Arraiz a lo largo de toda su carrera cinematográfica y, especialmente, en Kiss Me Malibu. El fuerte simbolismo que esconde este arte es la base que sostiene las ideas del director, cuyo fin es transmitir sensaciones que sorprendan y calen en las personas. 

El autor del videoclip presenta este proceso de ideación como un árbol que representa el mundo de las ideas: "Hay ideas más superficiales que no impactan ni remueven tanto y se quedan en las ramas; las que están en las raíces, sin embargo, calan más en el alma y remueven”. Para él, la cuestión está en dar con esas ideas que se encuentran en lo más profundo.

El grupo de rock navarro que ha puesto la música al vídeo, Neon Palms, está empezando a dar sus primeros pasos en la industria musical y aún no quiere darse a conocer. A pesar de ello, el proyecto audiovisual ha hecho justicia a su canción gracias al fuerte significado que esconde y del que apenas se habla.

Arraiz y su fuerte atracción por la creatividad han destacado así en varias listas internacionales de los mejores cortos: se trata de un primer y gran paso en el camino hacia la calidad cinematográfica.


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Un videoclip navarro alcanza el éxito mundial tras ser premiado en Los Ángeles, Palm Springs y Londres